Laprovittola: “Jasikevicius ha liberado mi juego”
El escolta del Barcelona, que este jueves se mide con el Unicaja en los cuartos de la Copa del Rey de baloncesto, explica su buen momento de juego gracias a la comunión de la plantilla
El entrenamiento se ha acabado y Saras Jasikevicus ya ha reunido al equipo en el centro de la cancha para chocar las manos y regalarse entre todos el aplauso colectivo antes de afrontar la Copa —hoy (21.30 Movistar) se miden al Unicaja—, pero Nico Laprovittola (Morón, Argentina; 33 años) se resiste a abandonar la pista, a no probar un par de triples más. Entran limpios, acariciando la red, y asiente. Pero lo que le hace sonreír son las chanzas con su compañero Paulí, también un pelotazo que recibe en la cara un asistente técnico que quiere atrapar un rebote de mala manera. Es el punto neurálgico de la plantilla, un jugador con carisma que se sabe líder junto a Mirotic.
Pregunta. ¿Se está viendo la mejor versión de Laprovittola?
Respuesta. No sé si es la mejor, pero sí estoy jugando a un nivel muy alto. Estoy rodeado de unos compañeros con mucha calidad que, además, son buenas personas. Y eso me permite pasármelo bien en la cancha.
P. ¿La madurez es buena compañera de viaje en el baloncesto?
R. Mucho. Para mí y para el equipo, porque somos varios con más de 30 años y eso hace que sepamos a lo que estamos jugando sin regalar nada. En mi caso, además, ser padre me ha dado estabilidad. Bruna, mi hija, y Delfi, mi mujer, la que siempre me ha apoyado en los momentos complicados, son los pilares de mi vida.
P. Imagino que se refiere a situaciones como cuando le apartaron del Zenit en 2018…
R. Estaba en la mierda y en ese momento tenía que trabajar muchas cosas dentro de mí, de la cabeza, pensamientos que hoy ya no tengo. En Rusia sentí que toqué fondo y, empujado por mi mujer, tuve que pedir ayuda. Me sirvió mucho. Ahora tengo relación con el psicólogo, pero solo de hablar, no estamos trabajando.
P. También pasó situaciones personales duras, como el secuestro de su madre (Margarita Stolbizer, política que fue candidata a la presidencia de Argentina)…
R. No solo a ella, también a mi hermano. Es muy duro vivirlo desde fuera cuando tu familia está en casa. Pensamos que no fueron meditados, que son cosas que pasan en Argentina. Por suerte nunca ha pasado nada grave, pero son situaciones que marcan.
P. Y al jugador, pase lo que le pase, la afición le va a juzgar por lo que ocurra en la cancha, ¿no?
R. Es difícil competir contra eso o encontrar un punto de equilibrio porque se te juzga de mala manera sin tener una base del porqué suceden las cosas. Es la vida del deportista, que siempre está delante del foco y se le valora por lo que hace vibrar a los demás. Es algo que tenemos que aceptar. Se trata de mirar hacia delante y poner una sonrisa.
P. ¿Si sonríe juega mejor?
R. Siempre ha sido así. Y ahora en el Barça ocurre porque tengo muy buena relación con todos, porque es un vestuario muy divertido. Yo también trato de sacar una sonrisa a todos, incluso a Saras, aunque a veces es difícil. Hay que saber escoger los momentos. Se trata de no tener siempre una relación dura, estricta; a veces hay que descontracturar.
P. En la pista vive enfadado.
R. Ya lo vivimos de una manera natural. Sabemos cómo es y eso lo hace para intentar sacar lo mejor de los jugadores, trata de contagiar su energía. No quiere regalar nada, lo lleva dentro. Son cosas muy buenas para el equipo por lo que tenemos que aprender a lidiar con eso. Para mí, es un entrenador que me ha marcado.
P. Le hace jugar más de escolta que de base.
R. Vio mi faceta de 2, aunque ya había intercalado el puesto con el de 1 en otros equipos o en la selección. Me ha puesto ahí para sacar ventajas. Me ha liberado en mi juego y lo agradezco.
P. Saras reveló que había mejorado con los vídeos, ¿es así?
R. Las sesiones individualizadas de vídeo nos facilitan el trabajo. Intento trabajar mucho la tensión que tienen los rivales conmigo. Cuando penetro ver por dónde tengo que sacar el balón. Hay jugadas específicas que son para mí y para ciertas situaciones de juego en las que tratamos de sacar ventajas. También trabajo situaciones en la que estoy distraído o tengo una perdida que nos cuesta caro.
P. ¿Pero también hay días en los que nota que está inspirado?
R. Sí, pero para eso es importante meter la primera. Eso da confianza. Y hay veces en las que uno siente que mete todo.
P. ¿Tanto que podría hacer como Curry y darse la vuelta antes de que la pelota entrase en la canasta?
R. Acá no podría hacerlo, creo que a Saras le daría un ataque. Pero sé que si está bien tirado, va a entrar. Aunque a veces entran unos que no son buenos.
P. ¿Saras le ha hecho un jugador más ofensivo?
R. Siempre intenté ser ofensivo, un base que tomaba decisiones agresivas. Me gusta que me presionen, que me defiendan mucho, que estén encima de mí. Me da confianza porque así siento que soy peligroso. Pero si uno no hace un esfuerzo en defensa no estaría aquí, en un equipo así. Intento estar en los dos lados de la cancha.
P. Aunque en el Madrid no le renovaron y como despedida, un directivo, dijo que “no defendía un pimiento”…
R. Bueno, yo siempre intenté defender. Pero creo que necesitaba llegar aquí para darme cuenta de cómo mejorar, dónde estar posicionado, cómo afrontar los contactos… Pero también es verdad que el Barça ha aceptado mi manera de defender porque quizá no soy tan intenso como otros, pero tengo mis cualidades.
P. ¿Al dejar el Madrid le dio más gusto fichar por el Barcelona, por eso de la rivalidad enconada entre los dos equipos?
R. A ver, cuando jugamos contra ellos sí es posible que esté más motivado que en otros partidos…
P. Puede que se midan en semifinales de la Copa si vencen al Unicaja y ellos al Valencia.
R. Es una competición muy importante y mucha gente está expectante de lo que sucede aquí. Son tres partidos que no te permiten fallos y el primero es el Unicaja, que está haciendo una gran temporada, sorprendiendo a muchos con su baloncesto físico y rápido, lo que a veces no es lo más cómodo para el rival. Pero estamos preparados para ello porque si pierdes te vas a casa.
P. ¿Siente que ahora sabe más de baloncesto?
R. Siento que lo entiendo.
P. Aunque para sentir, sintió el Mundial de fútbol que ganó Argentina… ¡Se le vio llorar!
R. Un poco, sí. Y eso que cuando yo he ganado un título nunca me puse a llorar, quizá sí con algún partido de mucha tensión. Pero es que ahí me salió el futbolero que llevamos dentro todos los argentinos. Lo viví con mucha intensidad. Es difícil de explicar, pero en Argentina se transmite la pasión y se entiende con las imágenes cómo buscamos ese título.
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