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Japón, el único país campeón del mundo en todas las categorías

Las níponas, que levantaron el título en 2011, pierden el paso respecto a las grandes selecciones del momento

La selección japonesa de fútbol femenino, antes de iniciar un partido.
La selección japonesa de fútbol femenino, antes de iniciar un partido. GETTY

El equipo de Japón que ganó el Mundial de 2011 se erigió en símbolo de la recuperación nacional tras el devastador terremoto y tsunami de ese año, además de servir de inspiración para el fútbol femenino a escala mundial. El país nipón volvió a saborear la gloria mundialista en la categoría Sub-17 en 2014 y la Sub-20 en 2018, lo que convierte a Japón en el único país campeón del mundo en todas las categorías.

Varias jugadoras jóvenes de la generación de 2011 han madurado y lideran a su equipo en cada área del campo, como las defensas Saki Kumagai y Aya Sameshima, las centrocampistas Mizuho Sakaguchi y Rumi Utsugi, y la delantera Mana Iwabuchi. A ellas se unen jugadoras de la nueva hornada que ya acumulan experiencia internacional, como Moeka Minami en defensa, Yui Hasegawa e Hina Sugita en el medio campo y Rikako Kobayashi en el ataque. En torno a la mitad de las jugadoras que presenta Japón este verano sabe lo que es jugar una final del Mundial, ya sea en categoría absoluta, Sub-20 o Sub-17.

Japón juega con el clásico 4-4-2 o con un 4-2-3-1, con un estilo de juego apuntalado por el trabajo duro y la buena técnica. Los equipos campeones de las diferentes categorías probaron su capacidad de castigar la debilidad del rival a base de paciencia y presión coordinada. Sin embargo, en un mundo moderno en el que las tácticas tienden a la homogeneidad, Japón ya no tiene cualidades para diferenciarse en el mercado global.

Su juego y habilidad pocas veces superan a adversarias de primera clase como sucedía antes, y su defensa tiende a resquebrajarse en presencia de atacantes de mayor despliegue físico.

En el ataque, la seleccionadora, Asako Takakura, aboga por un estilo de juego flexible y variado en el que las jugadoras deben decidir según la situación: una acción individual debe determinar la siguiente. Cuando funciona, el espectáculo está garantizado, pero cuando no, puede parecer caótico e inconexo. El equipo no es de los que crean muchas ocasiones. Desde que Takakura se hizo cargo del equipo y hasta mediados de mayo, Japón registra tres victorias, cinco empates y 11 derrotas contra selecciones que están entre las 10 primeras del ranking FIFA; si les marcan primero, la derrota está casi asegurada: cero victorias, un empate y 13 derrotas es el balance cuando se ha adelantado el rival.

La máxima prioridad en este Mundial será tratar de mantener la portería a cero y aprovechar las pocas ocasiones que tengan. Japón se encomienda a que la paciencia sea capaz de obrar otro milagro que emule a las leyendas de 2011.

Seleccionadora

Asako Takakura fue centrocampista en sus años como jugadora, en las décadas de 1980 y 1990, y representó al equipo nacional en 79 ocasiones. En 1989 marcó el primer gol en la recién creada Liga de Fútbol Femenino de Japón (la Liga Nadeshiko). Tras colgar las botas, entrenó en escuelas de fútbol antes de hacerse cargo de la selección Sub -17 en 2013 y llevarlas a ganar el primer Mundial Sub-17 de la FIFA al año siguiente. Se puso al frente de la selección absoluta en mayo de 2016.

Jugadora estrella

Emi Nakajima estudió en el mismo instituto (Shiga Yasu) que Takashi Inui, que representó a Japón en el Mundial masculino de Rusia en 2018. Al no haber equipo femenino, todos los días tenía que viajar una hora para jugar en un club de Osaka. Al terminar el instituto en 2009, fichó por el INAC Kobe Leonessa, donde rápidamente conectó con su compañera Homare Sawa, nombrada jugadora del año 2011 por FIFA. Capacitada para combinar con precisión y con un buen disparo lejano con ambos pies, Nakajima jugará su primer Campeonato del Mundo.

¿Sabía que....?

