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El ‘Barçagate’ supera a Bartomeu

El presidente del Barça afronta una crisis institucional después de la fractura abierta en la directiva y de perder crédito ante la opinión pública y el vestuario del Camp Nou

El presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, en una imagen de archivo.
El presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, en una imagen de archivo. Getty Images

¿Qué sabía el presidente y cuándo lo supo? La pregunta que coronó la investigación del Watergate planea ahora sobre Josep Maria Bartomeu, presidente del FC Barcelona, por el ya denominado Barçagate, la contratación de una empresa, I3 Ventures, dedicada a mejorar la imagen pública del dirigente y asociada a cuentas difamatorias en las redes sociales contra jugadores,opositores y el entorno del Barça. La crisis ha alcanzado a la junta directiva después de pasar por la sala de prensa y por la ciudad deportiva a la espera de la reunión de la junta convocada para este viernes en el Camp Nou.

A juzgar por la crítica periodística y algunas encuestas de los medios de comunicación, las explicaciones del máximo mandatario azulgrana no convencieron a la opinión pública después de su intervención el martes durante la entrega del Premio Vázquez Montalbán, cuando afirmó: “El Barça no ha contratado a ningún servicio para desprestigiar a nadie, ni a ningún jugador, ni a ningún político, ni a ningún directivo ni a ningún ex. Es rotundamente falso”.

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Tampoco convenció a la plantilla, y menos al capitán Leo Messi: “Nos dijo lo mismo que hizo público. Es raro que pase una cosa así. Decían que hay pruebas. Habrá que esperar a ver si es verdad o no”, afirmó en Mundo Deportivo.

Las razones del presidente no resultaron convincentes en la comisión delegada reunida el miércoles con la presencia del propio Bartomeu. Allí estaban también los vicepresidentes Jordi Cardoner, Jordi Moix, Enric Tombas y Emili Rousaud, el director general Òscar Grau y la secretaria de la junta Maria Teixidó. Varios directivos se sienten ninguneados, sobre todo desde la creación en 2018 del área de presidencia dirigida por Jaume Masferrer y exigen explicaciones sobre operaciones que desconocían como, por ejemplo, la existencia de cuentas vinculadas a la empresa I3 Ventures desde las cuales se atacaba a socios, futbolistas y personalidades relacionadas con el Barça. Todavía les duele más ignorar las condiciones del contrato y sobre todo el importe final, que, sería ligeramente inferior al millón de euros (198.000 por los cinco años acordados inicialmente, hasta 2021, dan una cifra de 990.000 euros), cantidad que se considera fuera de mercado y que ahora mismo centra el debate en la junta del FC Barcelona.

Una auditoria interna

Carlos Ibáñez, director de I3 Ventures y Nicestream, entrevistado en Catalunya Ràdio, confirmó las cantidades: “Hemos cobrado 198.000 euros anuales y damos servicio al club desde noviembre de 2017”. Aunque el último contrato, vigente desde 2019, ha sido rescindido por orden directa de Bartomeu. “Yo habría hecho lo mismo”, subrayó Ibáñez, para después argumentar los servicios que su empresa prestaba al Barça. “El encargo en ningún momento fue el de crear contenidos negativos ni positivos. Nuestra tarea consistía en monitorizar toda la actividad de las cuentas del Barça y todo lo que tiene que ver con el Barça. No generamos contenidos. Y el informe que circula sobre una campaña para desacreditar a Víctor Font [aspirante a presentar su candidatura a las elecciones de 2021] no es nuestro, no ha salido de nuestra compañía, es falso”.

Al ser preguntado por la página de Facebook Respeto y deporte, una de las seis cuentas de la red que podrían estar relacionadas con los mensajes difamatorios, afirmó: “La cuenta no es nuestra; solo registramos un dominio. Es como si ustedes tienen un garaje y alquilan una plaza a alguien, pero el coche no es suyo. Es una cuenta que genera opinión, pero no insulta, ni hace apología del delito, ni publica noticias falsas”. Ibáñez insistió en que los otros cinco canales que se les atribuyen no son suyos; “son unos de tantos que se están monitorizando”. Y admitió: “Cometimos una falta al no informar a nuestro cliente de ciertos aspectos”, circunstancia que avala la extinción del contrato y el asentimiento de Ibáñez.

El director de I3 Ventures concluyó, en sintonía con algunos miembros de la junta: “Entiendo que nosotros somos una munición para atacar a la directiva, cosa que se hace desde hace tiempo. Hay una intencionalidad en hacer servir todo esto como parte de un proceso de precampaña. Es una operación con intencionalidad política, no es espontánea. Quiero pensar que el socio no se lo tragará”.

Las filtraciones

Las argumentaciones de Ibáñez no serenaron la crispación del Camp Nou. Bartomeu gana tiempo mientras ha encargado una auditoria interna para poder ofrecer una explicación pública de cuanto ha sucedido “con pelos y señales” —definición utilizada por personas próximas al presidente— y delimitar responsabilidades sin necesidad de ofrecer un cabeza de turco como piden algunos sectores del Barcelona. Hasta entonces, y aun cuando se celebra este viernes una reunión de la directiva y este jueves fue presentado Braithwaite —sin referencias a la crisis—, no se esperan más explicaciones públicas de Bartomeu.

Hay dos cuestiones que se presentan capitales y que están sin resolver: Una: ¿Por qué el club no hizo seguimiento de las cuentas ni intervino cuando había sido advertido desde hacía mucho tiempo de su contenido? —algunas cuentas han cambiado ya curiosamente de administradores desde que estalló el caso desvelado por la Cadena Ser—. Y dos: ¿Por qué el monto del contrato se hizo fraccionado en pagos inferiores a 200.000 euros, cifra que no necesita ser aprobada por la Comisión Delegada? La cantidad y la forma de pago han originado tensiones en el área de finanzas —la salida de la directora Montserrat Font se considera en cualquier caso ajena al conflicto— y polarizan las discusiones del consejo que preside Bartomeu.

Algunos directivos entienden que, al fin y al cabo, el Barça actuó como muchos otros clubes, pero que a diferencia de los demás un contrato que tenía como fin favorecer la buena reputación del club se ha convertido en todo lo contrario por la mala praxis y por la inversión, más que discutible, así como la posible filtración de documentos confidenciales —no delictivos— procedentes del Camp Nou.

Bartomeu es consciente de que mientras sus opositores le piden el adelanto electoral —los comicios se anuncian para junio de 2021—, algunos de sus compañeros amenazan con no vertebrar una candidatura continuista, como era su intención, si antes no se resuelve una crisis que remite a una pregunta. ¿Qué sabía el presidente y cuándo lo supo?

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