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Conference League - final - jornada 1
Fiorentina
Fiorentina
Bonaventura 67'
1 2
Finalizado
West Ham
West Ham
Benrahma 62'Jarrod Bowen 90'

El West Ham sublima el fútbol chato y gana un título tras 43 años en blanco

Un gol de Bowen en el minuto 90 da la victoria a los ingleses en la final de la Conference League ante una Fiorentina dominadora, pero escasa de recursos

Los jugadores del West Ham celebran la victoria en la final de la Conference League ante la Fiorentina, en Praga este miércoles.
Los jugadores del West Ham celebran la victoria en la final de la Conference League ante la Fiorentina, en Praga este miércoles.FILIP SINGER (EFE)

Apenas el Inter en la Champions, y contra el Manchester City, puede darle un título continental esta campaña al fútbol italiano, que optaba a un histórico triplete en las competiciones europeas y ya ha visto pasar de largo las dos primeras opciones. La Roma se quedó sin Europa League ante el Sevilla y este miércoles la Fiorentina no pudo suceder al equipo de Jose Mourinho en el palmarés de la nueva Conference League porque cayó ante el West Ham United, que suma su segundo título europeo tras la Recopa que ganó en 1965. Lo llora la Fiorentina, que acababa también de perder otra final, esta de la Copa italiana, ante el Inter.

FIOFiorentina
Fiorentina
1
Terracciano, Luca Ranieri (Igor Julio, min. 84), Dodo, Nikola Milenkovic, Biraghi, Rolando Mandragora (Antonin Barak, min. 92), Bonaventura, Sofyan Amrabat, Jovic (Arthur Cabral, min. 45), Nicolás González y Cristian Kouame (Riccardo Saponara, min. 61)
WHA West Ham
2
West Ham
Areola, Coufal, Naif Aguerd, Zouma (Thilo Kehrer, min. 61), Emerson, Benrahma (Fornals, min. 76), Jarrod Bowen, Declan Rice, Tomas Soucek, Lucas Paquetá y Michail Antonio (Ogbonna, min. 93)
Goles 0-1 min. 62: Benrahma. 1-1 min. 67: Bonaventura. 1-2 min. 90: Jarrod Bowen.
Árbitro Carlos del Cerro Grande
Tarjetas amarillas Benrahma (min. 30), Naif Aguerd (min. 53), Rolando Mandragora (min. 66), Duncan (min. 67), Nikola Milenkovic (min. 74), Sofyan Amrabat (min. 85), Cresswell (min. 90) y Jarrod Bowen (min. 97)

Después de 43 años sin celebrar un título (una Copa inglesa en 1980), con el único bagaje de un título europeo que levantó Bobby Moore un año antes de alzar la Copa Jules Rimet en Wembley, el técnico David Moyes decidió que el plan del West Ham United en una final debía ser plegarse en su campo, juntar dos líneas de cuatro hombres ante el portero y esperar el fallo del rival para salir a la contra o rascar alguna episódica acción a balón parado. Después de gastarse este verano 194 millones de euros en fichajes e ingresar apenas 21, en el colofón de una carrera en la que apenas ganó una Supercopa inglesa al Wigan nada más heredar el puesto de sir Alex Ferguson en el Manchester United, Moyes acható a su equipo para convertir el partido en una nadería. Le ayudó la Fiorentina, que tomó la pelota entre la complacencia de su rival y la escasez de recursos para gestionarla.

Todo sucedió entre tensiones y rigideces. El equipo italiano trató de mover al rival, pero lo hizo presa del pánico, alterado por la posibilidad de que cuando perdiese la pelota ofreciese espacios que le convirtiesen en vulnerable. Apenas probó a Areola e incluso sufrió cierta zozobra por ejemplo en un saque de banda que el West Ham colocó en el punto de penalti y que tras la correspondiente melée acabó en disparo de Rice cerca del palo.

Poco más sucedió hasta que a la hora de partido un primer gol abrió el partido. O al menos alteró ánimos e incluso intenciones. Hasta entonces la noche en Praga fue tan áspera como lo fue el día, en el que se reportaron incidentes entre ambas aficiones con una veintena de detenidos. Algunos aficionados del West Ham decidieron que su sello también debía de quedar en el estadio. Allí se hidrataron con una suerte de jarras de plástico que una vez vaciadas se convirtieron en proyectiles para lanzarlos al campo. Una de ellas impactó en la cabeza de Biraghi y le hizo una brecha, un lamentable parón en un partido que no tomó ritmo, pero en el que la Fiorentina pudo marcar en la última acción antes de la media parte. Nico González se sacó un centro monumental y Kouamé cabeceó al palo, el rechace lo empujó Jovic a la red, pero el delantero exmadridista estaba en fuera de juego.

Tras el receso el West Ham se animó a esperar a su rival unos pasos más arriba. Visto que la Fiorentina no era capaz de progresar tampoco parecía mala idea tratar de recuperar la pelota algo más cerca de su portería. Tampoco es que Moyes se tirase a la piscina sin flotador, pero algo pareció cambiar porque el partido dejó de ser un insípido monólogo del equipo italiano. Y por el camino se encontró en ventaja en el marcador gracias a un penalti accidental, una mano de Biraghi en la que el VAR auxilió a Carlos Del Cerro, que se retiraba del arbitraje y, siempre excelente en la conducción de los partidos, no había visto la infracción en tiempo real. Benrahma anotó desde los once metros y arriesgó una expulsión porque tras el gol se subió a la grada cuando ya tenía una amonestación.

La Fiorentina tardó cinco minutos en empatar, una gran noticia para el equipo visto el pelaje del rival que tenía enfrente. No le dio tiempo a sacar más candados al West Ham antes de que Nico González ganase un balón aéreo y el veterano Bonaventura cruzase un remate a la red. Todo se agitó, pero los irons se encargaron de que las cosas volviesen a su sitio. Volvió a taparse y a esperar que el cansancio de unos y otros mostrase un resquicio por el que colarse hacia la victoria. Lo encontró Lucas Paquetá a punto de cumplirse el minuto noventa. Pisó un balón que quedó suelto en la medular y sacó lustre a la zurda para colocarlo tras la zaga viola y dejar a Bowen ante el portero. El gol premió un plan rácano, pero nadie se acuerda de los detalles en estas ocasiones. David Moyes, que estuvo varias veces a punto de perder su puesto esta temporada, festejó como si no hubiese mañana. Y quizás, si de ganar se trata, no lo haya.

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