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Fran Sol, el novelista de la SD Eibar, y otros escritores desde el césped

El atacante del club armero, que en las últimas jornadas ha sido decisivo para sostener al equipo en la cima de LaLiga SmartBank, ha escrito una novela de ciencia ficción durante su solitaria estadía en el Dinamo de Kiev ucraniano. No es el único futbolista que ha incursionado en la literatura

Fran Sol, el delantero de la SD Eibar que el año pasado publicó su primera novela.
Fran Sol, el delantero de la SD Eibar que el año pasado publicó su primera novela.SD Eibar

En un futuro de ficción, Fran Sol (Madrid, 1992) se ve como un tenista de élite obligado a abandonar su deporte y su ciudad para encontrar la cura de una rara enfermedad. En el presente, sin embargo, Sol es un delantero trotamundos que aspira a llevar a la SD Eibar, líder de LaLiga SmartBank, a la máxima categoría del fútbol español. En la ficción, Sol afronta obstáculos, adversidades y enemigos en un mundo confinado, desgarrado por los efectos del cambio climático. En la realidad, Sol desea, a los 30 años, volver a LaLiga Santander, donde solo disputó 17 minutos con el Villarreal CF en 2015 antes de abrir una exitosa etapa en Países Bajos y de un breve paso por el Dinamo Kiev ucraniano. Justo allí, para suavizar las largas y solitarias jornadas de concentración, Sol aunó los dos mundos, realidad y ficción, y se puso a escribir su primera novela. Pasó así a engrosar la categoría no muy numerosa de futbolistas que incursionaron en el mundo de la literatura y que ahora, en el mes del libro, repasamos.

La soledad del deportista, uno de los motores

La soledad en el caso de Sol, y el tiempo libre, han despertado al escritor que llevaba dentro. Una faceta también explorada por el exdelantero del Real Madrid y del Real Zaragoza, Miguel Pardeza (La Palma del Condado, Huelva, 1965), que, apesumbrado por abandonar la casa de sus padres de adolescente para perseguir su sueño de jugar en el Real Madrid se adentró en la literatura existencialista de autores como Sartre, Camus o De Beauvoir. Probablemente ese sea el germen de su primera novela, Torneo (Malpaso, 2016), con la que ganó el premio de la revista Panenka a mejor libro de fútbol del año. “Quise retratar los infiernos donde te pueden llevar los sueños. Siempre he visto al fútbol como un pretexto para hablar de otras cosas”, reflexiona Pardeza, licenciado en Filología Hispánica. La literatura, como en el caso de Sol, aparece otra vez como vía de escape para esa sensación de soledad, para contrarrestar la lejanía del hogar. Pero estos no son las únicas razones que las estrellas del fútbol encuentran para coger la pluma.

Diferente fue la motivación del futbolista del Athletic Club Óscar de Marcos, que se estrenó en 2019 con Togo (Fundación Athletic Club, 2019). La fundación del equipo, que también tiene su propio festival de literatura y fútbol, ha editado este libro que recopila recuerdos de la carrera del jugador de Laguardia con memorias de un viaje al país africano que le cambió la vida. “África, sin darme siquiera tiempo a ver la luz del día, me ha quitado de un guantazo toda burbuja protectora, toda tontería, toda fama”, escribe De Marcos en su primer libro. En una entrevista con este periódico, contó cómo surgió el proyecto: “Es seguro el mayor contraste que he tenido desde que estoy en el Athletic. De estar jugando aquí al fútbol como profesional a pasar parte del verano en África... Es el mayor salto que pude dar de un sitio a otro. Fue espectacular, no me gusta hablar de esas cosas, pero la Fundación me lo pidió muchas veces y como tengo mucha amistad con ellos y me cuesta decir que no, al final lo hice”.

Miguel Pardeza en un evento en el Santiago Bernabéu en 2012.
Miguel Pardeza en un evento en el Santiago Bernabéu en 2012.Pablo Blazquez Dominguez (Getty Images)

Las historias propias como punto de partida

El nexo es el componente autobiográfico. Tanto Fran Sol, como Pardeza o De Marcos se han inspirado en sus propias vivencias como jugadores para atreverse a escribir libros. La historia de Sol, la verdadera, comenzó en el barrio de Vicálvaro, un distrito humilde al este de Madrid. Jugaba en el equipo de la asociación de vecinos y de allí lo captó el Rayo Vallecano a los ocho años. “Fui el máximo goleador de todo Madrid en el Benjamín A”, recuerda. “Y entonces me fichó el Real Madrid”. Estuvo allí durante once años, pero no llegó a debutar en el primer equipo. Se fue cedido al CD Lugo y al Real Oviedo y luego lo compró el Villarreal CF. Saboreó la élite durante 17 minutos, pero para consolidarse como jugador tuvo que viajar a los Países Bajos. En 2016 se incorporó al Willem II Tilburg, donde jugó 88 partidos y marcó 47 goles.

El Dinamo de Kiev fue el primer equipo que desembolsó una suma de dinero para hacerse con su ficha. Fue en enero de 2019. “Allí nos citaban en la ciudad deportiva a las doce para comer juntos y luego nos mandaban a la habitación a descansar hasta las cinco, cuando comenzaba el entrenamiento. Pasé tantas horas solo que comencé a escribir”, cuenta. Aunque tuvo también tiempo de hacerse amigos, como las dos familias que han huido de la capital ucraniana, sitiada por las tropas del ejército ruso a las que ha cedido su casa de Madrid. “Si este año tengo que mudarme o hacer cualquier esfuerzo por ellos lo haré sin problema”, dice. Ahora mismo, Sol no sabe qué pasará con el Dinamo, dueño de su ficha.

