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Braithwaite, un chute de energía para el Barcelona, firma hasta 2024

El club azulgrana, preocupado por la falta de exuberancia física en el equipo, paga 18 millones para abonar la cláusula de rescisión del extremo del Leganés

Martin Braithwaite, en el Leganés-Betis del domingo.
Martin Braithwaite, en el Leganés-Betis del domingo.DAVID S. BUSTAMANTE

El Barça buscó durante el mercado de invierno un reemplazo para Luis Suárez, lesionado de gravedad en una rodilla. Aubameyang (Arsenal), Werner (Leipzig) y Rodrigo (Valencia) fueron las alternativas más serias, pero no se llegó a acuerdo alguno, supeditada el área deportiva a la poca liquidez del club. Pero también se lesionó Dembélé por seis meses, ya operado del bíceps femoral de la pierna izquierda, y al Barça le entró la urgencia por encontrar un reemplazo. El escogido ha sido Martin Braithwaite (Esbjerg, Dinamarca; 28 años), delantero del Leganés por el que Barça ha abonado los 18 millones de euros de su cláusula de rescisión. Un pago que lamenta el Leganés —ya perdió a En-Nesyri porque lo fichó el Sevilla, a cambio de 20 millones—, que todavía no sabe si ahora, con la ventana de traspasos cerrada, le dejarán reforzarse, indefenso en cualquier caso porque el Barça sí tiene ese poder de convicción que probablemente no tenga un equipo que pelea por salvarse del descenso. Entre otras cosas porque, como el Barça, solo podría fichar a un jugador de LaLiga o un agente libre.

El danés firmará contrato con el club azulgrana para lo que queda de temporada y cuatro más, hasta el 30 de junio de 2024. El Barcelona ha impuesto en su contrato una cláusula de rescisión de 300 millones de euros. Braithwaite será presentado este jueves y el viernes empezará a entrenarse con el primer equipo azulgrana para poder ayudar a los de Setien en los 14 partidos de Liga que quedan para finalizar la temporada.

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Braithwaite llegó a Leganés en invierno de 2019, cuando Mauricio Pellegrino ocupaba el banquillo pepineroy el equipo estaba en una situación muy parecida a la actual, luchando por no irse a Segunda. La permanencia se consiguió con cierta holgura y Braithwaite –que marcó cinco goles y regaló siete asistencias en esa media temporada– se asentó en la punta de ataque junto con En-Nesyri. La pareja, fundamental para la salvación, era ideal para jugar con el equipo muy replegado, entregando el balón al rival y buscar una salida supersónica con el danés y el marroquí galopando hacia la portería rival. Sobre todo Braithwaite, clave también en el sistema de juego de Javier Aguirre este curso porque siempre corrió como un poseso detrás de cada balón largo que le lanzaban desde atrás. Daba igual lo lejos que estuviese el cuero o cuántos defensas lo estuvieran persiguiendo; el delantero apretaba los dientes y sacaba los codos para hacerse hueco.

“Es una bestia”, le reconocen desde el Barcelona, conformes con las posibilidades que ofrece el jugador. Entre otras cosas porque tanto con Pellegrino como con Aguirre, el danés se veía obligado muchas veces a colocarse en un costado en la fase defensiva para compensar el 5-4-1 con el que se formaba el equipo y nunca escatimó esfuerzo. Y tanto le da una banda que otra, por más que actúe más por la izquierda, como suele hacer con su selección, con la que suma 39 internacionalidades y siete goles. “Pero no es un goleador, eso lo sabemos”, apuntan desde el Barça. En este curso, sin ir más lejos, contabiliza seis goles en 24 partidos.

Sus mejores números los registró en los cursos 2015-16 y 2016-17 en el Toulouse, de la liga francesa, donde anotó 11 tantos en cada uno. Su buen hacer en Francia llamó la atención del Middlesbrough, que pese a militar en la Segunda inglesa invirtió 11 millones por él. En las islas nunca tuvo fortuna ni continuidad y fue cedido en cada una de las temporadas que estuvo en nómina del Boro: primero al Girondins y el año pasado al Leganés. Hasta que el verano de 2019, y tras su buen rendimiento en Butarque, el club madrileño pagó cinco millones por tenerlo en propiedad. Ahora cuatriplicará la inversión, pero la marcha del delantero dejará un tremendo hueco en la vanguardia de un equipo metido de lleno en la lucha por la salvación. "Estamos muy procupados. Después de lo de En-Nesyri... Mantener la categoría se complica cada día más", decía el martes Felipe Moreno, propietario del club madrileño.

El salto de Braithwaite es descomunal. Llega a un club enorme para compartir ataque con Messi y Griezmann. Con un entrenador, Quique Setién, que siempre ha contado con delanteros de un perfil distinto al del danés, siempre más habituado a correr a los espacios, algo que no tendrá en el Barça. “Es un examen para él. Tendrá sus minutos y sus oportunidades y si convence podrá quedarse”, argumentan desde el club. De lo contrario, saben que este verano toca Eurocopa y que el jugador será llamado por Dinamarca. Por lo que, en caso de que no sirva para el fútbol azulgrana, podrían hacer como con Yerry Mina, comprado al Palmeiras por 12 millones y vendido seis meses después –previo paso por el Mundial que jugó con la selección de Colombia– al Everton por 30 millones. Braithwaite tiene tres meses y un puñado de partidos para convencer, para ser ese chute de energía reclamado.

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