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Ataques de "gamberros" en el Festival de L'Unitá, en Italia

Dos muertes en el Festival izquierdista de L'Unitá, provocadas por jóvenes delincuentes, a los que algunos atribuyen una intención provocadora, y la detención de seis activistas de los llamados «núcleos armados proletarios» (NAP), en Roma, han venido a reflejar, durante los últimos días, las tensiones políticas y sociales y la subversión latente que aún subsisten en el país.

En Lecco, en el norte de Italia, un militante comunista, Pier Antonio Castelnuovo, de 42 años, hermano del actor de cine Nino, ha muerto el domingo pasado a consecuencia de una agresión de seis jóvenes «gamberros». No muy lejos, en Curno, provincia de Bérgamo, un obrero de 18 años, Crescenzo Facoetti, ha resultado casi al mismo tiempo, gravemente herido de un tiro de pistola, disparado por un grupo de tres jóvenes provocadores.Los dos episodios de violencia han tenido por marco el festival de L'Unitá. Calstelnuovo, que era cardiopático, se encontraba con su mujer y sus hijos de 15, 11 y 10 años en el círculo comunista «Farfallino», cuando pasada la media noche pidió al grupo de «gamberros», que se negaba a pagar la cuenta, que se mantuvieran calmados. Agredido salvajemente a patadas y puñetazos, el hombre murió casi en el acto. El joven Facoetti, simpatizante comunista, de una familia democristiana, ha resultado con el abdomen perforado por una bala, disparada por tres jóvenes de 17, 16 y 22 años, algunos con antecedentes penales, que han sido detenidos.

En los festivales del norte había carteles con esta leyenda: «norte y sur, unidos en la lucha». Mientras tanto, se inauguraba el mismo domingo en Nápoles el festival nacional de L'Unitá. Un festival no significa únicamente una gran verbena de barrio o una «Kermesse», aprovechando en este caso el gran recinto periférico de las ferias de muestras, el Partido Comunista, que es una gran máquina organizadora, montó en realidad una «ciudad-parque», con debates culturales, espectáculos de teatro, jazz, conciertos y un mercado ambulante. En Nápoles, este año, los constructores de la ciudad del festival, que atienden por turno la vida diaria de las manifestaciones, son unos 10.000. En la «sala de información» hay debates sobre problemas políticos, en el «espacio niños» se da teatro-laboratorio para niños con escenificaciones animadas y marionetas. La primera jornada del festival ha estado dedicada a «la libertad para Chile y América latina», con la participación de Viviana Corvalan, hija del líder comunista chileno, la «brigada Pablo Neruda» y la compañía de folklore chileno «inti Illimani». El «Berliner Ensemble» presentará, como es natural, a Brecht.

Violencia al norte, mientras al sur »"gente serena, alegre y consciente» celebra una verbena y a la vez se informa, ve danzas húngaras y cubanas, fomenta el comercio menudo, se conoce, discute, come turrón tostado. Cabe preguntarse: ¿Se trata de una coincidencia, o de una nueva técnica de la estrategia de la tensión, oscuramente maniobrada, con el fin de sugerir que las fiestas comunistas, en vez de momentos de encuentro popular, son únicamente centros en que se desarrolla una latente violencia dispuesta a estallar en cualquier momento?

Bajo el título «Consciente firmeza», un editorial del diario del partido L'Unitá recuerda hoy «las profundas conmociones provocadas en algunos ambientes por la disgregación social, por la crisis ideal y moral que la acompaña. Que intérpretes y víctimas -concluye-, sean jóvenes sin raíces y desbandados acrecienta la preocupación y debe acentuar nuestro compromiso para la curación de la sociedad italiana».

Es difícil clasificar -y no sólo en Italia- todas las clases de juventud activistas existentes. En julio pasado, en el festival de Ravenna, los responsables de los trastornos fueron los «freak», un subgrupo de los «hippies» con vocación de robo, saqueo y droga. La «contestación» terminó a porrazos. Se trata a veces de jóvenes que necesitan estar simplemente en grupo, sin saber por qué ni para qué; de delincuentes en ciernes que camuflan con esporádicas ideas políticas, su tendencia a vagar y agredir.

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La opinión de derechas aprovecha tales episodios para concluir que «el Partido Comunista Italiano a duras penas logra acreditar la imagen de partido amante de la paz, de partido garante de futuro, de providencial partido úníco». Al menos, su «servicio de orden», que muchas veces rechaza la protección de la policía y los «carabineros», se demuestra -a su criterio-, ineficaz o insuficiente contra los que no quieren los festivales.

Activistas de extrema izquierda, detenidos en Roma

Entretanto, con la detención, el domingo pasado, de seis activistas del NAP (Núcleos Armados Proletarios), la policía romana estima que se le ha dado «un golpe decisivo» a la organización izquierdista.Entre los detenidos se encuentra Domenico Delli Veneri, considerado como uno de los principales dirigentes de los NAP, a quien desde hace seis meses buscaba la policía. A Veneri se le atribuyen varios atracos y atentados contra cuarteles del ejército, cárceles y locales de partidos políticos. Los «núcleos» aparecieron hace seis años en Nápoles, y pronto se extendieron a otras ciudades italianas.

Arrestados agresores del Festival de Bérgamo

También fueron detenidos tres de los cuatro agresores que en la madrugada del domingo dispararon contra un grupo de participantes en el Festival de la Unidad, de Bérgamo -paralelo al de Lecco-, e hirieron a dos personas.La policía ha descartado totalmente el móvil político, y anunció que se trató, simplemente, de un «acto de gamberrismo».

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