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Tadej Pogacar, la atracción en San Sebastián

El dos veces ganador del Tour intentará sacarse la espina en la primera prueba de nivel después de la ronda francesa

Tadej Pogacar con el maillot blanco del Tour de Francia 2022.
Tadej Pogacar con el maillot blanco del Tour de Francia 2022.YOAN VALAT (EFE)
Jon Rivas

Entre jóvenes ambiciosos, suficientemente preparados, un veterano, Alejandro Valverde, se despedirá de la Clásica donostiarra como si fuera un actor que pasea por la alfombra roja del festival de cine. Tendrá su homenaje, como quien recibe el premio Donostia por su trayectoria, que no es menor en la carrera: seis veces en el podio, dos de ellas como ganador.

Será la película que abra la sección competitiva, que parece más destinada a un actor joven, de la nueva hornada, pero tal vez con más fuerzas que el murciano o que Vincenzo Nibali, otro protagonista de la generación más avanzada de un ciclismo en el que no parece haber términos medios; que ha pasado de los talludos treintañeros a los imberbes postadolescentes.

El último ganador, el estadounidense Neilson Powless, que venció con 24 años, precedió en el palmarés a Remco Evenepoel, que sorprendió en 2019, con 19 años, en su primera participación en una prueba del World Tour con un triunfo apabullante, y que parece muy lejano, aunque el belga, ahora con 22, y pese a su calidad, ni siquiera parte como favorito ante la presencia del campeón desbancado del Tour, Tadej Pogacar, con espíritu de revancha, al menos parcial, porque es complicado salir sin secuelas anímicas de una derrota en la mejor carrera del mundo.

El esloveno tiene a su favor, además de la marcha suplementaria que otorga el haber participado en una carrera de tres semanas, un recorrido sólo apto para ciclistas muy dotados. La última ascensión a Igeldo por su cara oculta, que llega con 210 kilómetros en las piernas de los corredores, será definitiva para desbrozar el grano de la paja. Cuenta con una rampa de cien metros que alcanza porcentajes que desafían las leyes de la gravedad, al 19%, y una pendiente media del 10,1% durante más de dos kilómetros.

Además de las presencias, entre los ausentes destaca el nombre de Wout Van Aert, el coloso del Tour, que alega un resfriado muy oportuno para sus piernas, pero que no le impidió ganar un critérium pocas horas después de pasar por la consulta del médico. Tampoco estará Julian Alaphilippe, positivo por covid en la Vuelta a Valonia. Mikel Landa también se descolgó de la carrera, en la que sí estarán los dos corredores a los que se apuntan como remedios del deprimido ciclismo español: Juan Ayuso y Carlos Rodríguez.

Aunque en la víspera de la carrera, cuando el Boulevard era una fiesta en la presentación de los equipos, lucía el sol y apretaba el calor, que llenaba la playa de La Concha, los partes meteorológicos prevén lluvia durante las primeras horas de la carrera, y un ambiente más fresco que el de las últimas semanas, lo que puede convertirse en un factor de riesgo mientras los ciclistas afrontan Azkarate, Urraki y Alkiza, las cotas que jalonan la primera parte del recorrido de 224,8 kilómetros, en el que se ascenderá también a Jaizkibel, el clásico de los clásicos, Erlaitz y Murgil-Tontorra, la subida a Igeldo, desde donde se desciende hasta la meta donostiarra.

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