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Encadenados para protestar por la violencia

A mediodía de ayer, trece jóvenes se encadenaron a las verjas del Arenal bilbaíno en protesta por los últimos acontecimientos violentos que ha vivido España y, principalmente, por la muerte de Francisco Javier Verdejo en Almería. Los jóvenes, después de amarrarse con candados, se deshicieron de las llaves. A la media hora, con un gran corro de gente a su alrededor, apareció un coche patrulla que se dirigió a los manifestantes, uno de los cuales le entregó un manifiesto. Después, llegó un jeep con fuerzas antidisturbios, que invitó a los congregados a dispersarse. Los encadenados quedaron solos en la valla que los ataba, sin que la policía les increpara ni les quitara los carteles que portaban. Al ver que no podían cortar las cadenas, llamaron a los bomberos, que, usando unas grandes cizallas, desencadenaron a los «no violentos». La policía los introdujo en un coche celular a medida que los soltaban, mientras algunas personas aplaudían a los detenidos. Hubo gritos de «amnistía» y «libertad»-.

Entre los trece encadenados hay tres súbditos extranjeros: un alemán y dos francesas; uno de ellos pertenece a Amnesty International y otro a WRI (Internacional de Resistentes a la Guerra). Una de las jóvenes francesas es inválida y permaneció sentada en su silla de ruedas.

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