Pablo Carreño alcanza su primera final de un Masters 1000

Sin Rafa Nadal, lesionado, y con Carlos Alcaraz fuera a las primeras de cambio, el Masters 1000 de Montreal apuntaba a que iba a traer pocas alegrías al tenis español. Pero Pablo Carreño, de 31 años, número 23 del ranking ATP, se convenció de darle emoción a las madrugadas españolas y sacando su mejor tenis, ese que le ha llevado entre otras cosas a colgarse un bronce olímpico, ha alcanzado la final del torneo canadiense, su primera batalla por un título de Masters 1000. El español ha vencido esta madrugada al británico Daniel Evans en un largo partido de casi tres horas (dos horas y 59 minutos) por 7-5, 6-7(7) y 6-2 para volar hacia su primera cumbre en el torneo canadiense, en la que le espera el polaco Hubert Hurkacz, número 10 del mundo.

“En un año difícil para mí, he tenido un nivel increíble. Es una gran oportunidad para intentar dar lo mejor en la final, y buscar mi primer Masters 1000. A ver cómo lo hago”, explicó con una sonrisa de oreja a oreja el tenista gijonés al concluir su batalla contra Evans, la más complicada que ha tenido que disputar en Montreal. El camino de Carreño a las semifinales había sido un paseo militar, sin ceder ni un solo set y con el 97% de juegos ganados con su saque, con una sola rotura sufrida, en cuartos ante Jack Draper. De esta manera llegó a sus terceras semifinales en un Masters 1000, pero esta vez con la confianza de verse favorito. En sus dos anteriores ocasiones, en Indian Wells 2017 y en Miami 2018, cayó ante dos colosos que le superaban por mucho en el ranking ATP, Stan Wawrinka (entonces número 3) y Alexander Zverev (número 5). Daniel Evans, el 39 del mundo, se advertía como un rival al que poder hincarle el diente sin demasiadas dificultades, pero la realidad fue que el español tuvo que tirar de épica para acabar con el británico.

Carreño comenzó el partido rodado, tan seguro al servicio como se había mostrado a lo largo de esta semana. Evans respondía con coraje y también buen tenis, dejando claro que iba a vender cara su piel. El británico dio el susto en el primer set al conseguir romperle el saque a Carreño, un hito en este torneo en Montreal, para poner el 5-5. Carreño no se puso nervioso y contestó arrebatándole el servicio en su siguiente turno y con un juego en blanco para cerrar la primera manga.

Las hostilidades se desataron en el segundo set, uno de los más espectaculares vistos esta temporada, con puntos largos, intensos y variados. Primero, Evans logró escaparse 4-1 tras una nueva rotura del servicio de Carreño. Obligado a dar un paso adelante, el español se encomendó a la épica y puso la pista canadiense patas arriba. Del 1-4 se pasó a un 5-4, con Carreño lanzando drives como cohetes teledirigidos. El español tuvo una bola de partido con 6-5, pero Evans logró salvar el pescuezo en el juego más largo de todo el encuentro. En el tie break, empujado por el público canadiense, el británico se levantó a tiempo y se llevó el desempate por 9-7.

El tercer set era terreno desconocido para Carreño en Montreal y la inercia de Evans apuntaba a que la pelea sería intensa. Pero la realidad fue que el británico se había desfondado en el segundo set y llegó a la tercera manga con las fuerzas bajo mínimos. En cambio, Carreño volaba desde el fondo de la pista, como si no le pesaran las más de dos horas de juego que llevaban de batalla. Consiguió una rotura en el sexto juego y se puso por delante 4-2, dejando muy tocado anímicamente a Evans, que ya no levantó cabeza y no volvió a ganar un solo punto en los dos siguientes juegos. Como una apisonadora, Carreño cerró su pase a la final con un parcial final de 16 puntos a tres.

Esta noche, a las 22.00 (a través de #Vamos y Movistar Deportes), le espera el mayor reto de su carrera contra el polaco Hubert Hurkacz, que venció en cuartos a Nick Kyrgios y a Casper Ruud en semifinales. Los dos tenistas se vieron las caras el año pasado en dos ocasiones, con una victoria para cada uno (triunfo de Carreño en Cincinnati y victoria de Hurkacz en Metz). Esta será la segunda final del español esta temporada tras haber caído en el Conde de Godó ante un Carlos Alcaraz que en esas semanas apuntaba a que se iba a comer el mundo. Ahora es el gijonés el que tiene la oportunidad de morder su primer metal en un Masters 1000 con 31 años.

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