La mirilla condena al Barça ante el Wolfsburgo
Las azulgrana pierden contra el conjunto alemán en las semifinales de la Champions tras desperdiciar un carrusel de ocasiones y se quedan a las puertas de su segunda final en la competición
Intentó una y otra vez este martes el Barcelona marcar los goles que le dieran el pase a la segunda final de la Champions de su historia, pero la mayoría de las veces le falló la puntería ante el Wolfsburgo y nunca encontró el remedio. Solo en una ocasión la guardameta del conjunto alemán, Friederike Abt, tuvo que sacar un balón que se colaba en la red tras un remate de cabeza de la nigeriana Oshoala. El resto de ocasiones, algunas casi de poner el interior y empujar el balón al fondo de la red, se fueron fuera. Les faltó en Anoeta, un estadio vacío por la pandemia, ajustar la mirilla a las azulgranas, apeadas en las semifinales por el Wolfsburgo (1-0), que tuvo en un gol de Fridolina Rolfö en el minuto 58 de la segunda parte lo justo para clasificarse y jugar el domingo su quinta final de la Liga de Campeones, tras ganar las de 2013 y 2014 y ser subcampeonas en 2016 y 2018.
Había viajado el Barcelona, el campeón de España, de victoria a victoria hasta las semifinales tras apear al Atlético en los cuartos. También el campeón de Alemania llegaba invicto. Ninguno había perdido un encuentro desde la temporada anterior. El Barcelona cayó en mayo del año pasado contra el Lyon en la final de la Champions (4-1), la misma competición en la que fracasó el Wolfsburgo ante el conjunto francés —citado este miércoles (20.00, Gol TV) con el PSG en la otra semifinal—, que los eliminó en los cuartos de final en marzo de 2019.
Solo el chasco del gol, el detalle que casi siempre marca las diferencias en el fútbol de máximo nivel —ya sea el masculino, el femenino o el formativo—, nubló este martes el partido del Barcelona en San Sebastián. Con la noruega Graham Hansen en el extremo derecho y todo el talento nacional en el campo, las volantes Alexia Putellas y Jenni Hermoso y la atacante Mariona Caldentey, jugó el Barcelona de tú a tú al Wolfsburgo —un equipo al que se había enfrentado dos veces, ambas con derrota— y logró desnudarlo en varias fases del partido.
Las blaugranas construyeron con fluidez el juego cada vez que conectaron con Hermoso o Mariona, que abandonaba la banda para recibir por dentro, a la espalda de las mediocentros del Wolfsburgo. Fue ahí donde cosió el Barça sus mejores ocasiones en la primera y la segunda mitad. Por ejemplo, al filo del descanso, en un pase de Caldentey para Hansen, de la que comparan su capacidad de regate con la de Neymar en la ciudad deportiva del club catalán. La noruega, que ya había avisado en el primer minuto con un tiro desde el vértice derecho del área, se fue de su defensa como quien espanta una mosca, pero su disparo se marchó fuera, a un palmo del poste derecho de Abt. También tuvo una clara en el primer tramo Oshoala, que en una indecisión entre la defensa y la guardameta embocó fuera tras ganar la posición gracias a su potencia.
Ambas ocasiones fueron respondidas por las alemanas, que ganaban aire en cada contra, boyantes cuando tenían espacio para correr. Encontraron dos remates de Huth, el más claro uno de cabeza que paró Sandra Paños cuando la alemana tenía toda la portería a bocajarro y remató al cuerpo de la guardameta en el minuto 40.
El tanto de Rolfö, un punterazo casi en la línea de gol tras una jugada enmarañada en el área de Paños, no varió el encuentro en la segunda parte. El Barcelona dominó en el juego posicional, con el Wolfsburgo más cómodo a la carrera. Mariona tuvo el empate tras una jugada de la exquisita Jenni Hermoso en la línea de fondo, pero remató alto con el interior a solo cuatro metros de la portería. También pudo marcar la propia Hermoso después de una jugada de Marta Torrejón, aunque no fue capaz de empalmar bien la volea tras un control impreciso en el punto de penalti. En el tramo final, ya con el desborde de Aitana Bonmatí, que había entrado por Oshoala, desdibujada sin espacios, sumaron otros dos intentos las azulgranas: un tiro desviado de la propia Bonmatí y un pase de Hansen a Hermoso al que esta no llegó por un meñique y en el que el banquillo catalán pidió penalti. Se quedó al borde del gol el Barça y tendrá que esperar al menos otro año para hacer historia con su primera Champions.
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