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El Estudiantes da un golpe de efecto con el fichaje de JJ Barea, campeón de la NBA en 2011

El base internacional puertorriqueño de 36 años jugó 14 temporadas con Dallas y Minnesota

JJ Barea celebra un triunfo con Dallas. getty
JJ Barea celebra un triunfo con Dallas. getty
Robert Álvarez

Dirk Nowitzki coronó su extraordinaria carrera en 2011, cuando tenía 32 años y llevó a los Dallas Mavericks a su primer y único título en la NBA con una demostración que le valió ser designado el MVP de aquellas finales frente a Miami, el equipo de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh. Ese mismo día la estrella alemana de los Mavericks destacó la aportación del número 11 de su equipo. Era JJ (José Juan) Barea, un base de 1,78 metros que acabó convirtiéndose en uno de los jugadores más carismáticos de los Mavericks. “Sabes que siempre está ahí para nosotros, que juega en cualquier condición, cuando está mejor y cuando sufre alguna lesión. Siempre nos da chispa, cuando sale como titular y cuando sale desde el banquillo. Es un tipo fuerte y rocoso, que lo da todo en los partidos”, dijo Nowitzki. Diez años después de aquel hito, y unos pocos días después de haberse despedido de los Mavericks con todos los honores, Barea ha firmado por el El Estudiantes, que ha dado así un extraordinario golpe de efecto en la ACB.

Barea, de 36 años, fue cortado en diciembre por Dallas Mavericks, con el que había renovado por una temporada y 2,6 millones de dólares. Ese contrato fue la forma en que el dueño del equipo, Mark Cuban, agradeció la larga y sobresaliente carrera del jugador puertorriqueño en un equipo que ahora va sobrado de bases, con Luka Doncic a la cabeza, Trey Burke y Jalen Brunson.

El baloncesto español estuvo en el punto de mira de Barea desde que empezó a jugar. Era una cuestión de genes. Sus abuelos paternos nacieron en Ribota de Sajambre, un pequeño pueblo leonés de los Picos Europa. Su abuela Cesárea Fernández y su padre Jaime Barea poseen el pasaporte español. Emigraron a Cuba y después se afincaron en Puerto Rico y allí, en Mayagüez, fue donde nació JJ. Destacó pronto en su país y se fue a estudiar y a perfeccionar su juego en la High School de Miami y, después, en la Universidad Northeastern. Por entonces, ya confesaba que le hubiera gustado jugar en algún equipo español y citó al Barça, al Baskonia y la Estudiantes. En su último año en la universidad promedió 21 puntos, 5 rebotes y 8 asistencias.

Pasión y paciencia

En 2006, con 22 años, se apuntó al draft de la NBA. Ningún equipo lo seleccionó, pero Golden State Warriors le dio la oportunidad de disputar la Liga de verano en Las Vegas. Dallas también quiso que jugara con su equipo en esa Liga y acabó fichándole. Debutó en la NBA en noviembre de ese año, pero fue asignado a los Fort Worth Flyers de la D-League apenas dos meses más tarde. Tras promediar 27 puntos, 5 rebotes y 9 en la D-League, los Mavericks lo recuperaron para el primer equipo. “El baloncesto es mi pasión. Hay que amarlo. Tuve que ir paso a paso y tener mucha paciencia”, confesó en una entrevista en ESPN en 2016. “En la universidad mejoré mucho mi juego y mi físico. Y en la NBA tuve que tener también mucha paciencia. Pero me dieron oportunidades y las aproveché”.

Sus mejores años con el equipo tejano fueron entre 2008 y 2011. Desempeñó un papel fundamental en aquel equipo que ganó el título. Salía casi siempre desde el banquillo como relevo de Jason Kidd o Jason Terry, pero su aportación fue relevante, con una media de casi 10 puntos, 4 asistencias y 20 minutos, unos promedios calcados a los que ha conseguido en los 831 partidos que ha disputado en la fase regular de la NBA, además de los 50 que acumuló en las ocho temporadas en que disputó los playoffs. “Mi mentalidad ha sido siempre mejorar en algo todos los años”, cuenta. “Mejorar en el conocimiento del juego, mejorar en tu físico, en tu tiro, en cositas así... Pero todos los años mejorar en algo”. Tras su primera etapa en Dallas, jugó tres temporadas en Minnesota, donde coincidió con Ricky Rubio cuando el base de El Masnou debutó en la NBA. En 2014, el portorriqueño regresó a los Mavericks. Barea es también una de las estrellas de la selección de Puerto Rico, con la que ha ganado una medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 2011 y otra de plata en 2007, y dos de oro en los Centroamericanos en 2007 y 2010.

El Movistar Estudiantes espera que Barea se incorpore esta semana al equipo. El cuadro que dirige Javier Zamora se encuentra en la 15ª plaza de la Liga, con cinco victorias y 11 derrotas y tiene tres encuentros aplazados a causa de varios casos de coronavirus en su plantilla. En la posición de base cuenta con el estadounidense John Roberson y el serbio Aleksandar Cvetkovic. El próximo partido de Estudiantes es el 30 de enero en la cancha del Acunsa Gipuzkoa Basket.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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