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Tribuna
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CCOO ante las elecciones sindicales

Del Secretariado de la Confederación Sindical de CCOODel 16 de enero al 6 de febrero de 1978 tendrán lugar, en todo el ámbito del Estado español, las primeras elecciones sindicales que se celebran en este país en libertad con participación legal de las organizaciones sindicales de clase. Libre y directamente, los trabajadores van a elegir sus delegados y los comités de empresa.

En la situación actual, cuando está en curso un proceso complejo de transición de la dictadura a la democracia, en la que ésta se va construyendo difícilmente, entre amenazas de involución y provocaciones ultras, y en las condiciones de una grave crisis económica, las elecciones sindicales revisten una importancia excepcional, sin paralelo con elecciones de este tipo en otros países. Estas elecciones desbordan, en efecto, el marco normal de las relaciones capital-trabajo, para adquirir dimensiones mucho más amplias, con incidencia inmediata en la vida económica, social y política.

Van a constituir, en primer lugar, uno de los elementos base para. reforzar y hacer avanzar el proceso de democratización, e introducir la democracia en las empresas, sin lo cual no se puede hablar de democracia efectiva en la sociedad.

Se trata de poner fin a todas las secuelas del franquismo en el mundo laboral, eliminando los, restos del sindicalismo verticalista que aún perviven; de cerrar el paso a la creación del sindicato amarillo al servicio de la patronal; de crear los órganos representativos de los trabajadores en las empresas, encargados de velar por la defensa de sus intereses económicos y sociales.

El principal problema que se plantea hoy a la sociedad española es cómo salir de la crisis económica. Consolidar la democracia pasa necesariamente por la superación de la crisis. Esta cuestión está en el centro de la batalla electoral. La Confederación Sindical de Comisiones Obreras la inscribe en el primer plano de su programa. Frente a las «soluciones» que el gran capital desearía imponer, tendentes, todas ellas, a hacer pesar sobre los trabajadores todas las consecuencias de la crisis, Comisiones Obreras propone, con un criterio realista, un proceso de saneamiento del conjunto del sistema económico que aborde: medidas para el mantenimiento del nivel de vida de los trabajadores, el mejoramiento de los salarios y pensiones más bajos, bloqueo de los precios y productos de primera necesidad, de tal modo que se preserve el poder adquisitivo del conjunto de la clase trabajadora frente a la inflación; reforma fiscal que cambie en profundidad la distribución de cargas, a fin de que pague más el que tiene más; una fuerte dotación del seguro de paro con cargo a los recursos obtenidos por el Estado con la aplicación de las anteriores medidas fiscales y toda una serie de propuestas e iniciativas en el terreno de la Seguridad Social, de la situación en el campo, donde el paro y la miseria alcanzan un nivel angustioso, control democrático del gasto público que permita una política creadora de puestos de trabajo, etcétera.

En este sentido, la Confederación Sindical de CCOO plantea la necesidad del acceso de las centrales sindicales a la elaboración del índice del coste de la vida; conocimiento detallado y fidedigno por los consejos o comités de empresa de los planes de inversión empresariales; exigencia del dictamen previo de los consejos o comités de empresa o de las secciones sindicales, a los expedientes de crisis; acceso sindical a los organismos decisorios del crédito y el control de la política monetaria del Banco de España; control sindical de la política económica de las empresas con determinada participación estatal.

Con estas reivindicaciones concretas, Comisiones Obreras pone de relieve el papel importante que reivindica para los comités de empresa y, las centrales sindicales, en las empresas y en la sociedad, y su participación en todas las cuestiones vitales que les conciernen a los trabajadores.

De aquí las facultades que demanda para los representantes y organismos elegidos por los trabajadores para intervenir en materia de:

Contratación de trabajadores. Negociación colectiva. Sistema de trabajo. Expedientes de crisis. Despidos. Huelga. Control de inversiones, etcétera.

Y derechos y garantías de los representantes elegidos por los trabajadores en el Cuadro de la adopción de un código de derechos de los trabajadores.

Los acuerdos de la Moncloa, suscritos por todas las fuerzas parlamentarias, contemplan el principio del código de los derechos de los trabajadores, decisión que Comisiones Obreras trabaja para concretar en un articulado que tenga fuerza de ley.

Defendiendo en las Cortes el proyecto de código de los trabajadores elaborado por la Confederación Sindical de CCOO, su secretario general, Marcelino Camacho, confiesa:

«El código de derechos de los trabajadores plantea la democracia dentro de la empresa y el reconocimiento de los derechos e intereses de los trabajadores fuera de ella, para que la democracia no sólo sea política, sino también económica y social. Y en esta línea se configura su articulado: 76 artículos, que tratan de los derechos individuales de los trabajadores, los derechos de representación colectiva, los derechos sindicales, los derechos sociales y los derechos de los trabajadores emigrados ... »

A este respecto, conviene subrayar que consideramos positivamente estos acuerdos de la Moncloa, que recogen muchas de las reivindicaciones defendidas durante años por Comisiones Obreras, cuya aplicación global permitiría superar buena parte de los problemas acuciantes que se plantean hoy a los trabajadores y a la sociedad española, y allanar el camino hacia la consolidación de la democracia.

La Confederación Sindical de CCOO, que cuenta ya con cerca de dos millones de afiliados, participa en las elecciones con el criterio y la voluntad unitaria que constituyen su opción de siempre, ayer en la lucha contra el franquismo, como hoy en las condiciones de la democracia, aún incipiente.

Ante las elecciones sindicales, frente a los graves problemas que se hallan planteados a los trabajadores, Comisiones Obreras propone a todas las centrales representativas, y principalmente a la UGT y a USO, la unidad de acción a todos los niveles, el lograr la cohesión de todas las fuerzas sindicales, a fin de:

Defender con eficacia y realismo los intereses de los trabajadores, mantener el poder adquisitivo de los salarios; por la adopción de una política de saneamiento de la economía que supere la crisis económica y ponga en marcha un proceso de democratización de las estructuras económicas y sociales; por el logro de los de hechos sindicales en el marco de la empresa y la conquista de formas de control democrático de actividades y áreas económicas; por la consolidación y desarrollo de la democracia.

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