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LaLiga Santander jornada 30
Celta
Celta
Murillo 13'Aspas 20'Rafinha 39'Rafinha 41'Nolito 78'Santi Mina 86'
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sin comenzar
Alavés
Alavés

El Celta se da un festín ante un inofensivo Alavés

El equipo vigués toma una distancia de cuatro puntos respecto al descenso tras masacrar a un rival que no compitió

De izquierda a derecha, los jugadores del Celta Denis Suárez, Fran Beltrán, Iago Aspas y Rafinha celebran un gol este domingo ante el Alavés en Balaídos.
De izquierda a derecha, los jugadores del Celta Denis Suárez, Fran Beltrán, Iago Aspas y Rafinha celebran un gol este domingo ante el Alavés en Balaídos.Lavandeira jr (EFE)

Inane como estaba ante el gol, después de no ver puerta en sus cuatro últimos partidos, el Celta se dio un festín (6-0) ante el Alavés, que salió al campo sin la tensión exigible en una competición de alto nivel y acabó por alzar la bandera blanca cuando mediada la primera parte se quedó en inferioridad numérica. Fue un nutritivo banquete para el equipo celeste, que llenó el buche ante un calendario exigente que le enfrenta de inmediato con Real Sociedad y Barcelona. A este tramo del campeonato llega el Celta cuatro puntos sobre el descenso, tras una jornada en la que de los ocho últimos de la tabla tan solo los vigueses sumaron los tres puntos.

CELCelta
Celta
6
Rubén Blanco, Olaza, Kevin Vázquez, Néstor Araújo, Murillo (Joseph Aidoo, min. 72), Okay Yokuslu (Filip Bradaric, min. 45), Fran Beltrán (Santi Mina, min. 64), Rafinha (Nolito, min. 45), Fedor Smolov, Denis Suárez y Aspas (Brais, min. 64)
ALA Alavés
0
Alavés
Roberto, Javi López, Lisandro Magallán, Martín Aguirregabiria, Laguardia (Rodrigo Ely, min. 45), Fejsa, Pere Pons, Borja Sainz (Ximo Navarro, min. 32), Edgar Méndez (Luis Rioja, min. 83), Lucas Pérez (Paulino De la Fuente, min. 45) y Joselu (Oliver Burke, min. 58)
Goles 1-0 min. 13: Murillo. 2-0 min. 20: Aspas. 3-0 min. 39: Rafinha. 4-0 min. 41: Rafinha. 5-0 min. 78: Nolito. 6-0 min. 86: Santi Mina.
Árbitro Adrián Cordero Vega
Tarjetas amarillas Lucas Pérez (min. 15) y Okay Yokuslu (min. 16)
Tarjetas rojas Martín Aguirregabiria (min. 26)

El campeonato regresó sin la prevalencia del factor campo, muy matizado por la ausencia de los seguidores en las gradas. Pero el Alavés es el mismo de antes de marzo, un equipo con dos caras, la que ofrece a domicilio, faceta que le condena a mirar de reojo a los puestos de descenso. El equipo que prepara Asier Garitano solo ha rescatado nueve puntos en catorce desplazamientos, suerte en la que apenas el Mallorca ha sumado menos. Sensaciones como las que ofreció en Balaídos invitan a la preocupación, por más que, nueve puntos sobre el peligro, atisbe su objetivo. Ante el Celta fue un pelele, superado por un rival que en cuanto apretó las tuercas en la presión le desnudó en defensa y desactivó cualquier tipo de conexión con Lucas Pérez y Joselu. Entre los dos delanteros gallegos han marcado 20 de los 31 goles de su equipo, así que no parece arriesgado colegir que sin su participación el Alavés es una nadería. En Vigo se sostuvo y evitó una goleada aún más contundente gracias a Roberto, felino bajo palos, implicado para mantenerse en la titularidad en perjuicio del habitual Pacheco.

Cuatro goles marcó el Celta antes del descanso, cinco había logrado en todas las primeras partes de lo que va de Liga. Cualquier alusión al pasado, cualquier reflejo estadístico, se marchitó ante lo imprevisible. El Celta encarriló la goleada tras dos saques de esquina, suerte en la que el Alavés padeció un calvario, desnortado para aplicarse en las segundas jugadas. Antes del cuarto de hora y con el Alavés ya atascado, el central Murillo aprovechó una basculación de la zaga y un centro monumental de Denis Suárez para abrir el marcador con un testarazo canónico. Casi sin solución de continuidad, otro córner generó un caos que acabó en penalti de Fejsa y gol de Iago Aspas, que necesitaba redimirse tras el error de la jornada anterior desde los once metros. Cuando el Alavés quiso alzarse, Martin Agirregabiria acudió de manera estrepitosa a un duelo con Rafinha y clavo los tacos de la bota de su pie derecho en la pelota y en el muslo del jugador brasileño. Fue tan involuntario como imprudente, valió una expulsión y una sentencia. Los puntos se quedaban en Vigo.

Lo que sucedió después fluctuó entre el festival y el trámite. Rafinha puso los fuegos artificiales con dos apariciones estelares que valieron dos goles de bandera. Los entrenadores agitaron sus banquillos (ahora devenidos en graderío) para dosificar a sus futbolistas de referencia. El Celta relajó esfuerzos, pero aún se dio un último homenaje, el de celebrar un gol del retornado Nolito, que todavía tuvo tiempo de darle un pase a Santi Mina, otro necesitado de alegrías, para rubricar una goleada impensable. “El que se duerma va para el pozo”, zanjó el gaditano tras el partido. El Alavés debería tomar nota.

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