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Dani Olmo: “Mi padre me enseñó a leer los partidos”

El catalán será, en principio, el sustituto del lesionado Pedri ante Francia en semifinales

Dani Olmo, en un momento de la entrevista.
Dani Olmo, en un momento de la entrevista.MIGUEL MORENATTI (DIARIO AS)
Juan I. Irigoyen

Dani Olmo (Terrassa, 26 años) apareció en su primera concentración en la sub 21 vestido de traje. “Pero no con corbata”, advierte, entre risas; “a veces le pongo un poco de fantasía a la ropa”. Desde ese día, su fútbol —no su atuendo— conquistó a Luis de la Fuente. Sin embargo, el 10, uno de los preferidos del técnico, rezagado por unas molestias musculares, comenzó la Euro en el banquillo. Esperó su oportunidad. Suma dos goles y dos asistencias y será, en principio, el sustituto de Pedri en la semifinal frente a Francia.

Pregunta. ¿Para su padre siempre jugaba mal?

Respuesta. Los padres pueden ser muy exigentes, es verdad. Pero al mío, a veces, sí que le gusta cómo juego. Mi padre fue entrenador [Girona, Sabadell, Terrassa, entre otros], jugador [Terrassa, Gavá, Premià] y hemos tenido muchísimas charlas de fútbol después de mis partidos, pero también viendo otros encuentros.

P. ¿Le ha agudizado la capacidad de escuchar?

R. A veces acabas enfadado porque sabes que has jugado mal un partido y luego viene tu padre y te lo repite… Pero siempre ha sido para mejor, en ese sentido no me molestaba. Sin embargo, cuando tengo sensaciones buenas después de un partido, me ayuda que me repitan las acciones en las que puedo mejorar. Las entiendo como una suerte. Hay padres que no tienen ni idea y se creen entrenadores. Eso sí que es malo. Las nuestras, cuando yo era joven, eran conversaciones de fútbol, no era que viene a recriminarme tipo: “Has hecho esto, esto y esto mal”.

P. ¿Qué le decía?

R. Yo ya era muy exigente conmigo mismo. Pero él me mantenía en alerta. Por ejemplo, hablamos de cómo mejorar los controles, de cómo orientarme más rápido. No me marcaba errores técnicos o futbolísticos, sino más los de posición. Me decía que tenía que mirar más cómo iba el partido, que pensara en lo que pasaba en el juego. Me enseñaba a leer los partidos.

P. ¿Desde qué era pequeño?

R. No, cuando ya era mayor. Cuando era niño no me decía nada. Quería que disfrutara del fútbol y ya está. Eso era jugar, tampoco me equivocaba mucho… [se ríe].

P. ¿Siempre fue el mejor?

R. He tenido la suerte de jugar en los mejores equipos. He estado en el Espanyol, luego el Barça. Pasé al Dinamo Zagreb. Ganábamos mucho, siempre estábamos compitiendo por lo máximo y estaba rodeado de los grandes jugadores. Lo tenía fácil.

P. En un mundo en el que todo va rápido, usted optó por el camino lento.

R. Nosotros…

P. ¿Quiénes son nosotros?

R. Mi familia, mi gente. Cuando tenía 16 años era un momento clave para mi futuro y llegó la oferta del Dinamo de Zagreb. Contaba con los ejemplos de jugadores jóvenes que habían competido en el máximo nivel en el Dinamo: Modric, Brozovic, Mandzukic, Kovacic. Gente joven que jugó, que tuvo minutos, que participó. Y lo hicieron en la Champions, en la Europa League. Con 17 y 18 años estaban en el máximo nivel. Es un club que podía ser un trampolín. Me gustó la oferta y el proyecto. Me fue bien, obviamente hubo momentos de bajón. Pero todo es un proceso. El objetivo que teníamos se cumplió. Le tengo un cariño especial, Croacia es mi segunda casa.

P. Pero se mudó al RB Leipzig que tampoco es un grande de Europa.

R. Me vinieron a ver Nagelsmann y Markus Krösche, que era el director deportivo en ese momento. También era un club joven y ambicioso, que quería ganar y crecer. Yo tenía 21 años y lo más importante para mí era jugar. No quería dar el paso a un equipo grande y después quedarme en el banquillo. Quería ir a un lugar en el que me quisieran de verdad. Y el Leipzig lo es.

