Los "victorinos" murieron a rejonazos
Los dos toros de Victoriano Martín que aparecieron muertos en los corrales de la finca «Los Enebrales» los mataron a rejonazos. Uno tenía una herida y el otro dos, y éste, además, había sido apuntillado. Todos los indicios son de que el atentado fue hecho por profesionales del toreo y más aún: por expertos en matar toros. Nada de maletillas. Las heridas de los rejones son las tres exactamente iguales: entran por el hoyo de las agujas -en posición un poco «caída»- y atraviesan al toro hasta perforarle el pulmón del lado contrario. El golpe de puntilla, a mayor abundamiento, es perfecto, propio de un profesional. El veterinario señor García González, que intervenía en el dictamen, manifestó que, según su experiencia, jamás un inexperto podría haber dado ese cachetazo certero.La Guardia Civil ha recogido huellas, marcas, incluso las de las rodadas de un coche en el que se supone que llegaron a «Los Enebrales» los rufianes. Es evidente que aparejaron los caballos, utilizaron los bueyes para encerrar a los dos toros de más trapío de la corrida que estaba apartada para Zaragoza, sacaron de nuevo a los bueyes para dejar solos a los toros, les dieron muerte sin torearlos. Nada de esto hace un maletilla. Es alguien -se supone- dispuesto a perjudicar al ganadero, quizá envidioso de los éxitos tan repetidos que ha tenido durante la temporada, y anteriores, o quizá interesado en que los dos victorinos de más trapío no salten al ruedo de Zaragoza. Entre los aficionados, y más aún entre el taurinismo, hay muchos rumores y sospechas convergentes. En voz baja se dan nombres.
Hoy recibe el gobernador civil de Madrid a Victorino y dos cualificados representantes de la Agrupación de Criadores de Toros de Lidia.
