_
_
_
_
_

Por qué el Dakar 2021 parece más una gincana que una carrera de rallies

El nuevo libro de ruta, con un diseño distinto y poca información, se entrega a los pilotos diez minutos antes de empezar la etapa

Nadia Tronchoni
Ricky Brabec (Honda), durante la quinta etapa de Rally Dakar.
Ricky Brabec (Honda), durante la quinta etapa de Rally Dakar.AFP7 vía Europa Press (Europa Press)

Malas noticias y muchas quejas. Así concluyó el Dakar 2020, que se disputó a una velocidad endiablada. “Se trataba solo de aguantar con el gas a fondo. Habría que intentar poner un poco más de navegación y que pasen cosas, porque al final no pasaba nada, solo había caídas”, se lamentaba la piloto Laia Sanz. “No hemos acabado cansados”, decía Jaume Betriu, el mejor debutante. Era el primer año en Arabia Saudí y el director del Rally, David Castera, quiso ser cauto con el diseño del recorrido. “No quería que fuera un Dakar difícil. Sabía que la noche aquí cae muy temprano y no sabía cómo gestionar todo eso en un país nuevo”, asumía hace un año. E hizo propósito de enmienda.

Tras cinco etapas, el Rally Dakar 2021 se está descubriendo como uno de los más difíciles en cuanto a navegación. “En Arabia Saudí hay una geografía y un terreno que lo permite. No es necesario inventar nada”, asume Alex Haro, el copiloto de Giniel De Villiers (Toyota), ganador ayer. Buena cuenta de ello dieron Carlos Sainz (Mini), que perdió más de media hora el segundo día y otros 15 minutos ayer —son ya 48 los minutos que alejan del líder de la general, su compañero Stéphane Peterhansel—, y su copiloto Lucas Cruz, angustiado por lo imposible que resulta en algunos casos entender el nuevo roadbook que la organización ha preparado para esta edición.

“Estoy desmoralizado y un poco disgustado. Llevo 14 Dakar y nunca en mi vida había perdido en dos días media hora por culpa de la navegación. Anda todo el mundo perdido. Esto no es el Dakar. Esto se está convirtiendo más en una gincana que en un rally”, declaraba el madrileño, que añadía: “He corrido muchos Dakar, pero lo que estamos viendo este año no es un rally, más bien es una lotería. No me gusta nada. Esto no es pilotar”.

A su lado, Cruz, ha empezado a asumir que la etapa de este viernes será “otro espectáculo parecido”. La clave para entender por qué copilotos tan experimentados como el catalán —tres veces campeón de la carrera junto a Sainz— andan como locos en plena especial está en el nuevo roadbook. Un libro de ruta “un poco raro”, según Cruz, y que se entrega a los equipos a escasos 10 minutos de tomar la salida.

“Lo que necesitamos es que el libro sea súper preciso. Porque al no poder trabajar previamente con él, no podemos anticiparnos a nada”, explica Haro. Y sigue: “Antes veíamos cosas con el ordenador o podíamos interpretar leyendo que un punto que el dibujo te marca con una flecha en una dirección en realidad está en la dirección contraria. Esas cosas antes las preveíamos. Ahora, a la que hay un poco de falta de información eso provoca que, teniendo que tomar decisiones súper rápidas, puedas equivocarte”. “Cuando lo pones tan complicado, cuando no está claro y sabes que todos se perderán allí, tienes que poner un punto de referencia más intuitivo”, indica Cruz respecto al diseño del nuevo roadbook, en el que las flechas no indican necesariamente la dirección correcta, en el que aunque diga que debes tomar una pista paralela a un río, en realidad debes subir para terminar en una planicie.

Por eso, hasta los favoritos como Sainz están pagando el pato. O como Brabec, ganador del 2020 en moto. También el de California se perdió ayer, camino de Buraida. “Acabé en un área llena de rocas en la que no podía ver ni una ruta. Llegué a un punto en que había un grupo de pilotos perdidos, dando vueltas en círculos… Entonces, encontré el punto de paso, lo desbloqueé, pero no podía encontrar el siguiente, que estaba a unos 800 metros de allí. Ahí empecé a dudar. Perdí mucho tiempo”, dice, con la sensación de haber arruinado su Dakar: es 14º de la general, a 25 minutos del líder. “Está siendo muy difícil. Nos estamos adaptando a leer un libro de ruta así, aunque como piloto quieres correr más y más y cuesta seguir un ritmo alto con este tipo de navegación”, añade Joan Barreda, el encargado de abrir pista este jueves, que terminó cediendo 19 minutos.

La velocidad, sin embargo, sigue presente. Según Lucas Cruz, el ritmo medio de la quinta etapa fue de 88 km/h. “Y eso que hemos tomado un buen tramo con dunas”, advierte.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_