Nadal: “Esta pelota es una piedra”
El número dos critica la nueva bola diseñada para esta edición, “lenta y pesada”, e incide en el frío y la humedad: “De todos los Roland Garros que he jugado, es en el que las condiciones son más negativas”
Es media tarde y después de haber completado su segundo entrenamiento en la central parisina, techada de nuevo porque en París llueve con ganas y sopla el viento, Rafael Nadal aborda las cuestiones que le plantea de forma telemática la prensa internacional en la antesala del torneo. El rey de la tierra ha vuelto a sus dominios, pero no de la forma deseada. Se le insiste al balear en qué sensaciones tiene en este Roland Garros radicalmente distinto, otoñal y frío como nunca, y en cómo tratará de compensar la falta de preparación con respecto a ediciones anteriores.
Las nuevas condiciones. “Son muy duras, un poquito extremas. Hace mucho frío y eso lo hace difícil. En la pista son completamente diferentes. He tenido un buen par de entrenamientos, pero jugar un torneo outdoor a nueve grados de temperatura… Es una situación un poquito límite, lloviendo casi cada día, con frío, con viento. Las condiciones no son buenas para mí, pero para otros jugadores tampoco. Debo estar relajado, sabiendo que es un año especial y distinto. Tengo que ir construyendo día a día las opciones que me permitan hacer un buen torneo”.
Opciones. “Si no estuviera aquí para asumir el reto de aspirar a lo máximo, no estaría aquí. Si estoy es porque tengo la ilusión de competir al cien por cien; después, que las condiciones no son las ideales, verdad; que la preparación no ha sido la mejor, también… Pero esto es lo que hay. Tengo que saber convivir con las situaciones que se van presentando. Sé que hay una gran dificultad para tener un gran éxito en este torneo, pero lo que no voy a hacer yo es aumentar los problemas, sino intentar minimizarlos”.
Según Djokovic, en este contexto Nadal es más vulnerable. “Estoy de acuerdo al cien por cien. Él me ha ganado muchas veces, pero al mismo tiempo yo he tenido mucho éxito en esta superficie. De todos los Roland Garros que he jugado, es en el que las condiciones son más negativas, en general. La bola es superlenta y pesada, la preparación ha sido menor de lo habitual… Tendré que dejarlo todo cada día e ir superando los retos diarios, sabiendo que la situación no es la ideal, pero en lo que no puedo fallar es en mi actitud y mi ilusión”.
Las nuevas pelotas de Wilson. “Las bolas son muy diferentes a las de los años anteriores. Antes de venir ya entrené en Mallorca cuando hacía calor, y si ya era de por sí lenta, aquí, con el frío, es como una piedra. Muy lenta. Mi opinión es que no es una bola buena para jugar en tierra, pero lo sabía antes de venir aquí y acepto el desafío. La organización tal vez deba echar un vistazo a este tema por la salud de los jugadores, porque es muy pesada y puede ser peligrosa para los hombros o el codo. Ahora necesito lograr las mejores sensaciones posibles bajo estas condiciones y trabajar con la motivación adecuada; después, veremos qué puedo hacer o no hacer”.
Variables en el juego. “Uno no puede hacer grandes cambios, uno no puede remar a contracorriente. Es decir, si hay unas condiciones tengo que apoyarme en ellas y no ir contra ellas. El patrón de juego puede cambiar, pero el giro no puede ser drástico porque los cambios drásticos no le funcionan a nadie, y menos de la noche a la mañana. No voy a decir que me encanta la bola si no es así; es difícil moverla y darle efecto, pero voy a jugar con ella. Para unos es más favorable que para otros y el que tenga más capacidad de adaptarse tendrá más posibilidades de éxito”.
Cambios de rutina. “Lo que más echo de menos es el clima adecuado. A esta temperatura al cuerpo le cuesta un poquito… Echamos de menos un clima de alegría, que es lo que nos gusta a todos, y no ya solo en el mundo del tenis, sino en la vida en general. ¿Que estoy en otro hotel? Pues estoy en otro hotel, y eso no va a incidir en que gane un punto más o menos. ¿Qué no puedo salir a cenar? Pues claro que eso nos permite apartarnos un poco de la rutina del tenis, pero no lo tenemos y nos adaptamos. Lo que más vamos a echar de menos son unas condiciones razonables para jugar en tierra batida y un clima de fiesta con el público. Ojalá podamos disfrutar de esto otra vez pronto, pero parece que la situación no va por el buen camino”.
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