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Dos pinos de 30 metros se derrumban en el Masters de Augusta

La sorprendente caída de los árboles junto a los hoyos 16 y 17, a causa del viento, no provoca heridos pero causa conmoción y miedo en un campo cuidado como un museo

El árbol caído en el Masters de Augusta este viernes. Foto: MARK BAKER (AP) | Vídeo: EPV
Juan Morenilla

Dos pinos de unos 30 metros se han derrumbado este viernes junto al green del hoyo 16 y el tee del 17 del Masters de Augusta debido al fuerte viento y en su caída uno ha alcanzado a otro árbol que estaba a su lado y que se partió por la mitad. Según el circuito americano, PGA Tour, un nuevo árbol cayó en una zona diferente del campo. La sorprendente escena ha causado conmoción y miedo entre los aficionados que se encontraban en la zona siguiendo la segunda jornada del primer grande de la temporada, aunque la organización comunicó que no hay heridos. El derrumbe ocurrió poco antes de que la segunda vuelta del Masters fuera suspendida debido a una tormenta con peligro de aparato eléctrico, además de por la imposibilidad de utilizar en esos momentos el tee del 17. El juego ya había suspendido durante 21 minutos en otro momento de la ronda, y quedó finalmente aplazado con el estadounidense Brooks Koepka como líder con 12 golpes bajo par y su vuelta completada, y Jon Rahm segundo con -9 a falta de jugar los últimos nueve hoyos. La segunda ronda se retomará este sábado a las 8.00 (14.00 hora peninsular española) y a continuación se intentará jugar la tercera, todo dependiendo de las condiciones en un día en que se espera más lluvia y viento.

La jornada, en cualquier caso, quedó este viernes marcada por la caída de los árboles, un suceso extrañísimo en un campo de golf y más todavía en un museo como es el Augusta National Golf Club, donde cada detalle está cuidado al máximo y al milímetro. Sin embargo, es precisamente esta obsesión de Augusta por asegurarse de que todo parezca como pintado en un cuadro lo que puede haber provocado el accidente, al situar ese árbol en esa zona quizás de una manera artificial. Así lo explica a EL PAÍS Daniel Carretero, el único español que ha trabajado en el servicio de jardinería del Masters de Augusta. “Esa zona en la que se ha caído el árbol no es una zona arenosa, sino de barro, y cuando llueve el terreno se vuelve más inestable. En Augusta sitúan los árboles artificialmente donde creen que quedan mejor y puede que ese pino lo hayan puesto ahí sin estar todavía preparado o fuerte, y que por lo tanto las raíces no hayan penetrado lo suficiente y no hayan resistido la humedad y el viento”, comenta Carretero. “Creo que en Augusta hay demasiados árboles”, añade.

“Es el peor momento que he vivido en un torneo”, ha expresado este sábado Sergio García, que en el momento de la caída estaba en el green del 15. “Lo que pudo pasar fue muy grave. Hubo mucha suerte. Fui allí a ayudar y hubo ocho o 10 sillas que estaban aplastadas por los árboles. Mi mujer estaba atacada de los nervios, le entró un ataque de pánico. Fue algo tremendo y no se le está dando la importancia que realmente tuvo”, ha comentado el castellonense.

Los operarios que trabajaron en la zona estudiaron las raíces de los árboles caídos para averiguar la causa del desplome, y talaron el resto del árbol que cayó como consecuencia del golpe. “Empezaron a llover piñas y oímos un ruido tremendo”, expresaron algunos de los seguidores que estaban en esa zona. Fue el ruido del árbol desplomándose lo que avisó del peligro a los aficionados, que pudieron ponerse a salvo porque el pino tardó unos segundos en caer. El PGA Tour explicó en un comunicado: “En el momento en que sonaron las bocinas, dos enormes pinos cayeron cerca del tee del hoyo 17, haciendo que los aficionados de la zona se pusieran a cubierto. En el cercano green del hoyo 15, Sergio García se detuvo y observó lo que parecía estar sucediendo a cámara lenta, y sus compañeros de juego Kazuki Higa y Keith Mitchell miraban ansiosos para ver si había algún herido. Rápidamente llegaron trabajadores con motosierras para empezar a retirar los árboles caídos”.

Curiosamente, en ese mismo hoyo 17 cayó en enero de 2014 el famoso pino de Eisenhower, llamado así porque el presidente solía chocar con él cuando golpeaba su bola desde la salida. El árbol, situado a la izquierda de la calle, se derrumbó a consecuencia de una fuerte nevada. Tan cabreado estaba Eisenhower con aquel pino que se interponía en su camino que en 1956, siendo presidente de Estados Unidos, pidió formalmente que lo talaran. El presidente de Augusta, Clifford Roberts, se negó. Tachó la propuesta de la orden del día y ni siquiera se debatió. Y el pino no solo se salvó, sino que desde entonces fue conocido como el árbol de Eisenhower. Pero lo que no consiguió el mandatario lo logró la naturaleza. Una tormenta le dejó herido de muerte. “La pérdida del árbol de Eisenhower es una noticia difícil de aceptar”, explicó el entonces presidente de Augusta, Billy Payne: “Hemos hecho todo lo posible, hablamos con los mayores expertos del mundo en botánica, pero por desgracia era imposible salvarlo”.

Clasificación del Masters de Augusta.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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