Fernández Ordóñez presentó el segundo "paquete" de la reforma fiscal

La segunda fase de la reforma fiscal se inició ayer en la Comisión de Hacienda del Congreso de Diputados, ante la que el ministro homónimo, Francisco Fernández Ordóñez, presentó el nuevo paquete, en el que se incluye el proyecto de ley de reducción de la tarifa del impuesto general sobre la renta de las personas físicas, así como los proyectos de ley relativos a los impuestos sobre sucesiones y donaciones, patrimonio neto y renta de las personas físicas.

El señor Fernández Ordóñez destacó a este último como el más adecuado a la reforma que se pretende. La petición de Pedro Sodupe (por el PNV) de que se devolvieran al Gobierno los tres últimos proyectos de ley citados fue retirada, a condición de que el Gobierno, a través de UCD, aportara datos complementarios para darles mayor coherencia.Tras un extenso debate, en el que intervinieron todos los grupos, se acordó apoyar la propuesta del señor Sodupe y comunicar al ministro de Hacienda que asistan a las reuniones de la ponencia los técnicos de su departamento que considere necesarios para informar sobre las nuevas normas que prepara el Gobierno sobre reforma tributaria, así como facilitaran la información complementaria necesaria para dar coherencia a los proyectos de reforma fiscal.

La ponencia designada para informar los proyectos de ley estudiados ayer de forma general la integrarán los siguientes diputados: Enrique Barón, Baldomero Lozano y Ernest Lluch (por los socialistas); Jaime García Añoveros, Perfecto Yebra y Santiago Rodríguez Miranda (por UCD); Pedro Sodupe (PNV); Ramón Trías Fargas (minoría catalana); Ramón Tamames (PCE); Laureano López Rodó (AP), y Manuel Sánchez Ayuso (grupo mixto).

Elogio ministerial del impuesto sobre la renta

Francisco Fernández Ordóñez (ministro de Hacienda). Con la ley de Medidas Urgentes hemos configurado un marco de relaciones tributarias que no es patrimonio de un partido ni de un Gobierno, sino de estas Cortes y del pueblo español. Los proyectos de ley que hoy se presentan suponen la segunda fase de la reforma y, en realidad, significan una simple prolongación técnica de aquella primitiva decisión política.

El hoy llamado impuesto general sobre la renta no es un impuesto, sino un conglomerado de impuestos; no es general, sino discriminatorio, y carece de un concepto fiscal de renta. La alternativa que se presenta es un verdadero impuesto sobre la renta, único, global, sintético, progresivo, personalizado, de base comprensiva y de tarifa lineal. Este impuesto, que se plantea desde unos supuestos de extraordinaria moderación, se basa en el principio de la capacidad de pago con progresividad, de la protección de los procesos de ahorro e inversión producida y de la neutralización de las distorsiones producidas por -el anterior sistema.

El tema fiscal es un tema testigo de identificación política. Después de tanto tiempo de retórica y de tantas promesas incumplidas, España necesitaba unos pocos gestos muy simples y unas pocas palabras justas.

Pedro Sodupe (PNV). La reforma fiscal debe ir como un todo compacto y en el conjunto de proyectos enviados a la Comisión falta toda referencia al impuesto sobre sociedades y otros impuestos indirectos. Mi grupo, no obstante, no está en contra de la reforma fiscal.

Jaime García Añoveros (UCD). El envío sucesivo de los proyectos de ley está implícitamente decidido en los pactos de la Moncloa.

Baldomero Lozano (PSOE). No creo que con los proyectos que se presentan se grave el ahorro, sino que se amplían las bases de este ahorro, repercutiendo los gravámenes en los grandes ahorradores. Lamento que los impuestos de sociedades y de valor añadido no se hayan presentado aún.

Ramón Trías (minoría catalana). Se trata de unos proyectos honestos, pero no serios, porque no van acompañados de una documentación complementaria que ofrezca una visión global de la reforma fiscal que se pretende.

Ramón Tamames (PCE). Se observa en los proyectos de ley un aumento del conservadurismo, a pesar de las declaraciones iniciales. No obstante, están en la línea de los pactos de la Moncloa.

Santiago Rodríguez Miranda (UCD). Unión de Centro Democrático considera esta segunda fase de la reforma fiscal como vital para el éxito del programa de saneamiento, ya que ofrece credibilidad al repartir equitativamente las cargas de la estabilización y aporta recursos para reducir el déficit del sector público. Significa también una. lucha contra el fraude fiscal y dota de eficacia al impuesto sobre la renta. Por otra parte, mantiene el propósito del Estado de absorber parte de la financiación de la Seguridad Social. La reforma fiscal no pretende aumentar las cargas, sino distribuir el total de la carga impositiva y es el único camino para alcanzar una sociedad democrática estable, apoyada en una economía que satisfaga adecuadamente las necesidades básicas y corrija las diferencias de renta y riqueza entre los distintos grupos sociales.