Sergio García gana el LIV de Hong Kong y mira al Masters de Augusta

El Masters de Augusta aparece en el horizonte, del 10 al 13 de abril, y la cercanía del primer grande de la temporada encuentra a Sergio García en un brillante momento de forma. El golfista castellonense, de 45 años, se ha impuesto este domingo en el torneo de LIV en Hong Kong, su segundo triunfo en la Liga saudí después de que la temporada pasada conquistara Valderrama, su escenario favorito. Precisamente el recorrido asiático recordaba a García al trazado andaluz por su condición de campo corto, no sujeto a los pegadores y que obliga a pensar más en la estrategia y a utilizar casi todos los palos de la bolsa. Por ejemplo, un putter de hace seis años que el castellonense rescató de su casa y puso a punto en busca de mejores sensaciones en el green. Las encontró en Hong Kong y se impuso en la clasificación general con -18, tres golpes de ventaja sobre Dean Burmester y cuatro sobre Phil Mickelson. Jon Rahm fue sexto con -11. Por equipos vencieron los Fireballs de Sergio García, David Puig, Abraham Ancer y Luis Masaveu con -37, y la Legion XIII de Rahm acabó quinta con -33.

García abrochó un eagle en el par cinco del 3 y cuatro birdies seguidos entre el 8 y el 11 para dejar mudos a sus rivales e hincharse de confianza para atrapar el título y de paso mirar al Masters con otros ojos. El español se vistió con la chaqueta verde en 2017 (el triunfo le permite jugar el torneo de por vida pese a su marcha a LIV y las sanciones del circuito americano), pero desde entonces ha fallado el corte en cinco ocasiones y terminó en el puesto 23 en 2022 como mejor resultado. Ahora las sensaciones son diferentes, García ha limpiado la mente de malos pensamientos y en Augusta disputará el grande número 100 de su carrera, un registro que solo han alcanzado 12 golfistas en la historia. “Será una semana muy especial, pocos han llegado a esa cifra. Pero allí solo quiero divertirme pase lo que pase, ese es mi objetivo”, dijo este domingo García, un discurso que refleja esa nueva mentalidad: “El juego me encanta, me encanta competir. He tenido la suerte de tener un cuerpo que parece no lesionarse y estoy haciendo un gran trabajo mental. Estoy tratando de ver las cosas de una manera diferente, intentando asegurarme de quererme mucho más en el campo, incluso cuando no hay un buen golpe. Eso me ha ayudado mucho”, explicó.

El cambio mental ha dibujado un nuevo Sergio García en un curso especial porque también apunta a poder disputar la Ryder Cup después de haber pagado las multas al circuito europeo por su alistamiento en la Liga saudí. García quiere volver a saborear otra Ryder, la competición en la que es el máximo anotador histórico, una leyenda.

También el Masters de Augusta y la Ryder estimulan a Jon Rahm, otra vez en lo alto de un torneo de LIV: nunca ha salido del grupo de los 10 mejores desde su fichaje por la Liga saudí. El vasco también puede jugar el Masters como campeón (2023) y esta campaña planea jugar citas del circuito europeo para sumar méritos de cara a la Ryder. En su caso, sin pagar las multas, sino alegando ante la justicia al considerar que no debe ser sancionado. Rahm no pasó el corte en el Hero Dubai Desert Classic, del DP World Tour, que jugó a principios de año. En Hong Kong volvió a estar en el grupo de arriba. El Masters se acerca.