El "premier" japonés rechaza un "arreglo político"
El primer ministro, Takeo Miki, rechazó ayer las peticiones formuladas por su partido, actualmente en el poder, para un arreglo político del escándalo Lockheed y manifestó que no intervendría en la investigación.
Hizo promesa durante un discurso pronunciado en una sesión especial del Parlamento, dedicada a tratar las medidas financieras del Gobierno.
«Ni el ministro de Justicia ni yo presionaremos políticamente a las autoridades de la investigación de ninguna forma», dijo Miki. «Esta es la política que me he propuesto seguir de forma estricta para dilucidar el asunto Lockheed».
Una delegación especial de jueces y de policías está indagando sobre la suma de 12 millones de dólares (812 millones de pesetas) que destinó la Lockheed para promover sus ventas de aviones en el Japón.
De la investigación ha resultado el procesamiento del ex primer ministro, Kakuei Tanaka, el predecesor de Miki, por acusación de haber aceptado 1,67 millones de dólares (113,56 millones de pesetas). Ha sido, no obstante, puesto en libertad bajo fianza y proyecta presentarse a las reelecciones al Parlamento.
Miki dijo que actuaría «de forma prudente y desapasionada» en la polémica con la Unión Soviética sobre la deserción del piloto Belenko, que aterrizó en Japón a bordo del caza de alto secreto Mig-25. La Unión Soviética ha protestado ante la decisión de Japón de examinar el avión.
Miki también expresó su deseo de que el proyecto de tratado de paz y amistad nipo-soviético, que lleva mucho tiempo inmovilizado, se concluyera pronto.
Por otro lado, Takeo Miki ha declarado en el Parlamento que el Gobierno proseguiría sus esfuerzos para que le sean devueltas las cuatro islas actualmente ocupadas por los soviéticos.
