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PAISAJES
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Real Madrid - Manchester City: la teoría circular del fútbol

Lo que hace un año parecía finiquitado vuelve a abrirse en un par de semanas y todos esperamos expectantes, lo que desde aquí, Inglaterra y casi toda Europa menos Italia, consideramos una final anticipada

Rodrygo marca de cabeza el segundo gol del Real Madrid frente al Manchester City en la vuelta de semifinales de la última Champions.
Rodrygo marca de cabeza el segundo gol del Real Madrid frente al Manchester City en la vuelta de semifinales de la última Champions.Luis Sevillano (EL PAÍS)
Andoni Zubizarreta

¿Les he explicado alguna vez mi teoría circular del fútbol? Yo diría que todavía no conocen esta parte de mi pensamiento científico de este juego y que se podría formular de la siguiente manera: “Si hay un gol en el minuto 10 del partido, habrá también uno en el 80″, de modo que los momentos del primer y el segundo tiempo se van solapando de forma no siempre exacta pero sí casi perfecta, haciendo que el tiempo se pliegue en el minuto 45. No voy a traer aquí los innumerables datos que confirman mi teoría y que me permitían pensar en mis días de portero (hay que ver el tiempo que tienen los porteros para pensar a lo largo de un partido y lo mal, o raro, que lo utilizan) que si estábamos por detrás en el marcador por muy mal que estuviéramos jugando, había esperanza para recortar la diferencia, siempre que el gol se hubiera producido en la primera parte. Y, al revés, activaba al máximo las alertas cuando nosotros íbamos por delante y teníamos el partido controlado, pero en mi mente había una lucecita que avisaba de que un gol iba a caer y no se sabía en qué lado del marcador.

Si quieren un dato preciso de esta fantasía miren lo que ha pasado con las semifinales entre el Real Madrid y el Manchester City. Lo que hace un año parecía finiquitado vuelve a abrirse dentro de un par de semanas y todos esperamos expectantes, lo que desde aquí, Inglaterra y casi toda Europa menos Italia, consideramos una final anticipada. Claro que luego llegará la final y volveremos a abrir el círculo de que todo lo anterior no sirve para nada si no ganas ese último partido. Y el bucle seguirá moviéndose en el infinito.

Ya, ya sé que alguno de ustedes alegará que esta vez el orden de los partidos es el contrario al de hace un año y que la vuelta se producirá en Mánchester, lejos de la mística y la magia del Bernabéu. Para estos incrédulos aportaré dos datos: el primero dice que ese es el círculo perfecto, ya que lo que empezó en Mánchester se cierra en Mánchester. El segundo dice que si de mística se trata viendo el partido de ida de la eliminatoria del Real Madrid en Liverpool y su desarrollo, verán que todo estadio es apto para este tipo de alteraciones de la mente. Y al que alegue que Liverpool no es Mánchester le diré que ya había dicho que ni los tiempos, ni las distancias, tienen que ser exactos, por lo tanto, las millas entre ambas ciudades no anulan el teorema.

Si quieren otra versión de lo mismo miremos la otra semifinal. Sí, confirmo que hay otra semifinal, entre Milan e Inter o viceversa. Veamos los años, las temporadas, los campeonatos en los que ese círculo competitivo se lleva produciendo, siempre como si fuera una Liga dentro de la Liga y donde gana aquel al que el resultado final, como si fuera una ida y vuelta de la Copa, le sea favorable. Y que ahora les enfrenta de forma magnífica en este último paso del viaje a Estambul y su finalísima, confirmando además que el fútbol italiano está de vuelta; la ausencia de su selección en los últimos Mundiales nos había hecho olvidar a este maravilloso país de fútbol que va a vivir todas las emociones concentradas en un solo estadio, un partido para la curva Norte, Inter; y otro para la Sur, Milan. Les recomiendo que no se pierdan los tifos de sus aficiones, si la UEFA los permite claro, porque son uno de los momentos más impresionantes de esos partidos.

Ya les digo yo que todo lo que pase va a confirmar mi teoría. Y si no se confirma, siempre consideraré que cada teoría, por absurda que sea, tiene su excepción y así poder seguir creyendo.

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