Ducati libera la sonrisa y el apetito de Marc Márquez

La sonrisa de Marc Márquez lo dice todo, incluso después de un GP de Italia en el que el podio se le escapó por un par de vueltas y apenas un segundo frente a “los tres titanes de Ducati”, en sus propias palabras. El ocho veces campeón del mundo vuelve a ser feliz encima de la moto gracias al abrazo de su nueva familia italiana, y para él eso era lo más importante cuando decidió romper su vínculo con Honda hace menos de un año. La adaptación fulgurante del catalán, que en siete carreras con la fábrica italiana se postula ya como candidato al título, confirma el acierto de su apuesta arriesgada.

”Por muy bueno que sea Marc, es difícil hacer lo que está haciendo”, apunta Frankie Carchedi, su nuevo jefe de mecánicos en el Team Gresini, estructura satélite de los italianos. “La historia nos dice que los pilotos han tardado mucho en adaptarse a una moto nueva. Por ejemplo, en Ducati, Lorenzo o el propio Pecco tardaron mucho más en ser competitivos, y nadie hizo lo que ha hecho él de buenas a primeras”, destaca en conversación con EL PAÍS. Después de la cita en Mugello, Márquez se va de parón veraniego en tercera posición de la tabla, a 35 puntos del líder Jorge Martín y a 17 del segundo clasificado, el vigente campeón Pecco Bagnaia, ambos con la última especificación de la moto que marca el paso.

”Ducati, personalmente, me ha aportado motivación, el seguir creyendo que soy capaz de ir rápido, que puedo seguir disfrutando de lo que más me apasiona en este mundo, que es el motociclismo”, cuenta Marc Márquez a este periódico. “Aquí disfrutas si vas delante, luego se gana o no, aquí pierden todos y solo gana uno. Estar ahí y poder luchar con los mejores marca la diferencia”, ahonda el dorsal número 93, que desde 2019, antes de su fatal lesión en el húmero derecho, no encadenaba tres podios consecutivos. En siete carreras esta campaña, acumula más cajones que en las últimas dos temporadas, y solo se le resiste una victoria que tanto él mismo como su equipo saben que caerá más pronto que tarde si son pacientes y meticulosos en su trabajo.

”Teníamos dos grandes objetivos este año. Marc quería saber si era rápido, y eso ya lo hemos comprobado con creces. El otro era volver a divertirse, y también lo hemos conseguido. Nos lo estamos pasando muy bien, y vamos paso a paso. Lo primero era estar entre los cinco primeros, luego estar con los mejores, subir al podio, y ahora toca seguir siendo regulares y dar el paso definitivo”, cuenta Carchedi desde el garaje. Márquez, tranquilo incluso cuando se disparan los rumores sobre la inminente decisión de Ducati respecto a su futuro, sigue sin fijarse demasiado en los resultados, una consecuencia natural si él se siente bien encima de la Desmosedici.

”Ha encontrado la felicidad, la mejor atmósfera para volver a sentirse piloto y volver a disfrutar de las carreras. Ahora ha demostrado que es rápido, y por eso tiene esa sonrisa imborrable en el rostro”, comenta su hermano Álex, quien mejor le habló de las ventajas de recalar en la modesta pero competitiva estructura privada con sede en Faenza. “Le hemos permitido olvidarse de la moto. Sabe que funciona y él puede centrarse tan solo en sí mismo, en mejorar y volver a encontrar su mejor nivel”, incide Gigi Dall’Igna, máximo responsable de Ducati Corse. Él deberá decidir estos días si coloca a Márquez o a Martín al lado de Bagnaia en 2025. A pesar de los buenos resultados registrados, Carchedi avisa de que su pupilo todavía está lejos de sacar el máximo rendimiento a su nueva moto. “Diría que estamos algo por encima del 50% en la adaptación, aún tenemos que encontrar muchas cosas”, asegura.

Ducati, sin duda, parece haber rescatado la mejor versión del octocampeón del mundo a sus 31 años.

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