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Los bienes de Reace, adjudicados en 50.000 pesetas

En 50.000 pesetas fue adjudicada la empresa Reace, en la tercera subasta celebrada ayer en el juzgado de instrucción número dos de Vigo. Al acto, que no tenía tipo de licitación, acudió solamente un licitador, Francisco Faiges, propietario de Aceites Faiges, de Tortosa, y representa el 90% del total de los acreedores, que suman entre todos poco más de diecisiete millones de pesetas. El depósito previo (10%, del tipo de la segunda subasta) estaba fijado en 2.847.270 pesetas y en las condiciones de la subasta se hacía la aclaración de que el adjudicatario quedaba liberado de las obligaciones con la CAT -a la que Reace adeuda unos cien millones de pesetas-, pero no con los acreedores. Al subastarse una industria en marcha, los trabajadores -veintiocho en total- continuarían en activo.En resumen, la Comisaría de Abastecimientos y Transportes no cobrará más que esas 50.000 pesetas de los cien millones que le adeudaba Reace. Lo curioso del caso es que, desde que en abril de 1972 se hizo cargo de la empresa -cuando saltó a los diarios el caso del aceite de Redondela-, una administración judicial, la CAT, podía haberse cobrado casi noventa millones, con tal de continuar con los contratos que venían haciendo con los anteriores propietarios de la estación de descarga de crudos de Guixar (Vigo).

Por su parte, los trabajadores, que a habían intentado constituirse en cooperativa de producción a cambio de que la administración no sacase a subasta la factoría y garantizase una atención normal por parte de la CAT, han manifestado que no entienden cómo la Comisaría ha permitido que las cosas se desarrollasen como lo hicieron, renunciando a cobrar toda la cantidad que se le adeudaba.

En cualquier caso, la contradicción parece evidente, Ya que el famoso asunto del aceite de Redondela, en el que se barajaron cifras de más de cien millones de pesetas, que costó la vida a varias personas en circunstancias nada claras y todavía sin convincentes argumentos que avalen las versiones oficiales, se ha reducido a esas 50.000 pesetas, a las que ni siquiera habrá que añadir los diecisiete millones de pesetas de los acreedores, pues ellos mismos se han hecho cargo de la empresa. Por menos de dieciocho millones de pesetas, se han quedado con un patrimonio valorado en un justiprecio de 38 millones, y compuesto por terrenos, edificios, maquinaria e instalaciones de la refinería de aceite, estación de descarga y planta embotelladora.

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