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Debate sobre el proyecto de elecciones locales

Las minorías apelan a los partidos mayoritarios para que cambien la elección de alcaldes

El debate más importante de la sesión de ayer fue el relativo al sistema de elección de alcaldes. Antes de que, mañana, se produzca la votación sobre este tema, habrá un segundo turno de intervenciones. Las del primer turno, producidas ayer, las resumimos a continuación.Maciá Alavedra (minoría catalana). Sostenemos que el alcalde sea elegido por los concejales. Hasta que no tengamos ayuntamientos democráticos no habrá democracia en España. La elección democrática será decisiva, y aunque no deseo expender patentes de democracia, hago un llamamiento a los dos partidos mayoritarios y a Socialistas de Cataluña para que reflexionen. La designación automática del alcalde no tiene presentación ni defensa. La democracia es el gobierno de la mayoría con el respaldo de las minorías. El alcalde tiene que aplicar el programa pactado. En el derecho comparado no existe ningún sistema que se parezca a este que se intenta. Decimos no a la democracia a la española, cuya defensa se ha utilizado para justificar la democracia orgánica.

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Apelamos a UCD, que a pesar de las críticas de que ha sido objeto, es un elemento importante del proceso democratizador. Le pedimos que lo lleve hasta el final, dando este paso. Al PSOE y a Socialistas de Cataluña, que han planteado y perdido tantas batallas, les decimos que ahora tienen la posibilidad, por primera vez, votando con las minorías, de ganarla, lo que sería importante para el proceso democratizador.

Si los pueblos de España desean ir hacia un bipartidismo, lo aceptaremos, pero no que se les marque el camino.

Antonio Carro (AP). Todos estamos de acuerdo en que el alcalde tiene que ser elegido directa o indirectamente. Pero el sistema del proyecto es tan original que no tiene precedente en el derecho comparado. Es un sistema híbrido. O se desea un alcalde fuerte, elegido por el pueblo, o un alcalde débil, elegido por los concejales. Lo que no puede mantenerse es un alcalde que no se sabe si se quiere débil o fuerte. Lo que parece que se quiere es que el alcalde tenga una adscripción partitocrática determinada.

El sistema de elección por los concejales es el tradicional en el derecho histórico español, se mantuvo en la República y figuraba también en la ley de 1975, y es el normal en el derecho europeo. Diseña un alcalde-presidente de la Corporación, más que un alcalde gerencial. En la elección propuesta se acumulan los inconvenientes de la elección directa, sin ninguna de sus ventajas.

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Parece que la fórmula híbrida ha sido aceptada por el PSOE. Quiero apelar al sentido de responsabilidad histórica de este partido. Yo, que soy favorable al bipartidismo, les ruego que mediten si no es ésta la ocasión de ganar, por razones distintas a las partidarias, una votación en el hemiciclo.

Emilio Gastón (grupo mixto). El sistema adoptado por el proyecto es el que menos autoridad otorga al alcalde. Nosotros proponemos que la minoría se transforme en mayoría, mediante la elección por los concejales, a efectos de evitar que la falta de representación se traduzca en una falta de autoridad.

José Angel Cuerda (PNV). El sistema establecido favorece a los partidos mayoritarios -UCD y PSOE- y las minorías luchan por evitarlo. Esta es la conclusión que se deduce de las argumentaciones utilizadas en el debate. Sin embargo, el PNV, a nivel de Euskadi, es un partido mayoritario y no obstante hemos apoyado la enmienda favorable a la elección de alcalde por los concejales, en base a una lógica democrática.

Jordi Solé-Tura (PCE). De como se resuelva este punto fundamental del proyecto va a depender que las elecciones den unos resultados u otros. ¿Qué es lo que pretendemos, hacer funcionar la democracia en este país o favorecer a determinados partidos? Estoy de acuerdo en que se trata de un sistema híbrido, ni mayoritario ni proporcional. Introduce el sistema mayoritario en el proporcional, desfigurándolo. Vamos a configurar ayuntamientos difíciles de gobernar, porque serán sistemáticamente minoritarios, representantes de la minoría más numerosa, pero incapaces de dirigir la nave municipal en torno a un programa concreto de renovación. Esto consolidará el caciquismo. El sistema tiende a consolidar el bipartidismo, alejándose de la situación real del país.

Intervienen los ponentes

Varios miembros de la ponencia expusieron también sus posiciones. Vicente Capdevila (UCD). Estaría de acuerdo con las acusaciones de «democracia a la española» si estuviéramos intentando un sistema democrático nuevo, no un procedimiento adjetivo para hacer efectiva la democracia. La elección directa del alcalde, separada de la de los concejales, podría producir la disociación de uno y otro. Cabría la posibilidad de ofrecer a los electores que eligieran tanto al alcalde como a su equipo. En ese caso podrían administrar el municipio, pero faltaría el control municipal.

La elección del alcalde por los concejales, con antecedentes en el Derecho histórico y en el comparado, puede dar lugar a que unas minorías puestas de acuerdo vulneren la voluntad popular. En cambio, la fórmula propuesta combina las ventajas de uno y otro sistema. Los ciudadanos saben a quién van a votar para alcalde, pero en la comisión permanente del Ayuntamiento van a estar presentes todas las fuerzas. Si es cierto que en Cataluña la realidad política está apoyada sobre cuatro partidos, no veo yo cómo va a acentuarse el bipartidismo, sino que el procedimiento electoral previsto consolidará las fuerzas que existen, e igual ocurrirá en Euskadi.

Guillermo Galeote (PSOE). La alternativa que se propone escamotea a los electores su voto por intereses de partido, precisamente la acusación que nos hacía el señor Solé. Es cierto que el sistema es su¡ generis, pero en una reunión organizada por el Centro de Investigación y Técnicas Políticas (CITEP), un especialista en la materia, el profesor Rae, la consideró como fórmula cercana a la ideal; yo no creo que sea tanto, pero sí afirmo que se trata de un sistema democrático, que combina el escrutinio proporcional con el conocimiento por el. electorado de la persona que va a regir el municipio. No creo que consolide el sistema bipartidista.

Por lo demás, ¿quién dice que no se puede pactar un programa porque haya sido elegido alcalde el primero de la lista? Yo creo que lo que desean quienes afirman esto no es pactar el programa, sino también la persona del alcalde. Nosotros estamos estableciendo unas reglas del juego, pero no repartiéndonos el país, ya que en las elecciones lucharemos para lograr los mejores resultados.

Josep María Obiols (Socialistas de Cataluña). A nosotros no nos va a beneficiar el sistema; no obstante, votaremos favorablemente porque nuestro propósito fundamental es llegar cuanto antes a las elecciones. El sistema adoptado tiene la ventaja de ofrecer simultáneamente un programa electoral y un alcalde. En todo caso, modifica, pero no destroza el sistema proporcional. Estamos dispuestos a pactar los programas con los restantes grupos. En todo caso, celebro que durante el debate no se hayan ejercido presiones morales, como la de que la fórmula prevista es antidemocrática.

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