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Escaso respaldo español para los pacifistas del Ulster

Juan Cruz

España es casi el único país del que no hemos recibido ayuda popular, nos dijo ayer en Londres Betty Williams, la dirigente del movimiento Gente de Paz, que funciona en el Ulster desde el pasado 10 de agosto. En una conferencia de prensa, la señora Williams declaró: La televisión española se ha interesado por lo que hacemos e incluso ha enviado a un equipo a filmar nuestras actividades y a recoger nuestras opiniones, pero siento decirle que todavía no ha llegado ninguna otra muestra de apoyo.

Con Betty Williams respondieron a las preguntas de un grupo de periodistas extranjeros los cofundadores del movimiento, Ciaran Mckeown y Mairead Corrigan. Pero fue la señora Williams la que, usando gafas oscuras, sonriendo muy pocas veces y mirando con cierto aire de desafío, llevó el peso de la reunión.El movimiento Gente de Paz, que en un principio fue una organización de católicas, agrupa ahora a personas de las dos comunidades religiosas enfrentadas en el Ulster. Hasta ahora Gente de Paz ha recibido apoyo moral y económico de varios países, especialmente de Alemania y Noruega. En Oslo recogerán pronto cerca de millón y medio de pesetas que los noruegos han recolectado como contribución a este movimiento pacifista. En Irlanda del Norte los sentimientos hacia Gente de Paz no son unánimes. Le reprochan su falta de coherencia con la situación que se padece en el Ulster, que requiere, según algunos políticos de la provincia, una solución que vaya más allá de la simple abolición de la violencia. Sin embargo, los pacifistas dicen que ese es su mayor objetivo y consideran posible alcanzarlo.

El momento más triste

Los pacifistas no han visto disminuir la violencia sino que han contemplado como se mantiene. Confían, con un optimismo que a veces se convierte en apostólico, en que la situación podrá calmarse cuando dejemos de vivir en el Ulster como en tiempos de la Edad Media, cuando haya trabajo para todos y los niños de las dos comunidades puedan ir juntos a la misma escuela, sin discriminaciones.Betty Williams rechaza los rumores que insisten en que Gente de Paz podría convertirse en un partido político. Lo único que queremos hacer es reagrupar a los irlandeses del norte, convertirnos en un pueblo unido, consciente de que no es igual al inglés, al escocés o al galés.

Gente de Paz rehusa hablar de las soluciones políticas que habría para que cese la violencia. Creemos que resolviendo los problemas de desequilibrio social que existen en este momento, se acabaría la violencia.

¿El momento más triste de las dos mujeres que pusieron en marcha la enésima idea pacifista del Ulster? Cuando nos atacaron en la zona católica de Belfast y los atacantes fueron mujeres y niños a los que todavía no les ha llegado nuestro mensaje.

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El mensaje -paz antes que nada, como lo resumen sus oponentes- será repetido el 27 de septiembre en un auditorio excepcional: la plaza de Trafalgar, en Londres, que durante los últimos dos años ha estado cerrada a cualquier manifestación relacionada con el Ulster y que ahora se abre para Gente de Paz. Mckeown, que no ha podido contar con The Beatles ni con otros artistas británicos, dijo ayer, en otra rueda de prensa, que espera que venga Joan Baez. Los que estarán serán los responsables de la Iglesia católica en el Reino Unido y de la Iglesia de Inglaterra, el cardenal Hume y el doctor Coggan.

«Es factible la reconciliación»

Nos extraña mucho que no hayamos recibido siquiera una comunicación española, se queja Mckeown, que es un periodista de Irlanda del Norte que abandonó su puesto de director de un semanario del Ulster para unirse a Gente de Paz. Yo creo que tanto para su país como para otros países iberoamericanos, africanos y asiáticos nuestro movimiento debe significar algo, porque ustedes también han pasado por situaciones de violencia. Y lo que nosotros pretendemos es mostrar que es factible la reconciliación entre comunidades que se han enfrentado.Este movimiento de paz comenzó a raíz de la muerte de tres sobrinos de Mairead Corrigan, que fueron atrapados en una acera de Belfast por el automóvil que conducía un miembro del IRA, quien perdió el control del vehículo al ser alcanzado por la bala de un soldado que lo perseguía. Ese incidente resumió un poco, según los pacifistas, la historia de los siete años de violencia que ha vivido el Ulster. Mairead Corrignan cree ahora que el grupo que ella ayudó a fundar puede mostrarle al mundo que Irlanda del Norte puede pasar a ser un ejemplo de paz.

Los tres líderes pacifistas que hablaron ayer con nosotros han sido frecuentemente intimidados por paramilitares de ambos bandos en la provincia del Ulster. Tenemos miedos privados pero como grupo no podemos tenerlos porque sabemos que hay miles de personas en Irlanda del Norte que ya ni sienten miedo porque, o han perdido sus casas o han perdido sus vidas.

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