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El riesgo extremo del portero delantero

Con la norma que permite salir jugando desde dentro del área, los equipos hacen partícipes del ‘tiqui-taka’ a los metas

Sergio Asenjo pasa el balón durante el partido entre el Villarreal y el Atlético en el Wanda el pasado 3 de octubre.
Sergio Asenjo pasa el balón durante el partido entre el Villarreal y el Atlético en el Wanda el pasado 3 de octubre.DeFodi Images (Getty Images)

La nueva concepción de la regla 16 de la IFAB (asociación internacional de fútbol), la del saque de puerta, se ha convertido en poco más de una temporada en la mayor innovación futbolística en los últimos años desde el punto de vista táctico. Marca tendencia. La moda, ahora, no es otra que salir con el balón jugado desde el área pequeña, metro arriba, metro abajo. El portero se ha convertido en un jugador de campo más y los centrales son los primeros organizadores. La jugada del gol de España a Suiza en el penúltimo partido de la Liga de Naciones (1-0), el fallo en el pase del presionado portero Sommer, fue el reflejo exacto de esta nueva normalidad.

“El balón deberá estar inmóvil y un jugador del equipo defensor lo golpeará desde cualquier punto del área de meta. El balón estará en juego en el momento en que haya sido golpeado con el pie y esté claramente en movimiento. Los adversarios deberán permanecer fuera del área de penal hasta que el balón esté en juego”. Lectura textual de la norma que entró en vigor el 1 de junio de 2019 y que ya no obliga a que la pelota deba traspasar los límites del área grande antes de que la toque un segundo jugador.

El exseleccionador Vicente Del Bosque observa con escepticismo la tendencia: “Ahora los centrales se ponen dentro del área chica para atraer al contrario. No creo que sea malo, pero parece que ha entrado una fiebre con el inicio del juego como si fuera casi la única base del éxito. Sin inicio del juego desde atrás estás mal mirado, como que si estuvieras anticuado si no lo haces. Los más innovadores piensan que es una gran innovación y los más puristas piensan que es una deformación”.

Aunque la lógica apunta a que el saque de puerta en su nueva dimensión debería seguir siendo un medio, no un fin, de su aceptación a nivel internacional se desprende que el cambio está siendo valorado positivamente por los técnicos. Los entrenadores que, en mayor o menor medida, apuestan por un juego de posición con la salida del balón desde atrás no dudan en retrasar a sus centrales, posibles primeros receptores del balón, al interior del área, en lugar de colocarles en los costados como antes. Al mismo tiempo, retrasan la posición de sus laterales, que ya no es tan alta como antiguamente. El mediocentro, que se solía colocar entre los centrales para ayudarles en la salida siempre unos metros por delante de la frontal, ahora se mete también en el área para ofrecer una línea más de pase.

Los porteros son los grandes protagonistas de la experiencia. Es a los que, teóricamente, más les ha podido cambiar la vida. Los que tengan un buen manejo del balón serán los más beneficiados. Ahora deben dominar el pase en corto, el pase intermedio y el largo, aunque tienen la ventaja de que el rival no puede entrar en el área hasta que el balón no esté activado.

Diego López (Lugo, 38 años), internacional, actual portero del Espanyol y con 20 años y más de 600 partidos en la élite, ha trabajado con las dos normas. “Supone un cambio notable. Puede que no tenga tanta trascendencia como para que algunos entrenadores se hayan vuelto un poco paranoicos con el asunto, pero es relevante. Se quiere dar ventaja al poseedor del balón y te da cierta ventaja para salir. Atraes gente cerca de tu área y el primer balón lo vas a recibir sin presión. La realidad es que ya no sabría jugar de otra manera. ¡Para que se vea lo que influye una regla! Nos da ventaja, se está trabajando mucho y estos inicios te pueden beneficiar hasta para crear ocasiones de gol. De la otra manera era más complicado, había que esperar que saliera el balón y era más fácil presionarlo”.

El papel de los defensas es para Diego López vital. “Ellos saben que si juegan con el portero tienen un hombre más y al contrario le generas tener siempre un rival libre. Si saltan a presionarme a mí, ya hay un compañero sin marca. En teoría el portero siempre está libre. Te colocas como quieres. Es más como en el baloncesto. Puedes crear jugadas con la ventaja de ese pequeño tiempo del que dispones”.

En definitiva, aplaude el paso adelante. “Me gusta todo lo que sea participar y jugar más. Innovar. Te da pie a buscar jugadas para sacar ventaja de la regla. Para el juego, el cambio me parece interesante. Incentiva que los equipos jueguen más desde atrás. Es bonito ver una jugada desde tu portería y que acaba en gol. Les gusta al público y al jugador. Salir de una presión, progresar y marcar, llena”.

