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España ESP

Mikel Merino: “Quiero ser determinante cerca del área; es por lo que se paga dinero”

Antes del Dinamarca-España, el centrocampista de la selección habla en esta entrevista de su llegada al Arsenal y de su aprendizaje en el Borussia Dortmund, el Newcastle y la Real Sociedad

Mikel Merino
Mikel Merino, este miércoles en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.INMA FLORES
David Álvarez

Mientras la selección española avanzaba en la Eurocopa el verano pasado, se fraguaron operaciones que implicaban varios de los jugadores que deslumbraban en el torneo y que cambiaron de equipo esos días y los siguientes. Como Mikel Merino (Pamplona; 28 años), que pasó de la Real Sociedad al Arsenal. De vuelta con España, afronta este viernes en Copenhague contra Dinamarca (20.45, La1) el penúltimo partido de la fase previa de la Nations. La selección ya está clasificada para cuartos, y un empate la confirmaría como primera de grupo.

Pregunta. Llegó al Arsenal justo después de ganar la Eurocopa. ¿Nota que ese logro tiene algún efecto en los compañeros?

Respuesta. Sí, por supuesto. Los jugadores somos muy de respetar. Sabemos lo que cuesta ganar cosas de estas. Dices: “Ostras, este ha tenido que hacer bien las cosas para ganar un torneo de estos”. Ese respeto y esa admiración de tus compañeros se nota, sobre todo al llegar a un club así, con muchos jugadores jóvenes, y tú siendo uno de los veteranos. Notas que los compañeros te preguntan cosas, te respetan nada más llegar.

P. En 2023, al levantar la Nations, Rodri dijo que ganar serviría para construir una cultura que ayudaría a seguir ganando. ¿Qué peso tiene lo mental?

R. En el máximo nivel, donde la igualdad física, técnica y táctica es tanta, lo mental lo es todo.

P. En la Euro, algunos compañeros decían que ayudaba tener a Carvajal, Nacho o Rodri, que habían ganado mucho. ¿Se nota?

R. Tener alrededor jugadores como Carva, como Nacho, como Rodri, para la gente más joven, incluso para mí en ese momento en la final de la Eurocopa, ver cómo respondían a esos momentos de presión, ver que estaban tan tranquilos, con la confianza de haber vivido eso antes, te transmitía a ti tranquilidad. Decías: “Si estas personas que han estado aquí antes lo viven así, es que no hay de qué preocuparse”.

P. Allí, fue decisivo en un momento límite: en cuartos, marcó el 2-1 a Alemania de cabeza en el 119 que dio el pase a semis. ¿Cuánto conserva de ese momento? ¿Recuerda bien la jugada?

R. Suelo recordar bastante lo que voy pensando paso a paso. Era una jugada que estaba por la banda derecha. Como sé la calidad que tienen mis compañeros, y sé que Carva está por allí, en lugar de estar en una posición más atrasada para evitar la pérdida, estoy más adelantado. Porque sé que ese balón va a salir de allí al otro lado, que es donde está el lado libre. Y Carva lo hace de locos: pum, de primera al otro lado encontrando al jugador libre.

P. Ahí aún están lejos del gol.

R. Yo ya estoy en una posición adelantada, que me permite llegar luego al área con tiempo. Cucu [que recibió el pase de Carvajal] ve que se está adelantando Dani [Olmo] y se la da. Y yo sé que Dani, que es diestro y tiene muy buen golpeo, como es el último minuto, sé que va a sacar un centro sí o sí, que no se va a poner a regatear. Entonces yo ya busco referencia de dónde están mis compañeros, dónde están los espacios. A partir de ahí solo es hacer el movimiento: atacar un poco por delante para fijar a la marca y luego romper a la espalda, que es donde está el espacio. Y rezar por que el balón vaya ahí.

P. Y va ahí.

R. Dani la pone de locos, y luego ya es simplemente lo técnico: marcar los tiempos, ver venir el balón, marcar el salto, coordinar el cuerpo y rematar. Tardo un poco en hacer el movimiento y me pilla corriendo hacia atrás, y al saltar para atrás no tengo la fuerza de la inercia de ir hacia delante para rematar. Tengo que sacar la fuerza de mi movimiento del cuerpo: por eso abro las piernas tanto, para equilibrarme y darle la fuerza con las piernas y con el cuello. Y al final ya entró el balón y… la locura. Y un silencio increíble, porque todo el estadio se calló completamente: lleno de alemanes y pocos españoles.

P. Copió la celebración de su padre, Miguel Merino, tras marcar con Osasuna 33 años antes en ese mismo estadio. ¿Lo habían hablado?

