El Valencia remonta al Baskonia en un choque sin complejos
Los de Ponsarnau, liderados por Dubljevic, superan al Baskonia y ponen el 1-0 en la eliminatoria de cuartos (87-86)
Igualdad, mucha igualdad. Es lo que se podía esperar del duelo entre el cuarto y el quinto de la Liga regular, entre dos equipos agotados después de una temporada interminable y que desgastan sus últimas fuerzas, las que tienen y las que se inventan para conseguir el paso a las semifinales de la ACB en la eliminatoria al mejor de tres partidos. Remontó el Valencia gracias a Dubljevic y Kalinic, pero el Baskonia estiró su rendición y anunció batalla. Ni unos ni otros escondieron nada. Son dos equipos cristalinos, que entregan hasta la última gota de sudor, ambos en busca del imposible que a menudo es posible. Tal vez los visitantes encuentran más frescura en las aportaciones de los nuevos, Colom y Massenat, pero la diferencia es mínima.
Empieza mejor el Valencia, se sobrepone el Baskonia, y los dos equipos golpean donde más le duele al rival, hasta que aparece Fall, y entonces al Valencia le duele todo en el rebote, le aparecen los achaques, y apoyados en esas muletas, los vitorianos se empiezan a alejar. Ganan al descanso, oscureciendo el ataque valenciano.
Y comienzan bien la segunda parte hasta conseguir la mayor ventaja del partido a su favor, pero el Valencia reacciona con el empuje de Dubljevic, que con dos triples consecutivos lidera las acciones para con un parcial de 18-3 ponerse tres puntos por delante.
Pero el Baskonia no se arredra, insiste y otra vez se pone por delante. Golpe a golpe, ambos equipos se van o hacen la goma. Manda el equipo vitoriano en el marcador, pero el Valencia no se descuelga y llega vivo a los minutos finales. Cuando apenas restan cinco segundos una falta de Polonara le permite a Dubljevic anotar dos tiros libres que ponen a su equipo por delante. Quedan cinco segundos, Henry pierde la pelota tras el saque, pide falta no concedida y el Baskonia cae. “Quedan dos partidos”, advierte Ivanovic, pero al Valencia le basta con ganar uno.
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