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Junior apunta a la supremacía en el fútbol colombiano

El equipo de Barranquilla gana en la definición por penales su segunda liga consecutiva

S. Torrado
Teófilo Gutierrez, del Junior, controla un balón durante la final contra Deportivo pasto.
Teófilo Gutierrez, del Junior, controla un balón durante la final contra Deportivo pasto.DANIEL MUNOZ (AFP)
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De la mano de sus viejos conocidos, el Atlético Junior escribe una incipiente hegemonía en el fútbol colombiano. A pesar de caer 1-0 en el partido de vuelta de la final, el equipo del entrenador colombo-uruguayo Julio Comesaña consiguió como visitante en una dramática definición por penales (5-4) su segundo título consecutivo, el noveno de su palmarés. Su rival, el Deportivo Pasto, no alcanzó a coronar una improbable remontada frente al gran equipo del Caribe. El modesto club del sur del país, que formalmente oficiaba de local este miércoles en el estadio El Campín de Bogotá pese a estar lejos de casa, perdió por ese mismo marcador el fin de semana en la calurosa Barranquilla.

En un encuentro ríspido y sin grandes opciones, un ordenado Pasto solo consiguió adelantarse a falta de diez minutos tras un grueso error del defensa rojiblanco Gabriel Fuentes, presionado en la salida. Luego de robar el balón en el balcón del área, el delantero Ray Vanegas definió por debajo del arquero Sebastián Viera. El mismo Vanegas pasó de héroe a villano al enviar por encima del arco el cobro definitivo en la tanda desde el punto penal, el último de la serie. La ida se había saldado con un solitario tanto del argentino Fabián Sambueza.

En la titular del bicampeón brillan dos ilustres veteranos en ambas áreas. Su arco está bien resguardado por el uruguayo Viera, el capitán del equipo, y en el ataque disfruta de Teófilo Gutiérrez, el repatriado ídolo de la hinchada. El delantero de 34 años –escogido como el mejor jugador de América en 2014, cuando ganó con River Plate de Argentina la Copa Sudamericana– ha sido el gran referente desde que regresó al equipo de sus orígenes para un tercer ciclo en 2017. A ellos se suma la sangre joven de Luis Díaz, un escurridizo extremo que se perdió la final por estar concentrado con la selección Colombia para disputar la Copa América de Brasil. Los tiburones extrañaron su desequilibrio.

El Junior ha tenido un semestre irregular, pero cuenta con una de las nóminas más lujosas del torneo. El campeón comenzó el año con un nuevo proyecto bajo el mando del entrenador Luis Fernando Suárez –exseleccionador mundialista con Honduras y Ecuador–, sin embargo, se quedó por fuera de la Copa Libertadores en la fase de grupos. De poco sirvieron fichajes de renombre como el chileno Matías Fernández, quien terminó en el banco de suplentes.

A mitad de campaña, el club trajo de regreso a Comesaña, su técnico campeón, tras un fugaz paso por la liga argentina al frente del Colón. Bajo el mando del canoso estratega, el equipo tiburón no solo levantó el año pasado el título local, también alcanzó la final de la Sudamericana –torneo en el que también cayó eliminado en este 2019–. A pesar de los tropiezos, Comesaña, en su novena etapa en Barranquilla, consiguió volver a encarrilar al equipo en el torneo local y recuperó, de la mano de Teo, su conocido juego de posesión.

Consolidado como un grande en Colombia, Junior le ha apuntado en los últimos años a la esquiva gloria continental, pero ha fracasado en su empeño. Semifinalistas de la Libertadores en 1994 con un equipo de ensueño encabezado por Carlos El Pibe Valderrama, los rojiblancos perdieron la final de la última Suramericana por penales ante el Atlético Paranaense, en ambos casos con Comesaña en el banquillo. Para buscar revancha tendrán que esperar hasta la Libertadores 2020, a la que ya están clasificados.

El Deportivo Pasto, dirigido por Alexis García, un entrenador capaz de sacar provecho de nóminas modestas, nunca estuvo en la baraja de candidatos, pero se coló en la final tras eliminar en los cuadrangulares semifinales a Millonarios de Bogotá, el líder de la fase regular del torneo. El juego decisivo no estuvo exento de polémica, pues se disputó en la capital después de que la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) no le permitió al Pasto jugar en el estadio municipal de Ipiales –en la frontera con Ecuador, donde disputó sus partidos de local este semestre– debido a que no cumplía con el aforo y otros requisitos logísticos.

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Sobre la firma

S. Torrado
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia, donde cubre temas de política, posconflicto y la migración venezolana en la región. Periodista de la Universidad Javeriana y becario del Programa Balboa, ha trabajado con AP y AFP. Ha cubierto eventos y elecciones sobre el terreno en México, Brasil, Venezuela, Ecuador y Haití, así como el Mundial de Fútbol 2014.

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