En el centenar de horas encerrado en Kiev, Sol comenzó a escribir Madrid 2035, una novela con sesgos autobiográficos, editada por Punto Rojo, que cuenta la historia de un deportista de élite que padece una rara enfermedad y que se marcha de su ciudad para encontrar una cura. “Es un libro de aventura, de ciencia ficción, en el que el protagonista tiene que superar una serie de obstáculos. La gente que me conoce sabe que ese personaje soy yo y reconocen cosas que me han pasado”, explica. “Mi familia desea ya leer la segunda parte”, adelanta.

El retiro y la vuelta a la realidad

El contraste de la vida del futbolista con la realidad, como a De Marcos, también le ha servido como inspiración. “El colegio público me sirvió para sumergirme en el mundo real. Los lujos de un equipo como el Real Madrid, el bienestar,… Todo eso es muy diferente a lo que se cuece en un instituto de Vicálvaro”, afirma.

El presente de Sol se vislumbra mejor que cualquier ficción. A su equipo, la SD Eibar, líder de LaLiga SmartBank con 71 puntos, le quedan seis jornadas para aguantar la embestida de sus seguidores, la UD Almería y el Real Valladolid CF, que le pisan los talones con 70 y 69 respectivamente. En la última jornada, ante el Málaga, Sol marcó los dos goles que le dieron la victoria por 1-3 a su equipo.

A otros futbolistas, sin embargo, les preocupa también el futuro, qué harán una vez que acabe la corta carrera del deportista. El propio Pardeza, ídolo y ganador de dos Copas del Rey (1986 y 1994) con el Real Zaragoza, ha escrito sobre ello en su segunda novela Angelópolis (Renacimiento, 2020). Allí habla de sus años maduros en el Puebla FC mexicano y de sus preocupaciones por el retiro. Ahora, a sus 57 años, está a punto de lanzar su tercera novela, que nada tendrá que ver con el mundo del fútbol.

El asunto le preocupó también al argentino Jorge Valdano, campéon del mundo en 1986 y exdelantero el Real Madrid. “El jugador ve el final como una especie de abismo. Ese día se pierden muchas cosas. No solo un medio de vida. Se pierde la pasión, el reconocimiento público y la ocupación del tiempo, que es muy importante”, comentó Valdano a EL PAÍS en 2021. Columnista de este periódico y autor de cinco libros, en 2019 recibió el premio Vázquez Montalbán de periodismo deportivo, un galardón que supieron obtener escritores como Eduardo Galeano, Nick Hornby o Juan Villoro.

Poesía y policiales

Precisamente, tras retirarse a los 26 años, otro exfutbolista del Athletic Club, Fede Bilbao (Getxo, Bizkaia, 1935) también se metió de lleno en el universo literario. Se dedicó a su gran pasión: la poesía. Hasta la fecha, Bilbao ha publicado una veintena de obras, obteniendo en 2014 el premio Elías Amezaga, que entrega una asociación de su ciudad natal. En 2007, a los 72 años, el ex del Athletic Club contaba que la escritura fue su refugio en una carrera marcada por las lesiones y que empezó a hacerlo a escondidas de sus compañeros. “En mi juventud me salvé por el fútbol y escribiendo”, afirmó en una entrevista con EL PAÍS.

Otros exjugadores han aprovechado sus etapas más maduras como entrenadores para bautizarse como escritores. Es el caso del exentrenador inglés del FC Barcelona, Terry Venables o del entrenador español Pepe Mel, ambos autores de novelas policiales o de suspenso. Venables supo esconderse detrás del pseudónimo P.B. Yuill para publicar sus novelas entre las décadas de los setenta y de los noventa. Las creó entonces junto al escritor Gordon Williams y llegó a traducirlas al español mientras dirigía al Barça entre 1984 y 1987.

Contemporáneo de Pardeza en la cantera del Real Madrid, Pepe Mel (Madrid, 1963) se lanzó a escribir novelas históricas después de sentirse deslumbrado por la lectura de El nombre de la rosa de Umberto Eco. Mel, que no llegó a debutar con el primer equipo, abrazó la literatura en su época de entrenador del Real Betis, donde como jugador fue el máximo goleador de la categoría de plata en 1990. Lleva ya publicadas cinco novelas: El Mentiroso (Jirones de Azul, 2011), El camino al más allá (Jirones de Azul, 2011), La Prueba (Samarcanda, 2016), La llave sefardí (Almuzara, 2018), Los asesinatos de Xana (Almuzara, 2022). “Como entrenador, el primer día que entras en un vestuario todos te miran con la idea de buscarte un defecto para sacar ventaja. Escribiendo soy solo yo el que afronta el reto de parir una nueva criatura”, dijo en una entrevista con EL PAÍS en 2018.

Pepe Mel, durante su última etapa como entrenador de la UD Las Palmas en enero de 2022.
Pepe Mel, durante su última etapa como entrenador de la UD Las Palmas en enero de 2022.Quality Sport Images (Getty Images)

¿Es la literatura una ventaja para un futbolista? Pardeza responde sin muchas vueltas: “Muchos creen que entrenar la cabeza, leer, ayuda a jugar mejor. Si echamos una ligera mirada al profesionalismo actual nos daremos cuenta de que no es necesario. ¿Ayuda? Nunca está de más”, analiza. “Y para leer no hay que leer a Hegel, a Proust o a Joyce... Se pueden leer muchas otras cosas”.

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