P. Ahora vuelve a estar en boca de varios clubes este verano, ¿cómo hace para aislarse?

R. Es fácil, no me preocupa ni me ocupa. Tengo a mi gente de confianza, también está mi padre. Hablamos del tema, alguna vez le puedo preguntar algo. Pero si no me dicen nada, no me inquieta. Ellos saben lo que quiero que me digan. A veces, me informan. No tengo problemas en ese sentido.

P. Esta situación de ir paso a paso en su carrera, ¿le ha ayudado a lidiar con la suplencia en el comienzo de la Euro?

R. Yo quiero jugar, es obvio. Pero que me haya tocado empezar desde el banquillo no me ha cambiado mi manera de entender la competición. Seguía con la misma ambición. Sabía que, en algún momento, me iba a tocar ayudar al equipo. Y lo más importante es ganar. En este equipo todos pensamos lo mismo. Y tuve mis oportunidades.

P. Todos piensan lo mismo, pero seguramente todos se consideren los mejores. ¿Cómo conviven los egos?

R. Todos nosotros somos importantes en nuestros clubes, pero la selección es otro mundo. Este es el equipo de todos. No es un equipo de egos. Yo antepongo el éxito del grupo al mío. Prefiero ganar la Eurocopa jugando menos a no ganarla jugando siempre. Quiero jugar, obviamente, pero lo más importante es el equipo. Y lo es en las concentraciones y en los entrenamientos. Aquí se compite, porque cuando lo haces, mejoras al compañero que juega. Y se compite si se juega y si no se juega también. Antes me había tocado empezar desde el banquillo y, a lo mejor, ahora me toca de titular.

P. ¿Esa es la fortaleza de este grupo?

R. Si le preguntas a mis compañeros estoy seguro de que le dirán lo mismo que yo.

P. ¿España es la selección que mejor juega?

R. Una de las mejores, si estamos ahí es por algo.

P. También está Francia que no es una oda al buen fútbol.

R. Le aseguro que el partido contra Francia se va a definir en los detalles. Cuando la gente dice que Francia no está jugando tan bien yo digo: “Espérate, que ahora pueden arrancar”. Tenemos que estar centrados en lo nuestro. Y si Francia está ahí es por algo. No se puede subestimar eso. Austria ha hecho una fase de grupos increíble y perdió contra Turquía. Turquía igual y después perdió contra Países Bajos. Jugar bien y no ganar, no sirve de mucho.

P. Normalmente el que juega mejor, gana.

R. Normalmente, sí. Pero nosotros tenemos experiencias de haber jugado muy bien y no haber pasado. Hay que aprender de eso.

P. Dijo Marcelo Bielsa que el fútbol moderno estaba evolucionando hacia un espectáculo menos atractivo.

R. El fútbol está cada vez más igualado, que no sé si significa que es más aburrido. Esa igualdad hace que haya menos ocasiones, menos individualidades. Te enfrentas a un compañero que es igual, o, si es mejor o peor, la diferencia es muy poca. Entonces, en ese sentido, la igualdad hace que el partido no tenga tanto ritmo o que no haya tantas oportunidades de gol.

P. España, sin embargo, tiró 35 veces a la portería de Albania.

R. Sí, pero contra Italia jugamos un partidazo y quedamos 1-0 con gol en propia puerta. ¿Es menos atractivo porque hay menos goles? Yo creo que fue un partidazo. Pero no quiero contradecir a Bielsa. Lo tengo muy arriba y mi padre mucho más. Cuando estaba en el Athletic y en el Leeds a veces escuchaba sus ruedas de prensa. Ahora menos. Para un futbolero, las reflexiones de Bielsa son increíbles.

P. Sabe que Philipp Lahm dijo que usted iba a ser el mejor de la Eurocopa.

R. Sí, lo sabía. Es un orgullo para mí. Es una leyenda. Me imagino que me ha seguido en la Bundesliga.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.
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