El Celta golpea a un Getafe herido
El cuadro madrileño se puebla de mediocentros para contener el ataque de su rival, pero un error al inicio de la segunda parte abre la espita de una goleada
Quique Sánchez Flores deslizó varios mensajes en el inicio de su tercera etapa en el Coliseum. Advirtió sobre un partido contra el Celta al que catalogaba como una final. Y advirtió sobre un valor para ganarla, el del orden. Ese método lo aplicó en una alineación en la que juntó a cinco mediocentros. Arambarri, Florentino, Timor, Maksimović y Aleñá se juntaron para conformar una muralla, ordenada, eso sí. Sin haber ganado un partido, con apenas dos puntos y dos goles en su haber, el Getafe quería retomar sus fuentes. Se alistó para juntarse y se sintió fuerte en un partido en el que pasaban pocas cosas, mal asunto cuando sumas 2 puntos de 30 posibles. Hasta que todo saltó por los aires, el Celta goleó para llevarse los puntos (0-3) y la grada empezó un motín contra todos y todo.
La equilibrada armonía del Getafe se fue por el desagüe cuando intentaba dar un paso adelante y manejar la pelota más de lo que lo había hecho en una primera parte en la que apenas perdió pie en una ocasión, justo cuando se destapó en un córner y el Celta le dejó en pelota picada con una contra en la que Nolito no definió bien ante David Soria.
El descanso quizás animó al Getafe, que salió con una pauta un poco más audaz. Hasta que Timor no encontró una línea de pase vertical, se hizo un nudo con el balón y buscó alivio en un central. Lo que hizo fue darle un pase al espacio a Aspas, que remató con la malicia propia de los grandes delanteros. Soria despejó como pudo, pero la tormenta ya se había desatado. En diez minutos el Getafe encajó dos goles y perdió, expulsado, a Djene, su líder defensivo. Luego simplemente se fue del partido. Y ahí sigue, en la cola y sin que se atisbe una solución que pase por algo más que no desordenarse.
Aquella parada de Soria a Aspas fue el preludio del córner más antiguo del mundo, el que se toca en el primer palo y se remata en el segundo. Brais Méndez se adelantó a todos para habilitar a Santi Mina. El Celta gritó el gol como lo espera un equipo en crisis de resultados, seguramente más que de juego. Tres minutos después Aspas marcó el segundo tras otro servicio de Brais Méndez y cuando el Getafe se estapa palpando se encontró con la expulsión de Djene, una de esas tarjetas rojas que han llegado con el videoarbitraje, pero que poco tienen que ver con el espíritu del fútbol.
No está el Getafe para excusas. Perdió porque para empezar no fue atrevido ante un rival que maneja dinamita en ataque. Siempre precavido, no apretó la tibia zaga del Celta, que se impuso y redondeó el marcador con otro tanto de Santi Mina tras genialidad de Galhardo con el tacón.
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