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Récord nacional y plaza europea para María Vicente

Con 4.501 puntos, la atleta catalana bate la plusmarca española de pentatlón y, a los 19 años, da un paso más para asentarse en la élite mundial

Carlos Arribas
María Vicente, tras lograr el récord de España.
María Vicente, tras lograr el récord de España.Kiko Huesca (EFE)

Como una jugadora de golf que después de un mal golpe no se queda rumiando el bogey consecuente sino que se lanza a por un birdie en el siguiente hoyo, así María Vicente batió su récord de España y, con 4.501 puntos, dejó prácticamente segura su plaza en el próximo Europeo en pista cubierta de Torun (Polonia, 5 a 7 de marzo), su segunda participación cuando aún no ha cumplido los 20 años.

Birdie en vallas (8,25s, su mejor marca personal), bogey en altura (1,75m, tres centímetros menor a su marca y seis por debajo de lo que esperaba), bogey en peso (12,25m, 17 centímetros menos de su marca en el anterior récord y 80 inferior a su mejor marca, y casi un metro menos que la marca que tenía en la cabeza), birdie en longitud (6,49m, 13 centímetros más larga que cuando, con 4.4411 puntos, batió el récord por primera vez, hace dos años en Antequera, a los 17) y birdie final en los 800m, 2m 19,51, la mejor marca de siempre de una atleta que lleva camino de sacar todo lo bueno que desde juvenil (campeona del mundo de heptatlón a los 16, campeona de Europa de triple a los 17) y júnior (campeona de Europa de heptatlón a los 18) anunciaba.

“Estoy muy contenta porque he vuelto a demostrar de lo que soy capaz, pero con ganas de más”, dice la plusmarquista. “Podría haberlo hecho mejor en alguna prueba. Me he sabido recomponer. Y a seguir adelante. Esperaba más de mí misma, pero tener las expectativas altas me ha lastrado en los intentos de peso y altura”.

“Tiene mucho potencial y mucho por delante para mejorar”, dice su entrenador desde el pasado verano, cuando la atleta dio un giro a su vida, dejó su L’Hospitalet y se fue a San Sebastián a vivir (en un colegio mayor) y a entrenarse junto a la vallista Teresa Errandonea con quien iniciaba otra etapa de su vida tras décadas dedicada a ser director técnico de la federación española, con paso por Deusto para estudiar ADE e idiomas. “Tiene mucho recorrido, muy buena cabeza y una capacidad motriz muy desarrollada, que le permite captar a la primera los gestos técnicos”.

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Así se pasó el día en la poblada pista de Gallur —decenas de atletas, técnicos, jueces, cámaras, voluntarios, pese a los protocolos estrictos sanitarios que se siguieron: no se puede hacer atletismo con menos— ante unas gradas sin público y un equipo de televisión en exclusiva para ella, que la persigue de prueba en prueba del pentatlón, de la pista de vallas al saltadero de altura, al peso, a la longitud y a las cuatro vueltas al anillo para los 800 metros finales. Y siempre en la grada más cercana, Cid, dándole las pautas técnicas y psicológicas, y sufriendo y suspirando aliviado, alternativamente y al unísono con su pupila, su Maritxu, como le dice, y Maritxu, cuando después de la celebración y las fotos abandona por fin la pista, solo sabe decir, “¿y Ramón?, ¿dónde está Ramón?”.

Los 4.501 puntos son la sexta mejor marca europea del año. Las 12 mejores tienen plaza en Torun. Este fin de semana hay campeonatos en otros países donde otras atletas podrían superarla, aunque los especialistas aseguran que es prácticamente imposible que se quede fuera de sus segundos europeos en pista cubierta. Antes, este sábado y domingo, competirá en salto de longitud y 60m vallas, donde podrá conseguir más medallas.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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