El Ayuntamiento ya tiene los 5.000 millones de pesetas

El Banco de Crédito Local ha concedido tras una espera de seis meses, el crédito de 5.000 millones de pesetas al Ayuntamiento de Madrid, necesario para realizar el Plan de Urgencia de Acondicionamiento de Barriadas, según confirmó el alcalde, Juan de Arespacochaga, en la rueda de prensa que se celebró ayer por la mañana.

«El Banco de Crédito Local ha recibido ya de la Administración la orden para que se conceda al Ayuntamiento de Madrid el crédito de los 5.000 millones de pesetas», comunicó el alcalde de Madrid a los informadores municipales convocados a la habitual rueda de prensa que todos los jueves se celebra en la Casa de la Villa.El crédito en sí se concede por la cantidad de 4.550 millones de pesetas. El resto, hasta completar los 4.974 millones previstos en el proyecto del plan, se arbitrarán en orden a contribuciones especiales que, según dijo el delegado de Hacienda, Rentas y Patrimonio del Ayuntamiento, José María Alvarez del Manzano, dado su carácter social, «se aplicarán en corta medida».

La primera entrega del crédito será de 1.000 millones. Los restantes serán en dos anualidades, dentro de los años 1977 y 197 8. La fórmula de amortización se fija en diecinueve años de plazo, con uno de carencia.

«En el próximo presupuesto, dijo el alcalde, ya se preverán las partidas necesarias para absorber la carga financiera de amortización que esto implica».

La firma de la escritura correspondiente se realizará dentro de pocos días. «Yo creo, dijo el señor De Arespacochaga, que el día está al caer. Es más, me atrevería a asegurar que no excederá en la fecha de la primera quincena del mes de noviembre».

Tres áreas de actuación

El plan establece, en su memoria, tres áreas específicas de actuación, en base a que el crecimiento desordenado de la ciudad, a lo largo de los últimos años, ha rebasado la capacidad de respuesta del planeamiento urbanístico de todo tipo.Las tres áreas sobre las que se establece la actuación municipal a través de este plan son:

- De asentamiento de barracas o chabolas en sentido estricto, es decir, las viviendas que se configuran como absolutamente inadecuadas para su utilización por el ser humano.

- De características típicamente rurales, enquistadas en el medio urbano y ocupando suelo calificado como rural o como zona verde y cuya infraestructura no es la definitiva y

- De más antiguo asentamiento, con estructura viaria acorde con el plan de ordenación, pero sujeto a remodelaciones de la zona más o menos profunda.

Según el proyecto del plan, cada una de estas tres áreas precisa de un tratamiento diferente y de una calificación de urgencia claramente distinta. Para las áreas de chabolismo estricto no cabe otro tratamiento urbanístico que su erradicación plena, en una operación que el propio Ayuntamiento califica hoy como «cuantitativamente posible», en comparación con la situación existente en los años cincuenta, en relación al número de chabolas. Por otro lado, los barrios de asentamiento tradicional en Madrid precisan también en poca medida de la aplicación del plan de urgencia, ya que la política municipal se ha encargado de ellos a través de algunas actuaciones, si bien a costa muchas veces de las zonas más deprimidas.

Por todo ello, las áreas que necesitan de una mayor atención en el plan a desarrollar ahora, tras la concesión del crédito necesario, son las de características típicamente rurales, ya que quedan fuera de todo tipo de ordenación que se pueda hacer ahora o en el futuro y que, en algunos casos, llegan incluso, en razón de su ubicación, a perturbar el desarrollo en extensión de una ciudad que necesita -cada vez más, de suelo urbano con su correspondiente equipamiento y zonas verdes.

La solución que para estas zonas propone el plan es la de formar el equipamiento del que ahora carece, aunque sea en forma mínima, que permita suprimir el polvo y el barro de las calles, anule los focos insalubres ahora existentes, eleve el nivel sanitario de los barrios, a la vez que los dote de alumbrado para su seguridad y comodidad e incluso de espacios verdes y recreativos.

Ahora bien, casi todo el plan tiene un cierto sentido de provisionalidad y queda sujeto, por tanto, a futuras ordenaciones que de los sectores a que afecte se hagan. Esto puede traer como consecuencia el que una parte de las obras que ahora se realicen se vean arrasadas cuando llegue la definitiva ordenación del sector. Sin embargo, como el propio alcalde reconoció en una de las primeras ruedas de prensa, estos barrios sobre los que ahora se va a acometer por fin esta actuación «no podían esperar más tiempo a que Madrid estuviera terminado y todos los planeamientos realizados».

Oposiciones

Son varias las oposiones que el plan ha tenido desde que se empezó a hablar de él, sin que ni tan siquiera existieran todavía previsiones concretas sobre realizaciones a efectuar. Algunas de ellas surgían aduciendo razones tales COMO que, para poder atender preferentemente a unos barrios, era preciso dejar a otros sin el equipamiento que les correspondiera en principio; otras alegaban la inviabilidad del plan, en razón de que suponía para el Ayuntamiento un endeudamiento del que difícilmente podría salir airoso; unas últimas oposiciones surgían en el seno de la propia vida municipal, basando su razonamiento en el hecho de que este tipo de actuación correspondería ser ejecutado por un Ministerio, el de la Vivienda, que había sido creado expresamente para ello.Sin embargo, el plan, gracias a la concesión del crédito necesario, sigue adelante y, hay que reconocerlo, a ello se ha llegado por el tesón del alcalde y a los contactos personales que ha ejercido y a las presiones que ha puesto de por medio, incluida, en alguna ocasión, según los rumores, la sugerencia de la dimisión si el dinero no llegaba.