R. No lo había hablado. Ese gol lo había visto muchas veces, porque es uno de los highlights de la carrera de mi padre, en competición europea. La celebración se hizo viral en su época, y es una celebración que yo hago también ahora. Parecía escrito para una película: que el hijo meta un gol en el mismo estadio, en competición europea, con el padre allí…

P. Él también fue futbolista. ¿Intervino mucho en su formación?

R. Desde pequeño siempre me ha intentado ayudar y ha encontrado muy bien el equilibrio entre intervenir y no intervenir. Hablaba mucho conmigo de cosas generales que hacen falta para ser un jugador educado. Los valores que tiene que tener un jugador de Primera División: el compañerismo, el trabajo, el no poner excusas, el sacrificio. Pero no influía en el tema táctico y técnico del juego. En eso dejaba mucho espacio a los entrenadores. No quería meterse y decir: “Yo he sido futbolista, sé mejor que tú lo que hay que hacer”. No, no.

P. ¿Y ahora ya de profesional?

R. Ahora sí que hablamos mucho más que antes del aspecto técnico, del aspecto táctico… En esta posición podrías haber hecho esto, o te podrías haber dado más metros, o podías haber hecho un amago para fijar un poco más… Ahora nos gusta mucho hablar de eso, porque los dos hemos mamado el fútbol profesional y hemos vivido esa misma situación y lo entendemos. Es algo que mi madre, por mucho fútbol que haya visto, y por mucho que sepa, que sabe mucho, nunca va a entender: lo que se siente al recibir un pase a bote pronto con el campo mojado y con la presión de un lado, y que tienes que jugar de primeras… Él sabe lo que se siente en esa posición.

P. No es la primera vez que sale de España para jugar. Con 18 años dejó Osasuna para ira al Borussia Dortmund. ¿Cómo fue el salto?

R. La cultura fue totalmente distinta. Y la idea de juego. Entonces, te cuesta un poquito adaptarte. Sobre todo al nivel. Vienes de Segunda, acabas de subir a Primera y el salto a un equipo de Champions es mayúsculo. A nivel futbolístico me costó un par de meses coger el ritmo, pero luego creo que enseguida me adapté. Entrenando estaba al nivel del mejor. Luego no tuve las oportunidades, o la confianza para poder jugar minutos… De hecho, estuve medio año entrenando de central, que nunca lo había hecho en mi carrera, y me costó mucho. Fue un año que aprendí mucho. Le di mucho valor a intentar salir de esa espiral negativa: era la primera vez que no jugaba, que no contaba para el entrenador.

P. Al año siguiente fue al Newcastle. ¿Qué le dio Inglaterra?

R. Hasta entonces era un jugador técnicamente bastante bueno. Tenía todos los conceptos tácticos en su sitio, tenía la idea de jugar, de no perder la pelota, que no me quemaba. Y me di cuenta de que la Premier era una batalla, que a nivel físico los jugadores eran lo máximo de lo máximo: la intensidad, los contactos… Me di cuenta de que tenía que crear una base física mucho más fuerte si quería competir a ese nivel cada tres días.

P. Ha contado que después, en la Real Sociedad, Imanol Alguacil le ayudó a progresar en lo táctico, y a contar jugadores. ¿A qué se refiere?

R. Antes sacabas los jugadores libres, o por dónde tiene que ir el balón, a base de talento. La controlabas, la tenías un poco más, aguantabas el choque, y de repente veías un tío que estaba solo y pum, se la dabas. Imanol te empieza a decir cómo te aprietan, quién te va a saltar, quién está con quién, que van a pares, o más uno o menos uno. Empiezas a fijarte cuando no tienes el balón en cómo se están comportando ellos, y empiezas a entender antes de que te llegue el balón quién va a ser el libre y quién va a saltar a quién, y para dónde tienes que hacer el control. Eso es lo que me ha dado una tranquilidad mayor a la hora de anticipar las acciones.

P. ¿Cómo se seduce a un jugador? ¿Qué le contó Arteta?

R. Me sedujo que era un equipo en un proceso de crecimiento, que todavía no habían ganado y querían ganar. Sentirte partícipe de construir una cultura ganadora, como me pasó en la Real. Y también que insistieron en que podían ayudarme a mí a crecer más. Va a ser un sitio donde te van a intentar ayudar a pulir tus defectos y convertirte en ese jugador total que pueda conseguir más cosas a nivel individual.

P. ¿Qué le gustaría mejorar?

R. Me considero un jugador muy determinante en el juego en general. En ayudar a que el equipo esté sólido defensivamente, a que lleve el peso del partido con balón, que no pese la presión y hacer que haya continuidad en el juego, y que tu equipo se plante en situaciones en las que los delanteros pueden marcar. Pero sería algo increíble poder ser también determinante no solo en el aspecto general sino también en el gol, en las asistencias, cerca del área y en el último tercio. Los mejores del mundo hacen eso bien, y es por lo que se paga más dinero. Y es lo más difícil. Ojalá pueda hacerlo yo también.

Clasificación

Grupo 4 PT PJ PG PE PP
1
ESP
10 4 3 1 0
2
DIN
7 4 2 1 1
3
SER
4 4 1 1 2
4
SUI
1 4 0 1 3
Grupo 4 PT PJ PG PE PP
1
ESP
10 4 3 1 0
2
DIN
7 4 2 1 1
3
SER
4 4 1 1 2
4
SUI
1 4 0 1 3

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Sobre la firma

David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.
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