Luis Alberto mete a la Juventus en la nevera

Luis Alberto Romero Alconchel es uno de esos gaditanos que desde hace unos años hacen fortuna en la Serie A. El mediapunta del Lazio, de 27 años, progresa paulatinamente. En 2018 se aproximó a la convocatoria del Mundial de Rusia. Año y medio más tarde atraviesa la que probablemente sea su época más dulce. Este sábado firmó su décima asistencia de la temporada para culminar una actuación tan fantástica para su equipo como ruinosa para la Juventus. El vigente campeón sufrió la primera derrota de la temporada en el campeonato (3-1) y permitió que el Inter se afirmara en el liderato con dos puntos de ventaja, a pesar de empatar con la Roma el viernes (0-0).

La Juve suma ocho títulos consecutivos de Serie A desde la campaña 2011/12. No ha tenido prácticamente rivales en este periodo. Ahora se ve apurada. Y camina por la cornisa. Y tropieza. Cayó de bruces en su visita al Olímpico de Roma este sábado, aunque de entrada el partido pareció sonreírle. Pasados los 20 minutos, Cristiano empujó el 0-1 a pase de Bentancur.

Antes del descanso Bentancur, lesionado, fue sustituido por Can. Tras el intervalo hubo un córner. Tras el córner un centro que colocó Luis Alberto a la cabeza de Luiz Felipe. Fue el empate. Y el comienzo del calvario de la Juve que no consiguió asentarse en el campo, ni gestionar los tiempos, con o sin la pelota, en un ir y venir estéril que acabó por desquiciar a sus jugadores al tiempo que reforzaba a los contrarios. A los laziales les daba cada vez más gusto echar carreras. Pasada la hora se inició un nuevo acto. Otra vez, el catalizador fue Luis Alberto.

El enganche español recibió entre líneas y cuando la defensa rival le cerraba las puertas filtró un pase al vacío. Por ahí corrió Lazzari. A por él fue Cuadrado. Hubo un choque. La pelota pasó intacta. Cuadrado, último hombre antes del portero, derribó al atacante. El VAR decretó la expulsión del defensa colombiano, que se fue tan molesto que a punto estuvo de golpear a Bonucci.

A los diez minutos de correr con uno menos la Juventus sufrió otro golpe. También en esta ocasión apareció Luis Alberto, que metió un pase medido, bombeado, entre los dos centrales. Exactamente al punto en el que lo podía descolgar Savic con el empeine del pie derecho antes de rematar con el izquierdo. El 2-1 desató la alegría de los jugadores locales. Más contentos se pusieron cuando el árbitro señaló penalti de Szczesny sobre Correa. Pero el doble tiro de Immobile, ejecución del penalti y rechace, fue detenido por el propio Szczesny, imponente e intimidador de tan seguro que iba por el área hablando con los rivales como si fuesen sus aparcacoches.

La entrada de Higuaín no añadió ni restó nada a la mezcla. Sarri mordisqueaba un sucedáneo de cigarrillo en la banda. Las curvas del Olímpico estallaban. Cuando Felipe Caicedo metió el 3-1 definitivo en el tiempo de descuento, en un contragolpe, en esa orilla del Tíber comenzó a celebrarse algo parecido a la fiesta anticipada del Año Nuevo.