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El Movistar cambia de pedalada y prescinde de Arrieta, su director

El despido de su principal técnico los últimos 10 años marca la renovación del equipo ciclista, hoy más una empresa pendiente de los resultados

Carlos Arribas
Movistar ciclismo
Unzue y Arrieta, al volante, animan a Valverde durante una etapa del Tour de 2020, en una imagen del documental de Netflix.

“Ha sido una decisión muy, muy dura para mí personalmente, pero que hemos tenido que tomar pensando en el bien general del equipo”, dice Eusebio Unzué, responsable máximo del Movistar, al comenzar en Pamplona una concentración del principal equipo ciclista español en la que no estará, por primera vez en casi 30 años, José Luis Arrieta, corredor desde 1991 y director desde 2011 hasta su despido, este otoño. En las tres décadas, solo permaneció fuera del grupo los cinco años que pasó en el Ag2r, equipo francés en el que corrió por petición de Unzué para que Paco Mancebo no estuviera solo en su nueva etapa.

Arrieta, de 50 años, fue el primer director del equipo en una década en la que Nairo Quintana ganó el Giro y la Vuelta y en la que solo le faltó al conjunto liderado por Alejandro Valverde, entre las grandes carreras del WorldTour, la victoria en la general de la Dauphiné Libéré y en las clásicas del pavés.

La decisión de prescindir de sus servicios por parte de Unzué, que ha causado sorpresa e incomprensión en el ciclismo, llega al final de una temporada en la que el Movistar, único equipo español en la máxima categoría, registró quizás sus peores resultados y en la que el papel de Arrieta fue ya secundario. El director de rendimiento del conjunto, Patxi Vila, empezó a asumir sus competencias. Las fricciones fueron inevitables. Junto a Vila continúan como directores Txente García Acosta, Pablo Lastras, Maximilian Sciandri y José Luis Jaimerena.

El técnico de Uharte Arakil (Navarra) ni siquiera dirigió al equipo en la Vuelta, primera señal clara de que su futuro no pasaba por el equipo de su vida. En la ronda española, el segundo puesto final de Enric Mas y la victoria en el Gamoniteiru de Miguel Ángel López quedaron oscurecidos por la retirada por motivos aún no conocidos del colombiano, quien hace unos días no quiso concretar las razones exactas de su decisión de no dar una pedalada más durante la Vuelta tomada el día en que veía que perdía el podio.

El equipo y Superman López rompieron la relación. El colombiano, al que le quedaban dos años de contrato, reprochó a Unzué que le retirara del Tour y que no le dejara disputar los Juegos Olímpicos. “Uno tiene que estar donde lo quieran”, dijo después de anunciar su regreso al Astana, el primer equipo de su carrera. Aparte de la victoria de Superman en la etapa de la Vuelta, solo hubo dos triunfos más en carreras del WorldTour, una etapa en la Dauphiné de Valverde y otra en Romandía, por parte de Marc Soler, la antaño gran promesa del equipo y que en 2022 correrá como gregario de Tadej Pogacar en el UAE.

Ni Unzué ni Arrieta quieren profundizar públicamente en las razones del despido de un técnico que simbolizaba, como el ciclista Imanol Erviti, la pervivencia del espíritu navarro, el valor sentimental de apego a las raíces del equipo nacido como Reynolds de la mano de Unzué y José Miguel Echávarri hace más de 40 años, y que le daba valor. El equipo, que siempre hacía ver su espíritu de familia, se ha convertido en empresa atenta a la cuenta de resultados y a las redes sociales. En el cambio cultural que vive el ciclismo, el valor sentimental ha perdido peso frente a la puesta en valor en Netflix de la marca. Arrieta, que no ha contactado con ningún otro equipo para seguir en el ciclismo, ha pedido a sus abogados que negocien la ruptura y el despido con la empresa, mientras Unzué está inmerso en la renovación de la plantilla y en los procesos de ensamblaje.

Ocho fichajes —el guipuzcoano del Astana Alex Aranburu y el colombiano del Ineos Iván Sosa, los más importantes— compensan las ocho bajas en la plantilla de corredores. En el área técnica, junto al regreso de antiguos miembros del equipo, como Leonardo Piepoli, el exciclista italiano que es el entrenador de varios corredores, y el médico José Ibarguren, que vuelve después de 20 años al equipo, destaca la contratación del exciclista e ingeniero de diseño industrial Iván Velasco, que trabajaba en el Astana como especialista en tecnología, biomecánica, big data y aerodinamismo. En el Movistar se dedicará principalmente a la mejora del rendimiento de los ciclistas en las contrarrelojes, una especialidad en la que flaquearon los dos últimos años y en la que en tiempos de Miguel Indurain y Abraham Olano eran referencia mundial.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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