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Última llamada para Primera

Mallorca y Deportivo definen en Son Moix el vigésimo participante en la máxima categoría con ventaja para los gallegos tras ganar dos a cero en el partido de ida

Álex Bergantiños, con secuelas tras la reconstrucción de su labio, observa el entrenamiento de sus compañeros junto al segundo entrenador Fabián Rivero.
Álex Bergantiños, con secuelas tras la reconstrucción de su labio, observa el entrenamiento de sus compañeros junto al segundo entrenador Fabián Rivero.RCDEPORTIVO

Estuvieron juntos en Primera División entre 1997 y 2011, ganaron títulos, se mostraron al máximo nivel en Europa. Acabaron ambos en concurso de acreedores, pero también son deudores de su historia Mallorca y Deportivo, que entre ambos suman 18 ascensos a la máxima categoría (siete y once, respectivamente). Este domingo tienen en juego uno más, con ventaja para los coruñeses que acuden a Son Moix tras ganar en la ida (2-0) de la promoción de ascenso. Un marcador idéntico, tras prórroga, le daría el triunfo a los locales, que quedaron mejor clasificados en el campeonato.

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“Es el último, el sí o el no. La motivación puede con todo lo demás”, zanja el técnico mallorquinista, Vicente Moreno, cuando le aluden al cansancio, a una temporada eterna que exige además el esfuerzo de superar cuatro partidos en menos de dos semanas a quienes culminan el play-off. Quizás llegue más entero el Deportivo, que incluso se ha permitido rotaciones en este epílogo. El Mallorca ha repetido once en los tres últimos partidos. No podrá hacerlo ahora. Marc Pedraza, expulsado en Riazor, tras el choque que envió a Álex Bergantiños al hospital cumplirá el primero de dos partidos de sanción. Tampoco el coruñés podrá jugar tras recibir 70 puntos de sutura en el rostro, aunque sí se haya desplazado a la isla con sus compañeros. “Es un ejemplo del compromiso de todos estos jugadores, el capitán que ha transmitido siempre los valores del club y una de las personas que pueden explicar muy claramente lo que significa el Deportivo”, apunta sobre Bergantiños su entrenador José Luis Martí.

El caso es que ambos técnicos deberán exprimir sus opciones para suplir a los dos pilares de su entramado táctico en la medular. En el Mallorca además asoma la precaria condición física de Salva Sevilla, que ya jugó tocado en Riazor y no pudo acabar el partido. En el Deportivo faltará el central Somma, que dejará paso a Pablo Marí, titular todo el ejercicio hasta que una lesión le impidió jugar los tres últimos partidos.

Habrá tensión, pero se juega entre caballeros. Vicente Moreno ha laminado todas las habladurías sobre malas maneras del Deportivo hacia la expedición mallorquinista que visitó Riazor. “Todo lo que recibirmos de ellos fue un buen trato. Estamos hablando de un gran club, de un equipo señor, como nosotros. Vamos a jugar los dos por ganar con el máximo respeto”. Moreno ha comandado al Mallorca en dos años que califica como “inolvidables” desde Segunda B a las puertas de la máxima categoría y apela a la fortaleza demostrada en Son Moix, donde el cuadro rojillo ha ganado por un resultado que le daría el ascenso en ocho de los 22 partidos disputados. Sólo Osasuna fue mejor como local esta temporada.

Pero el Deportivo apela a la solidez. Nadie ha perdido menos que ellos a domicilio esta campaña y solo han conseguido derrotarle por más de un gol el Cádiz en el Carranza y el Rayo Majadahonda en Riazor. Aún así tiene cuestiones por resolver, sobre todo en la manera como sale a los partidos y su respuesta inicial a la presión alta del rival. Y aguarda a un Mallorca agresivo en ese aspecto. “Movilidad y acierto con balón”, receta Martí, que quiere manejar el balón, que el rival corra hacia atrás y que el paso de los minutos le invite a caer en la precipitación. Se imagina un partido comprometido, con muchos centros al área y acumulación de hombres en zonas de remate. Y sueña con un ascenso en su casa, no con el equipo de su corazón, pero sí con el que se lo ha entregado para culminar un regreso que hace un mes parecía una quimera cuando el equipo estaba séptimo en la plaza, dependiente de errores ajenos para verse en la situación actual.

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