Raphinha y la crisis de identidad que ralentiza su eclosión con el Barcelona
Lesionado Dembélé, el extremo brasileño trabaja para gestionar la ansiedad al tiempo que trata de encontrar su mejor versión bajo la dirección de Xavi
Para potenciar su futuro, Raphinha (Porto Alegre, Brasil; 26 años) hurgó en su pasado. Y, para mimar la autoestima de un futbolista, hay pocas cosas mejores que los goles. Hace unos días, el extremo del Barcelona, junto a un amigo y colaborador, se refugió en YouTube para ver sus jugadas y celebraciones con la camiseta del Leeds. “Lo hicimos para motivarlo y para que recordara porqué está en el Barça”, subrayan desde el entorno del brasileño. Lo que no sabe Raphinha es que probablemente haya mirado los mismos vídeos con los que cautivó a Xavi. La temporada pasada, con el futuro de Dembélé en el aire, en el cuerpo técnico del Barça seguían los partidos del Leeds para observar a Raphinha, por entonces cerca de la órbita azulgrana gracias a la relación entre Deco, su representante, y el presidente de la entidad catalana, Joan Laporta. Finalmente, Xavi se quedó con Dembélé. Pero también se le sumó Raphinha. Hoy, con el francés en la enfermería, el extremo gaucho necesita justificar por qué un club acorralado económicamente pagó 58 millones, más siete en variables, por él.
“Estamos trabajando para que pueda manejar la ansiedad”, cuentan desde su entorno. Y citan un ejemplo: “Como en el partido contra Corea en Qatar”. Resulta que, en el duelo de octavos de final entre la Canarinha y la selección asiática, con el marcador 4-0 en favor de Brasil, Raphinha se empecinó en marcar para poder dedicarle el gol a su mujer, que está embarazada. La insistencia del extremo lo llevó a tomar malas decisiones. “Eso tiene que pasarle cada vez menos, sobre todo en el Barça”, explican los que le rodean.
Aunque con estadísticas similares a las de su pasado —esta temporada lleva cinco dianas y siete asistencias en 28 partidos (0,42 de participación en goles por duelo, por el 0,43 que selló en el Leeds y el 0,41 que firmó en el Stade de Reims)— Raphinha sufre una especie de crisis de identidad. “Él sabe que no demostró su mejor nivel”, remarcan sus allegados. Xavi, sin embargo, lo protege. “Le tengo mucha confianza, ya se lo dije hace dos semanas cuando estaba más bajo de moral”, recordó el jefe del banquillo del Barça.
En el cuerpo técnico azulgrana, en cualquier caso, aclaran: “Aterrizar en el Barça no es fácil para nadie”. Y en el club recuerdan que todavía se encuentra en proceso de adaptación. “Es bromista, pero no es un flipado. Es más bien introvertido”, explica un empleado del Barça. Sin compatriotas en el vestuario, Raphinha hace buenas migas con Araujo (nació en Rivera, Uruguay, una ciudad en la frontera con Brasil) y con Iñaki Peña. “La palabra es conexión. Tiene que conectarse con los compañeros, con la afición y con el juego”, remarcan desde el entorno del jugador. Y, para eso, según cuentan en Sant Joan Despí, Raphinha trabaja. El jueves, después del partido ante el Betis, el equipo tenía el día libre. El brasileño, que había marcado el 1-0, se presentó en la Ciudad Deportiva para trabajar en el gimnasio.
Falta de conexión
“No es solo lo que hace durante la semana. En el campo, Rafa es uno de los extremos que más trabaja en el mundo”, aseguran en el cuerpo técnico. Xavi, por su parte, subraya: “Siempre que juega, genera. Pasa, llega a segundo palo, marca... es trascendente en el juego. Trabaja para el equipo, trabaja en la presión alta... es una garantía”. Pero Raphinha no se conforma con las palabras de su entrenador y junto a su entorno razona qué le falta para amoldarse al fútbol del Camp Nou. “Es muy diferente de lo que hacía en el Leeds. Aquí el equipo siempre tiene la posesión y él recibe el balón al pie. En la Premier podía aprovechar su velocidad porque había más transiciones”, explican los allegados al extremo. En el duelo ante el Girona, por ejemplo, sin espacios para explotar su rapidez, Raphinha perdió 24 balones, récord para un azulgrana en la temporada. “Que lo siga intentando. Tiene gol y tiene pase. Se lo tiene que creer, lo hizo muy bien contra el Betis. Es su momento”, rematan en el staff azulgrana.
Raphinha se siente cómodo en el extremo derecho, Dembélé también. Entonces, con el francés en la enfermería, el brasileño tiene cerca de cinco semanas (tiempo estimado de baja del exjugador del Borussia) para desafiar el estatus de Dembélé, el preferido del cuerpo técnico. “Tiene 26 años y cree que está en la edad para consolidarse en un gran equipo. Ahora va a tener más minutos. Es su oportunidad. La falta de Ousmane se tiene que notar lo menos posible. Tiene un mes”, cierran desde el entorno del brasileño.
Raphinha quiere corresponder a la confianza de Xavi. Y, esencialmente, busca su lugar en el Barça. Por ahora se adelanta a Ferran Torres y a Ansu Fati. No más. En la delantera del Barcelona, Lewandowski juega seguro.
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