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Vuelo AV 152, el orgullo colombiano viaja a Europa

El país andino organiza un transporte especial Bogotá-Madrid para que sus ciclistas puedan correr el Tour

Nairo, tras ser atropellado hace 10 días mientras se entrenaba.
Nairo, tras ser atropellado hace 10 días mientras se entrenaba.Rusbell Andrés Muñoz Alcaldía de (Rusbell Andrés Muñoz Alcaldía de)

Más delicadamente tratados que figuras de porcelana china, pues son más valiosos aún, en un avión cuya asepsia un quirófano envidiaría, 180 deportistas colombianos, la mayoría, ciclistas, los mejores del mundo, partirán el próximo domingo del aeropuerto El Dorado de Bogotá en el vuelo AV 152 con destino a Madrid Barajas, donde aterrizarán el lunes 20 por la mañana. Alguien habla de un Arca de Noé postdiluvio con una muestra las mejores especies salvadas.

Es un vuelo especial, un vuelo único que despegará de un aeropuerto cerrado en un espacio aéreo cerrado hacia unas fronteras, las europeas, cerradas para Colombia y para casi todo el mundo, la única manera de conseguir que los mejores equipos y las mejores carreras, comenzando por el Tour de Francia, puedan contar con sus figuras, con Egan, Nairo, Urán, Supermán, Higuita, Chaves, Dani Martínez, en una temporada que se reinicia el 28 de julio con la Vuelta a Burgos tras un parón de casi cinco meses.

Es un asunto de Estado.

“Es el vuelo del deporte, el orgullo colombiano”, dice Ernesto Lucena, ministro de Deportes, que ha organizado la expedición del Boeing 787 Dreamliner, y filtros HEPA en cabina, que atrapan a todos los virus en sus redes, con la colaboración de Avianca, la línea aérea nacional. “Nuestros campeones viajan para fortalecer la imagen de Colombia”.

“El estándar sanitario más alto para lo mejor de nuestro país”, apunta Mauricio Serrato, asesor sanitario del ministerio de Deportes, que recuerda que todos los deportistas vuelan con certificado de PCR negativo, que deberán llevar en el vuelo permanentemente la mascarilla, y que se la deberán cambiar cada cuatro horas. Para llegar a Bogotá, los ciclistas de departamentos cercanos, Cundinamarca, Boyacá, viajarán por carretera, y desde Medellín y Cali se han organizado sendos chárteres para los restantes deportistas.

Si alguien considera exagerada la importancia que se rinde en Colombia al bienestar de sus ciclistas, podría medir la importancia que le concede el ciclismo mundial a los mismos deportistas, y luego comparar: ¿quién exagera más?

Egan Bernal, de Zipaquirá (Cundinamarca), ganó el último Tour; Richard Carapaz, de Tulcán (Ecuador), apenas unos centenares de kilómetros más al sur en la misma cordillera andina, ganó el último Giro (voló a España con permiso especial el miércoles pasado, acompañado de su compatriota Jhonatan Narváez); Miguel Ángel Supermán López, de Pesca (Boyacá) fue el gran animador de la Vuelta; Nairo Quintana ha sido el líder del Movistar la última década, y ha ganado Giro y Vuelta. Y también están Sergio Higuita, Esteban Chaves, Rigo Urán, Dani Martínez, Fernando Gaviria, Iván Sosa... Pocos darían valor a una prueba por etapas en la que no hubiera ciclistas colombianos, como a equipos y competiciones de fútbol que no contaran con brasileños o argentinos. Quizás solo los aficionados franceses aguantarían un Tour reducido a un duelo entre Alaphilippe y Pinot. El resto del mundo bostezaría.

El ciclismo mundial depende de las figuras de los Andes, escaladores, espectaculares en los grandes puertos, y los organizadores de las carreras se lo hacen saber modificando cada vez más aceleradamente los trazados de las grandes vueltas, aumentando año tras año los kilómetros de montaña y reduciendo las contrarrelojes.

El vuelo ocurre en momentos en que Colombia afronta las semanas más críticas de la pandemia, a la espera de un pico de contagios que las autoridades sanitarias esperan en agosto. El país acumulaba ya unos 160.000 casos detectados y casi 6.000 muertes relacionadas con la covid-19. Esta semana, tanto Bogotá como Medellín, las mayores urbes del país, regresaron a esquemas estrictos de confinamiento —que previamente habían flexibilizado— para mantener una mínima disponibilidad de camas de cuidados intensivos y así evitar que los servicios de salud se vean desbordados cuando la pandemia alcance su pico.

A Nairo le derribó un coche hace 10 días mientras se entrenaba por los alrededores de Tunja. Sufrió un golpe en la rodilla que debería haberle tenido parado dos semanas, pero al séptimo día volvió a dar pedalazos. No quiere perder ni un gramo de la ventaja que los colombianos entrenándose en su altura y sin apenas días de confinamiento han adquirido sobre los europeos, con una preparación mucho más caótica. A Nairo, con una condición de favorito para el Tour más asentada que en los últimos años, cuando aterrice en Madrid, le espera un avión privado en el que su equipo, el Arkéa francés, le llevará volando a Mónaco, donde vive, junto a su hermano Dayer y su compañero Winner Anacona. Egan, Gaviria, Supermán, Sosa y demás colombianos que también viven en Mónaco intentarán volar lo antes posible al Principado, en avión privado Ineos o en vuelo regular a Niza. Después, a todos les esperan en las respectivas concentraciones en altura del equipo Tour: el Ineos en su habitual Teide; el Astana, en Sierra Nevada, y el Arkéa, en Isola 2000, en los Alpes franceses.

Por su parte, el joven Sergio Higuita, la sensación de la temporada, añadirá una cuarentena particular a su toma de contacto con Europa antes de concentrarse en Girona, donde tiene su central su equipo, el EF. El ciclista de Medellín, que llega con tres bicicletas, se concentrará en solitario en un apartamento en la estación de Valdelinares, en Teruel, a 1.800 metros, donde permanecerá un par de semanas antes de reiniciar la temporada en la Dauphiné Libéré, el 12 de agosto.

Todos cuentan con un visado especial para entrar en el espacio Schengen exigido por el Gobierno español, que permite el derecho a participar en las competiciones deportivas de alto nivel organizadas en España a aquellos ciudadanos cuyos países no figuran en la lista de admitidos. No se ha emitido billete a otras personas, como mujeres o maridos o acompañantes.que no justificaran su condición de deportistas o técnicos. También vuelan las futbolistas Natalia Gaitán e Isabella Echeverry; los yudocas Yuri Alvear, que se concentrará en Valencia, y Francisco Balanta; la voleibolista Oriana Guerrero; el esgrimista Pablo Trochez y el piloto Óscar Andrés Tunjo.

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