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Premier League jornada 4
Arsenal
Arsenal
Lacazette 46'Aubameyang 70'
2 2
Finalizado
Tottenham
Tottenham
Eriksen 10'Kane 39'

Tottenham y Arsenal reparten zarpazos en el Etihad

La entrada de Ceballos pasada la hora de partido contribuye a elevar la eficacia del equipo de Emery, que logra empatar tras ir 0-2 en el duelo de los segundones de la Premier

Lacazette marca el primero del Arsenal.
Lacazette marca el primero del Arsenal.Marc Atkins (Getty Images)
Diego Torres

Hay fútbol de verano, de otoño, de invierno y de primavera. Cada estación implica un género diferente. El ciclo incrementa progresivamente el carácter decisivo de los partidos, la urgencia de los resultados y la ansiedad del público y los jugadores. El derbi del norte de Londres disputado este domingo señaló el fin del estío. Arsenal y Tottenham disputaron un duelo primaveral en el Emirates. Más allá de la calidad del juego, fue un choque con todos los ingredientes de los partidos que determinan el destino de los equipos al cabo de la temporada. Acabó 2-2. Pudo inclinarse a favor de cualquiera.

Asumida la superioridad abismal del City y el Liverpool, en la Premier hay un grupo de equipos que se disputan las posiciones inmediatamente inferiores. La batalla para quedar dentro de la frontera del cuarto puesto, con acceso a las ventajas financieras de la Champions, resulta feroz. Ahí coinciden Arsenal y Tottenham. Después de invertir 380 millones de euros en fichajes a lo largo de los últimos tres años, el Arsenal se propone dar el salto que le sitúe entre los cuatro primeros tras haber quedado quinto en el curso pasado, precisamente un escalón por debajo del Tottenham, que ha gastado 235 millones desde 2016.

Si el derbi calibró la distancia entre expectativa y realidad, los hinchas del Arsenal se llevaron una pequeña decepción. Sorprendió ver en el banquillo a Ceballos y Özil, los jugadores mejor dotados para administrar el juego en la madeja defensiva que prepara normalmente Pochettino. En su lugar, Emery apostó por Torreira y Guendouzi como interiores de un mediocampo cuyo vértice ocupó el inestable Xhaka. Por más que los atacantes sean formidables, si por detrás no hay un buen escalonamiento con futbolistas capaces de gestionar los tiempos y los espacios, la circulación corre el riesgo de quedarse en nada. Especialmente ante defensas expertas que se manejan de memoria, como la del Tottenham.

Sin espacios para correr ni pasadores que los habilitasen, Aubameyang, Lacazette y Pepe no encontraron su sitio en la trama que moderaron Winks y Sissoko. De nada sirvió que el Arsenal presionara en campo rival si la pelota no fluía una vez que la recuperaba. El cortocircuito fue sencillamente aprovechado por el Tottenham, que abrió la compuerta con la vieja llave: balón largo de Lloris a Harry Kane para que el punta lo peine al hueco. Desmarque a ese hueco de Son. Pase de Son a Lamela y desborde ante una defensa desajustada. Leno desvió el tiro y Eriksen pescó el rechace para meter el 0-1.

Desnortado el Arsenal en la primera parte, Winks fabricó la jugada que desembocó en el penalti. Son recibió la pelota dentro del área y Xhaka lo barrió en las narices del jovial árbitro Martin Atkinson. Como un alevín al que le acaban de entregar la licencia. Kane ejecutó el 0-2 reventando el lateral de la red y el Arsenal se vio en el pozo ante un adversario que apenas había replicado con un par de contragolpes.

La magia de Lacazette devolvió a su equipo al partido antes del descanso. Autor de un control finísimo, un toque burlón para escurrirse entre los centrales, y un disparo seco al primer palo, el francés hizo en tres gestos todo aquello que a su equipo le costaba horrores en las transiciones ofensivas. Agarrado a la épica de Lacazette se fue al descanso el Arsenal, que regresó al campo sin cambios. Emery modificó sus planes. Lo pudo pagar caro cuando Harry Kane estrelló un tiro con efecto de tres dedos en el palo más lejano de Leno.

La entrada de Ceballos por Torreira pasada la hora señaló el principio de grandes dificultades para el Tottenham, que vivió asediado hasta el final. Si hasta entonces el Arsenal había atacado con más vehemencia que precisión, Ceballos le dio el punto de velocidad que dictó su pase. Si la entrada del español no hubiera coincidido con la lesión de Lacazette, que pidió el cambio, el Tottenham se habría visto en un gran aprieto. No fue posible la victoria, pero Aubameyang obtuvo el premio del 2-2 con un desmarque magistral a la espalda de Vertonghen. Remató a un toque el centro de Guendouzi y elevó la temperatura de las gradas. El VAR anuló un gol al Arsenal, que en la segunda mitad sumaba 14 remates frente a cuatro a falta de cinco minutos cuando Harry Kane, en dos aventuras particulares, estuvo a punto de dar el zarpazo de los tres puntos.

El debri del norte de Londres fue un partido emocionante. Tanto como suelen ser los partidos en primavera. El empate fue circunstancial.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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