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El Barcelona hace caja con Semedo

Aunque se queda sin un lateral derecho específico, el club azulgrana traspasa al luso al Wolverhampton por 30 millones fijos más 10 en variables y refresca las pálidas cuentas del club

Semedo y Gnabry en el duelo europeo entre el Barça y el Bayern (2-8).
Semedo y Gnabry en el duelo europeo entre el Barça y el Bayern (2-8).POOL (Reuters)
Jordi Quixano

Aunque fue declarado como intransferible en los dos últimos mercados –hace un mes por el propio presidente Josep Maria Bartomeu, para sorpresa general-, Nélson Semedo (Lisboa, Portugal; 26 años) se marcha al Wolverhampton por 30 millones fijos más 10 en variables y cuatro temporadas. El futbolista pasó el lunes por la tarde la revisión médica –por lo que ya no se entrenó con el equipo azulgrana- y desde este miércoles ya se viste de lobo, oficial el traspaso. Una operación al fin rentable para el Barcelona –que vendió a Rakitic por 1,5 millones al Sevilla y a Vidal gratis al Inter aunque con un millón en variables- porque el lateral no tenía un salario demasiado elevado al tiempo que era un imán en el mercado internacional por su capacidad para progresar por la banda. Y, con Jorge Mendes como agente –que también representa a Ansu Fati desde hace unos meses-, todo ha sido más fácil.

Resulta que el ilustre representante portugués controla una parte del accionariado de los Wolves, adquirido en 2016 por el magnate chino Guo Guangchang, que también se hizo con el 20% de Gestifute, empresa de Mendes. Una relación que ha fructificado como pocas porque el equipo inglés cuenta con 11 portugueses en sus filas, además del técnico Nuno Espírito Santo, que dirigió, entre otros, al Valencia y al Oporto. Ahora, se les une Semedo, señalado por la afición azulgrana por su desidia a la hora de volver y sus lagunas tácticas, además de por su partido horrendo frente al Bayern en la pasada edición de la Champions (2-8). Y el Barcelona necesitaba hacer caja para poder reformularse sin romper las normas del Fair Play financiero establecido por la FIFA.

El luso, que llegó en 2017 del Benfica por 30 millones fijos más cinco en variables, tenía una cláusula de rescisión de 100 millones. No sacará el club azulgrana ni la mitad, pero se da más que por satisfecho por la operación, por más que aún no esté cerrado su reemplazo. “Una buena operación”, tildan desde los despachos del Camp Nou. Entre otras cosas porque no era un jugador titular –solía Sergi Roberto ocupar la retaguardia derecha en los partidos capitales-, aunque acumulara 124 partidos con el Barça resumidos en dos goles y 11 asistencias. Ahora jugará para el Wolverhampton –que no participa en competiciones europeas-, que en esta ventana veraniega traspasó a los laterales Matt Doherty al Tottenham (16,8 millones) y recientemente a Diogo Jota al Liverpool (45) para afrontar el pago de Semedo.

A cambio, el Barcelona, acuciado por las cuentas, pretende traer a un lateral derecho a préstamo, sabedor de que también debe traer a un central que ocupe el lugar de Umtiti y un delantero si finalmente se resuelve el embrollo con Luis Suárez. El lateral que más gusta es Sergiño Dest (19 años), del Ajax y pretendido por el Bayern, también viejo conocido de Koeman porque intentó sin éxito que escogiera a la selección de Holanda antes que a la de Estados Unidos. Otro jugador que gusta es Max Aarons (20), carrilero del Norwich.

Lo que está claro es que no recuperará a Wague, cedido por una temporada al PAOK de Salónica griego, pero sí que en caso de urgencia podría reclamar a Emerson –jugador con copropiedad con el Betis hasta 2022 y con contrato con el Barça hasta 2024- a cambio de una penalización económica que no superaría los nueve millones de euros. Versión de una cláusula, en cualquier caso, que niega el Betis.

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