El progreso de Mavi García
La mejor ciclista española lidera el equipo UAE de Pogacar y Ayuso, que aspira a ganar con ella el Tour femenino
La afición se vuelve loca con Van Aert, Pogacar, Van der Poel, Evenepoel, los ciclistas de ahora hechos de ataques como los que se decía que eran los de antes, los que todos han leído, y quizás olvidan que no son ellos, los ídolos, tan originales como se creen. Que antes estaban las mujeres.
“Creo que sí, que los hombres imitan a las mujeres. Las chicas se atreven más, se atreven más de lejos, y yo soy la primera”. Habla Mavi García. Lo dice no para chulearse, sino, más bien, para animarse, para seguir convenciéndose de que tiene que ser así. “Hay que ir sin miedo. Antes me pasaba eso de conformarme con estar ahí y terminar, y no haberlo dado todo. Es algo que he aprendido con el tiempo en la bici y ya me da igual. Aunque no sepa si voy a terminar, quiero intentarlo y quiero terminar vacía de fuerzas porque es la única manera de sentirme satisfecha”. Y así ocurrió en algunas carreras como la Strade Bianche de 2020, sus Mundiales, el Giro dell’Emilia que ganó.
Si el ciclismo español gana este año el Tour no será un hombre quien lo haga, sino una mujer, se oye en el ambiente, como también se escucha: este año el UAE ganará dos Tours en ocho días, el masculino y el femenino.
La protagonista de ambas proposiciones es ella, Mavi García, y ninguna de las dos es tan disparatada como alguien podría pensar. Hasta este 2022 con la resurrección del Tour femenino, que vuelve con ocho etapas, la única gran carrera por etapas femenina era el Giro, prueba en la que en los dos últimos años García ha quedado novena y quinta. Y, sí, dos semanas después de que termine el Giro, el primer Tour femenino comenzará en los Campos Elíseos el domingo 24 de julio, justo unas horas antes de termine el masculino, cuyo gran favorito es el ganador de las dos últimas ediciones, Tadej Pogacar, líder del UAE, y terminará siete días más tarde, el domingo 31, en la cima de la Planche des Belles Filles. Y líder del UAE, versión femenina, para su grande boucle, es, por supuesto, Mavi García.
La ciclista mallorquina escucha las profecías y se ríe. “Jajajajaja”, se oye al otro lado del teléfono. “¿De verdad que se dice eso? No lo había oído, no, hasta ahora. Es difícil ganarlo... Pero, hombre, claro, se va a hacer todo lo que se pueda. Además, justo el Tour es una carrera que me viene muy bien. La contrarreloj no es algo que especialmente me vaya bien, y en el Giro la tenemos individual y por equipos, y en el Tour no va a haber crono, así que veo más posibilidades. Pero hablar de ganar son palabras mayores. Es muy complicado. Está muy caro…”
Más claro lo ve su entrenador, el italiano Michele Devoti, quien no duda que la española es la única que le puede hacer sufrir a la intocable holandesa Annemiek van Vleuten, la número uno mundial. Así lo explicaba Devoti hace unos días en la web italiana Bici.pro. “Mavi ha llegado tarde al ciclismo pero su gran motor habla por ella”, dice Devoti. “Estas últimas semanas hasta he debido frenarla en los entrenamientos, me asustaba lo que hacía. En las pruebas de esfuerzo mantiene en el umbral 5,5 vatios por kilo y eso que solo el año pasado hemos empezado a hacer trabajo específico, un entrenamiento que antes no hacía. Calculo que tiene un margen de mejora del 10%”.
“El Tour es una carrera que me viene muy bien... Pero es difícil”
Antes de convertirse en la mejor ciclista española, Mavi García practicó, hasta los 17 años, patinaje artístico; después estudió y trabajó como administrativa, y siguió con el deporte hasta convertirse en una de las mejores de Europa y el mundo en duatlón (combinación de ciclismo y carrera a pie). Acaba de cumplir 38 años. Empezó a tomarse en serio el ciclismo hace media docena, cuando el deporte femenino en España aún era una práctica casi clandestina y mientras ella, su clase, que la desborda, su talento, ha crecido rápido como un soufflé. “Nunca lo habría pensado. Siempre me había gustado un montón el deporte, pero nunca había imaginado que podría llegar a este punto, ser profesional, y menos después de los años que hacía que ya estaba trabajando y todo”, dice. “Es verdad que a veces lo pienso y me digo que tendría que haber empezado cinco años antes porque me da pena que me quede tan poco tiempo para seguir en esto, pero ahora estoy con mucha ilusión, y al ver que sigo mejorando, eso me hace tener más ganas de seguir”.
Bien se podría decir que la ciclista balear es causa y consecuencia de la explosión del ciclismo femenino en España. “Poco a poco va habiendo mucho más de todo: carreras, dinero, gente que apuesta por el ciclismo femenino, más visibilidad, retransmisiones… Cada año vamos a más, y más rápido, y este año, encima, el Tour, que no será una cosa secreta, de las que nadie se entera. Se transmitirá con la misma calidad que el masculino... Nos va a dar una repercusión brutal”, dice la mejor ciclista española, una campeona que era una adolescente cuando Joane Somarriba, a comienzos de siglo, ganaba la versión femenina de un Tour que despertaba nula atención mediática y que desapareció poco después. “Tengo suerte de haber visto y vivido la evolución. Desde que empecé comenzaron los cambios. Y habrá ayudado que estuviera yo, que estuviera Ane Santesteban, chicas que en España lo estamos haciendo bien, eso hace que la gente tenga más interés y esto crezca más todavía”.
Al poco de empezar Mavi García su carrera ciclista nació el Movistar, el primer equipo femenino español realmente profesional. Si los dirigentes del equipo subrayan que sin ellos la balear no habría crecido como lo ha hecho, ella lo acepta, y también recuerda que ella también hizo crecer el proyecto. “Pero a los dos años me fui”, dice. “Pienso que sí, que lo suyo es que las mejores españolas, Ane y yo, estuviéramos en el mejor equipo español, que tiene como líder justamente a la mejor del mundo, Van Vleuten. Pero las cosas van como van. Cada uno tiene que mirar sus necesidades y sus preferencias, y yo estoy muy agradecida a ellos por la oportunidad que me dieron, pero, luego, no sé, hemos evolucionado de manera distinta. Yo quería dar un paso, y ellos quizás no estaban dispuestos, y pasa lo que pasa”.
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