La portera Ayaka Yamashita jugaba de delantera antes de enfundarse los guantes en el instituto. La portera titular se marchó a otro equipo y se quedaron en cuadro. Yamashita ocupó la portería como solución temporal y tenía previsto dejar el deporte cuando terminase el instituto, pero el talento oculto que afloró como guardameta la acabaría llevando a la selección absoluta.

La centrocampista Hikaru Naomoto tiene fobia a las chinches apestosas, una familia de insectos que abundan en Asia. El problema es que ella parece ser del gusto de esos insectos. La relación se remonta a cuando estaba en la escuela primaria y se le metió uno en la boca mientras jugaba al fútbol. Terminó el partido a pesar de tener la lengua entumecida. Naomoto dice que cuando tiende la ropa los insectos vienen sí o sí y su presencia recurrente en sus sueños no le deja pegar ojo por la noche.

Breve historia del fútbol femenino en Japón

Una referencia al "fútbol" en 1906 en una hoja con el programa deportivo del instituto de Marugame para chicas de 12 a 16 años, en la prefectura de Kagawa, es la mención más antigua al fútbol femenino en Japón. Se fundaron varios clubes en todo el país en la década de 1960, y el primer Campeonato Nacional de Fútbol Femenino (la actual Copa de la Emperatriz) se celebró en 1980. Un año más tarde reunieron a jugadoras de los clubes punteros de diferentes partes del país y Japón compitió en el Campeonato Femenino de la AFC, quedando quinta de ocho participantes.

Japón participó en el primer Mundial femenino y ha estado presente en todas las ediciones. Pese a ganar solo tres partidos en las primeras cinco ediciones, su primera victoria sobre Alemania, la anfitriona, las llevó a tocar la gloria en 2011. En la final contra Estados Unidos, que acabó 2-2 tras 120 minutos, Japón se proclamó campeona en los penaltis. Japón llegó a la final tanto en las Olimpiadas de Londres 2012 como en el Mundial de 2015, pero se quedó fuera de las Olimpiadas de Río 2016 al no superar la fase de clasificación.

La liga nacional comenzó en 1989. El antiguo club de la seleccionadora Asako Takakura, el Nippon TV Beleza, ha ganado 16 campeonatos de liga en 30 años, incluidos los cuatro últimos. Naturalmente, el club Beleza está bien representado en la selección actual para el Mundial de este año.

¿Qué jugadora sorprenderá a todos en el Mundial?

Hay varias candidatas en el equipo de Japón. Kumi Yokoyama es una amenaza constante para las defensas rivales, capaz de regatear en espacios pequeños y sacarse un disparo cuando los rivales menos se lo esperan. Hina Sugita ganó el Balón de Oro en los Mundiales Sub-17 y Sub-20, y su capacidad para encontrar espacios entre jugadoras rivales es excelente. Por último, Yui Hasegawa es una jugadora inteligente a la que muchos ven como la sucesora de Aya Miyama. Lee las intenciones de los rivales y se mueve con rapidez para sacarles ventaja.

¿Cuál es el objetivo realista de Japón y por qué?

Octavos de final. Japón lleva 22 victorias, 7 empates y 14 derrotas bajo el mando de Takakura, pero baja a solo 3 victorias, 5 empates y 11 derrotas cuando la rival es una de las diez mejores del ranking FIFA. No son capaces de remontar cuando se les adelantan. Podrían llegar a semifinales, pero para ello tendrían que practicar un fútbol más defensivo y pragmático.

Presupuesto anual de la selección femenina (comparado con la selección masculina)

La única cifra publicada por la Asociación Japonesa de Fútbol es 4.400 millones de yenes para "gastos relacionados con las selecciones nacionales", lo que incluye las selecciones masculinas y femeninas de fútbol, fútbol sala y fútbol playa en todas las categorías.

A modo de comparación, el premio que se lleva el equipo campeón de la Copa del Emperador es de 150 millones de yenes, mientras que el equipo femenino campeón de la Copa de la Emperatriz recibe 3 millones de yenes.

Jugadoras federadas

Aproximadamente 28.000. Esta cifra no incluye a las jugadoras de equipos mixtos. Si se incluye a estas últimas, se calcula que habrá unas 40.000 mujeres futbolistas en total.

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