El impulso del orgullo herido del capitán Harry Kane
El delantero del Bayern se enfrenta públicamente a Lineker por sus duras críticas al mal juego de Inglaterra, que decide su ruta en la Eurocopa contra Eslovenia
El Inglaterra-Eslovenia de este martes en Colonia (21.00, La1) convoca, más que al desenlace de un mero partido de fútbol, al posible desentrañamiento de uno de los enigmas más insondables de esta Eurocopa. La selección de Gareth Southgate ha pasado en apenas diez días de ser la principal favorita para ganar el torneo, junto con Francia, a mostrarse como un sinsentido que ha derivado en una sonora trifulca pública entre su capitán y máximo goleador histórico, Harry Kane, y Gary Lineker, capitán en los noventa, cuarto en la lista de anotadores y hoy comentarista.
La tensión es máxima alrededor del equipo pese a que ocupa la primera plaza de su grupo y tiene asegurado el pase a los octavos de final. Pero lo que ha desplegado en el campo resulta incomprensible. Después del empate contra Dinamarca en el segundo partido (1-1), Lineker resumió el desempeño de una de las colecciones más deslumbrantes de talento del torneo como “una mierda”. Hasta la intervención del exfutbolista en el podcast The Rest si Football, decenas de periodistas y analistas habían dado rodeos alrededor de una conclusión tan tajante para expresar lo que les había sugerido Inglaterra.
La onda expansiva del juicio de Lineker, la voz principal sobre fútbol de la BBC, provocó un movimiento inusual. El capitán inglés no compareció este lunes en la víspera del partido contra Eslovenia, como suele hacer, sino que adelantó un día su aparición. Se presentó ante los medios el domingo en la base de operaciones de su equipo y mostró su incomodidad con el duro juicio de Lineker: “Yo nunca faltaría al respeto a ningún exjugador”, comenzó. “Estos exjugadores que ahora son comentaristas tienen que darse cuenta de que no es fácil escucharlos. Tienen que entender que tienen una responsabilidad. La gente le da importancia a lo que dicen”.
Pese a su mesura, Kane también se permitió un pequeño zarpazo a las viejas glorias que les estaban destrozando. Les recordó que ellos tampoco habían ganado un título con la selección: “Todo el mundo tiene su opinión, pero la realidad es que no hemos ganado nada desde hace mucho tiempo, y muchos de estos jugadores formaron parte de eso, así que saben lo duro que es”.
A Lineker no le convenció la argumentación de Kane, y este lunes volvió a la carga en el podcast: “¿Te imaginas si dijéramos: ‘Bueno, creo que jugaron muy bien’? Para empezar, estaríamos mintiendo porque no jugaron bien, y Harry sabe que no jugaron bien”. En el espacio le acompaña habitualmente Alan Shearer, también excapitán inglés, que este lunes no se movió un dedo: “No retiraría nada de lo que dijimos. Estuvieron muy mal y creo que lo saben la mayoría de los periodistas y del país, e incluso los propios chicos en el equipo: estuvieron horribles contra Dinamarca”.
Kane no lo negó: “¿He jugado a mi mejor nivel? No, pero en la fase de grupos de la última Eurocopa y del último Mundial no marqué y luego mejoré”. Sin embargo, las críticas no apuntaban a lo individual, sino al desbarajuste colectivo, con Foden, Bellingham y el capitán ocupando los mismos espacios; y con Trent Alexander-Arnold un tanto perdido en su traslado del lateral derecho al centro del campo.
En esas horas de tormenta, también se pronunció Foden, determinante en el Manchester City de Guardiola, a la deriva con Southgate: “Tengo la sensación de que la intensidad ha subido un poco”, dijo sobre los últimos entrenamientos antes del enfrentamiento de este martes, que más que un partido es una encrucijada para la Inglaterra de Kane.
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