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Reducida participación en el Montejurra-78

En medio de grandes medidas de seguridad, sin incidentes y en ambiente de fiesta se celebró el domingo el Montejurra-78, al que asistieron entre 6.000 y 8.000 personas. El recuerdo de las muertes habidas en 1976 y la prohibición del año pasado provocó una reducción considerable de asistencia con relación a ediciones anteriores. Tras el cambio político registrado en los últimos años, con la legalización de los partidos y la celebración de elecciones, Montejurra ha dejado de ser un acto de reafirmación política de los vascos para convertirse en una fiesta casi exclusivamente carlista.

El temor a que se repitieran escenas como las registradas en 1976 llevó al Partido Carlista a preparar, con meses de antelación, un dispositivo de seguridad muy completo. José María Zabala, secretario general del partido, mantuvo una entrevista con Martín Villa para asegurar el apoyo incondicional del Gobierno a la celebración pacífica de la fiesta. En la planificación de las medidas de seguridad con que se rodearon los actos intervinieron, junto a los dirigentes carlistas, el director general de Política Interior y el gobernador civil de Navarra.

Las patrullas de la Guardia Civil por las laderas y la cima de Montejurra se iniciaron hace dos semanas. Las medidas de seguridad, que se habían intensificado en los últimos siete días, se hicieron extremas a partir del jueves, en que un contingente de miembros de la Guardia Civil ocupó la cumbre. A las ocho de la mañana del domingo, los doscientos hombres del servicio de orden del partido tomaron -tal como estaba convenido- el relevo en la vigilancia de los accesos a Estella, Irache y Montejurra. Desde ese momento algunos retenes de guardias civiles se situaron a la expectativa en lugares discretos.

Recuerdo a las víctimas del 76

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Antes de iniciarse el ascenso al monte, la princesa Irene y las tres hermanas de Carlos Hugo -María Teresa, Cecilia y María de las Mercedes- asistieron, junto a los principales dirigentes del partido, al descubrimiento de un monolito en memoria de Aniano Jiménez y Ricardo García, muertos por bandas fascistas en el Montejurra de 1976. En el monolito, situado en el lugar donde cayó herido de muerte Aniano, se ha colocado una lápida que recoge la frase que aquel 7 de mayo dedicó María Teresa a las dos víctimas: Vuestra sangre abrirá caminos de libertad.

Sólo la mitad de los carlistas concentrados en el monasterio y en la campa de Irache subieron a Montejurra. A las diez y media de la mañana, se puso en marcha la comitiva, encabezada Por la esposa y hermanas de Carlos Hugo. Entre los participantes en el vía crucis se observó abundancia de ikurriñas y banderas de las distintas nacionalidades del Estado español. Tras un ascenso silencioso de una hora de duración, llegaron los carlistas a la cima del monte, produciéndose entonces escenas de emoción y alegría.

Mientras tanto, Carlos Hugo -rodeado de fuertes medidas de seguridad- había llegado a las inmediaciones de la cumbre en un jeep que abandonó para trasladarse a pie hasta el lugar de concentración. En este breve recorrido EL PAIS pudo hablar con el líder carlista: «Esto es una victoria. Estamos aquí otra vez con todos los derechos. Ha costado muchos años de lucha y de sangre Regar a este día. Esto sí es la toma de Montejurra, pero en la legalidad.»

Carlos Hugo fue recibido con gritos de Carlos Hugo, autogestión, y Nafarroa, Euskadi da (Navarra es Euskadi), y muestras de simpatía y admiración por parte de los asistentes. Tras la celebración de una misa y una breve intervención de la princesa Irene, concluyó el acto religioso.

Ni en la ascensión ni en el acto de la cima se produjeron incidentes. Existía una cierta preocupación entre los carlistas por la posible presencia de incontrolados, que finalmente, no aparecieron en Montejurra.

Mitin en Estella

A las cinco de la tarde, en la plaza de los Fueros de Estella, con una asistencia similar a la de los actos de la mañana, se celebró el acto político, en el que intervinieron Mariano Zufia, secretario del Partido Carlista de Euskadi, José María Zavala, secretario general, y Carlos Hugo.

Mariano Zufia pidió un minuto de silencio por los muertos en lloss sucesos del 76, momento en que se escucharon gritos de Vosotros, fascistas, sois los terroristas, mientras se desplegaban banderas blancas con la cruz de San Andrés, ikurriñas y enseñas de otras regiones. El secretario de EKA se refirió al tema de las autonomías y federalismos, a la vez que defendía la celebración de un referéndum para decidir la forma de Estado.

José María Zavala se extendió sobre el tema Ruptura democrática, reforma y alternativa de poder, para pasar a explicar lo que entiende el Partido Carlista por alternativa socialista y alternativa de poder: «Tenemos la completa seguridad que un frente socialista que base sus presupuestos en el pluralismo, en la democracia y en la autogestión sería la auténtica alternativa de poder del pueblo. La alternativa de sociedad para la democracia futura.»

Carlos Hugo inició su intervención pidiendo a los concentrados que gritasen Nafarroa Euskadi da, y señalando que el camino para alcanzar la libertad no ha sido fácil para los carlistas en comparación con otros partidos.

Subrayó que la situación política actual en España está marcada por un retraso de cincuenta años con relación a los demás países europeos. «Años de retraso, mientras otros pueblos construían grandes unidades políticas basadas en la progresiva unión libre de unos partidos de unas corrientes distintas.»

Explicó más adelante el concepto de unidad federal del Estado para añadir que el «bipartidismo de dos monopolios políticos puede llevar también a la bipolarización antagónica si hay tensión social. El bipartidismo no es, necesariamente, una garantía; puede ser una amenaza para la España de hoy».

En la rueda de prensa celebrada poco después, Zavala, Zufia y Carlos Carnicero, secretario de organización, declararon a los periodistas que estaban satisfechos con el desarrollo de la jornada y que el acto ha perdido en lo religioso, para ganar en lo político. Sobre las investigaciones de los sucesos del 76 dijeron que «teníamos interés en clarificar qué personajes estaban implicados. Con la amnistía ya no hay posibilidad, no queda más que el recurso de exigir responsabilidades civiles».

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