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La UEFA contra Rusia

El organismo europeo, con estrechos lazos comerciales con la nación rusa, condena la invasión y este viernes decide si veta a San Petersburgo como sede de la final de la Champions

Guerra Rusia Ucrania futbol
Estadio Gazprom de San Petersburgo, elegido por la UEFA para acoger la final de la Champions League 2022.Alexander Demianchuk (Alexander Demianchuk/TASS)
Ladislao J. Moñino

El inicio de la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas en la madrugada del jueves y las presiones políticas provenientes del Reino Unido y de la Unión Europea han obligado a la UEFA a plantearse el veto a San Petersburgo como ciudad anfitriona de la próxima final de la Liga de Campeones, prevista para el 28 de mayo. Para la mañana de este viernes ha sido convocado de urgencia el comité ejecutivo de la UEFA, órgano que debe decidir sobre la sede rusa. Fuentes del organismo rector del fútbol europeo ya emitían señales desde primera hora de la tarde del jueves de que San Petersburgo no acogerá la final de la Copa de Europa. La guerra ha entrado de lleno en el fútbol.

Dos horas después de anunciar con carácter extraordinario la cumbre de hoy, la UEFA emitió otro comunicado condenando la agresión de Rusia a Ucrania. “La UEFA comparte la importante preocupación de la comunidad internacional por la situación de seguridad que se desarrolla en Europa y condena enérgicamente la actual invasión militar rusa en Ucrania. La UEFA trabaja incansablemente para desarrollar y promover el fútbol de acuerdo con los valores comunes de Europa, como son la paz y el respeto a los derechos humanos”, señalaba la nota.

Con el anuncio por parte de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de una batería masiva de fuertes sanciones económicas contra Rusia, la UEFA seguirá la línea marcada por la Unión Europea, de la que pidió y obtuvo protección en el conflicto de la Superliga. Además, está a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia Europea dictamine si incurre en monopolio y en abuso de posición en la organización de las competiciones de clubes como denuncian los tres supervivientes de la Superliga, Real Madrid, Barcelona y Juventus.

Contrato con Gazprom

Hasta el desencadenamiento bélico de las hostilidades, la UEFA, presidida por el esloveno Alexander Ceferin, se manejó con cautela por los estrechos lazos comerciales que la imbrican con Rusia y las consecuencias de enfrentarse a un enemigo como Putin. La empresa gasística Gazprom, que da nombre al estadio de San Petersburgo, es uno de los patrocinadores más relevantes de la UEFA. El director general de la filial Gazprom Neft, el ruso Alexander Dyukov, es miembro del Comité Ejecutivo que se reúne hoy para tratar el cambio de sede. El último contrato de patrocinio firmado en 2021 por la UEFA y la corporación energética del estado ruso, que expira en 2024, supuso una ampliación de la relación. No solo se limitaba a la Liga de Campeones, también a la fase de clasificación de la Euro 2024 y las fases finales de la Liga de Naciones de 2021 y 2023. Ceferin, como su antecesor Michel Platini, siempre ha tenido una mirada sensible hacia la expansión del negocio del fútbol en los países del Este. Cuando decidió presentarse a las elecciones a la presidencia del fútbol europeo, en 2016, los primeros apoyos que recibió fueron de Rusia y de sus países satélite, la gran mayoría de ellos exrepúblicas soviéticas bajo su influencia.

El pasado martes, tras unas declaraciones del primer ministro británico, Boris Johnson, proclamando ya el cambio de sede ante la inoportunidad de jugar la final en San Petersburgo, y ante las informaciones aparecidas en los medios ingleses en la misma dirección, la UEFA negó el cambio de sede.

”La UEFA está monitorizando constantemente y de cerca la situación en Ucrania y Rusia. En la actualidad, no hay planes para cambiar el escenario de la final”, rezaba su escrito. Un día después, 60 eurodiputados firmaron y enviaron una carta a la UEFA en la que solicitaban el cambio de sede de la final de la Champions y la ruptura del contrato con Gazprom. Entre los europarlamentarios firmantes se encontraban Iban García (PSOE), Javier Nart (Ciudadanos), Ernest Urtasun (En Comú) y Clara Ponsatí (Junts).

El Schalke 04 tomó este jueves la senda exigida por los miembros de la Eurocámara al renunciar a los nueve millones de euros que recibía al año por lucir en su camiseta el nombre del gigante gasístico ruso. También el Manchester United, según medios ingleses, revisa su contrato de patrocinio con la compañía aérea rusa Aeroflot, por el que percibe unos 45 millones de euros anuales.

El conflicto afecta de lleno a próximas citas del calendario internacional. El 24 de marzo, Rusia recibe a Polonia en Moscú en partido correspondiente a la repesca del Mundial 2022. La eliminatoria es a partido único y si el conflicto perdura no sería descartable un cambio de escenario. Polonia ya ha manifestado a la UEFA y a la FIFA su negativa a jugar en Rusia, igual que Suecia y la República Checa, uno de los dos rivales que se medirían a los rusos si estos derrotan a Polonia. Ese mismo día, Ucrania, también implicada en la repesca, debe rendir visita a Escocia por lo que no haría falta cambiar la sede.


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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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