En teoría, esta variante táctica debe beneficiar a los equipos ofensivos, protagonistas con el balón, que tengan jugadores de buen pie, construyan el juego desde atrás y busquen sacar después ventaja en zonas más adelantadas. Se intenta provocar la superioridad con el portero, con el central o con el mediocentro metido cerca de ellos. La intención es evidente: atraer rivales cerca del área sabiendo que no pueden entrar hasta que no se ponga en juego el balón y buscar una igualdad numérica en zona de ataque, dejando arriba dos o tres jugadores descolgados.

Los ojeadores de los clubes que se dedican a realizar los informes de los contrarios reconocen que ya hay equipos que están trabajando la estrategia del saque de puerta como si se tratase de una falta, un saque de banda o un córner. Ya hay jugadas prefabricadas y ensayadas que intentan dividir el campo por la mitad con cinco o seis jugadores muy cerca de su área y tres o cuatro jugadores descolgados que fijen a la defensa rival y entren en acción cuando el balón les llegue, bien en acción asociativa o en balón largo enviado como recurso para superar esa primera presión.

Jugadas prefabricadas

Sergio Asenjo (Palencia, 31 años), internacional, con 14 años de portería en el fútbol profesional y ahora en el Villarreal, compara pasado y presente. “Cuando empecé con Mendilibar no jugábamos en corto nunca. Balón arriba y segunda jugada. Ahora casi todos los entrenadores quieren proponer salir jugando y llevar la iniciativa. No quieren rifarla. Si echas el balón arriba la posesión puede ser para un equipo o para a otro y si sales jugando es tuya. La norma es favorable para los equipos que quieren proponer”. Personalmente, acepta el reto de iniciar el juego. “El entrenador que más me insistió en salir desde atrás fue Javier Calleja. Fue un cambio muy brusco en mi juego. Lo entrenamos mucho y poco a poco me fui encontrando más cómodo. Con Emery insistimos en salir desde atrás, pero con la libertad de que en un momento determinado de presión pueda meter un balón directo arriba. Esa alternativa te quita problemas. Me siento más cómodo con esas dos opciones. Es fútbol. En la última jornada, contra el Atlético, me sorprendió que salieran jugando mucho desde atrás, cosa que hace años era impensable. Si los centrales y los laterales hacen los apoyos correctos que se entrenan, nos dan facilidades a los porteros para salir jugando. Igual que los delanteros tiran desmarques para hacer gol, ahora los defensas lo hacen para recibir el balón. Incluso es un poco más fácil para nosotros. Al dársele tanta importancia, se entrena más y los centrales, medios y laterales están más concienciados en apoyarnos. Los porteros nos sentimos más seguros”.

Independientemente de la teoría, la nueva tendencia, en la práctica, tiene sus ventajas e inconvenientes. Entre las primeras se encuentra la posibilidad de salir jugando por dentro con más líneas de pase y zonas más amplias para asociarse en lugar de por fuera con los laterales. Entre las segundas, el riesgo de que las pérdidas se producen muy cerca de la portería y que si se presiona arriba con muchos jugadores se dejan espacios en zonas más retrasadas. Siempre hay que tener en cuenta que en el saque de puerta no hay fuera de juego.

Abusos

Abel Resino (Toledo, 60 años), internacional, poseedor del récord imbatibilidad de la Liga con 1.275 minutos sin recibir un gol, trofeo Zamora en 1991, y actualmente entrenador, encuentra sus inconvenientes a la situación creada. “Para los porteros que no tengan seguridad en su juego con los pies es una pega importante. Todos no son Ter Stegen. Y también me gustaría ver la respuesta de algunos jugadores de campo en ese momento comprometido que te dan el balón. Algunos se la quitan del medio, se la dan al portero y que éste resuelva el problema. Yo no veo al Atlético jugando al límite dentro del área, pasándose el balón entre el portero, los centrales y el pivote que venga a recibir. Oblak no tiene el manejo de Ter Stegen, aunque no se le dé mal. Todo depende de la presión del rival, si es alta te obliga a los centrales a meterse al punto de penalti, pero si la presión no es arriba no hace falta recurrir a esa estrategia y se colocarían en los picos de las áreas”.

Abel cree que se está abusando con la nueva tendencia. “Al portero se le complica la vida, pero si el entrenador quiere jugar así, lo tiene que asumir. Me consta que cada vez se entrena más esta situación, además del trabajo específico de portero. Se está abusando de la salida desde tan atrás, sobre todo en equipos pequeños que a lo peor no tienen jugadores para ello. Ya veremos cuando les hagan dos goles por el invento y no tengan capacidad para meter tres. No entiendo llevar al límite las situaciones. Todo en el fútbol hay que hacerlo para sacar provecho. No porque esté de moda y sea más moderno. Muchos de los que quieren salir de su área con el balón no tienen una continuidad más adelante en su juego de asociación. ¿Qué provecho sacas? Si tienes jugadores para jugar así, superar líneas y acumular gente en ataque, bien. Pero si superas la primera presión y luego no sigues, ¿para qué has arriesgado tanto si no tienes un gran dominio del juego?”.

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