Sergio Ramos sostiene que quería cariño, no dinero
El capitán asegura que “jugaría gratis” para el Madrid y que si presentó una oferta de China al club fue porque sentía que había perdido el aprecio de Florentino Pérez
El atasco de vehículos en la entrada a la Ciudad Deportiva del Real Madrid en Valdebebas, donde acosados por los 30 grados de temperatura que golpeaban la garita los guardias de seguridad repasan papeles y más papeles para dar vía libre al atasco de periodistas, no era más que la confirmación burocrática de que la rueda de prensa convocada este jueves por Sergio Ramos no estaba en el plan de nadie. O al menos, que cuando lo estuvo, hubo de organizarse con premura pues el interesado quería hablar y el público escuchar, por aquello de guiarse por lo que dicen los protagonistas y no sus intermediarios.
“Después del jaleo que se ha montado, que mejor manera de aclararlo”, se arrancó Ramos, con camisa blanca de manga corta y estampado divertido, vaqueros de corte veraniego a juego, la barba larga y peinada, y la sonrisa saliéndosele de la cara. “Quiero dejar claro mi futuro, porque se han especulado muchas cosas”, dijo con los brazos entrecruzados, la mejor fotografía de ese nudo formado en las últimas semanas alrededor de su posible marcha a China. “No me quiero ir del Real Madrid. Mi sueño es retirarme aquí”, lanzó. “El presidente lo puede decir, le he dicho que nunca me iría siempre y cuando tuviese contrato. Estaría dispuesto hasta a jugar gratis aquí, porque así lo siento”.
La rueda de prensa se justifica, desde el punto de vista del jugador, a partir de las “especulaciones” que se han generado en torno a sus dos encuentros con el presidente del club, Florentino Pérez, alrededor de una oferta que recibió del fútbol chino, y que habría puesto sobre la mesa para que el mandatario la valorase. Unas reuniones a las que se refirió el propio Florentino Pérez en una entrevista en Onda Cero. “Cuando fui a verle [por el miércoles] le invité a estar aquí”, confesó; “pero creo que conmigo tendréis suficiente”. Así describió el otro protagonista lo ocurrido, dejando un mensaje al final de su resumen: “La reunión fue muy normal, muy tranquila. Se expuso la circunstancia, charlamos y nada más. Fue una reunión privada que después salió a la luz”.
Pelea con el ‘padre’
Según descubrió el propio Ramos, su relación con Florentino Pérez no atravesaba por el mejor de lo momentos. “La derrota contra el Ajax fue un golpe muy duro, todos, jugadores y presidente, teníamos las pulsaciones muy altas”, sostuvo, recordando el enfrentamiento que vivieron ambos tras la eliminación en la Liga de Campeones. “¿Quién no se ha peleado alguna vez con su padre? La mejor solución ha sido sentarnos cara a cara, y dejar de interferir con terceras personas. Me molesta que me vaya de España una semana y me encuentre este quilombo al volver. Sobre todo, cuando yo hace mucho tiempo que no hablo ni de contrato ni de dinero, porque eso es un tema menor”, advirtió.
Lo cierto es que en las tripas de su discurso solamente había tres ítems señalados como punto de composición del mensaje: cariño, dinero y madridismo. El primero: “Todo esto se ha producido por un tema de confianza y de cariño emocional. En mi vida hay dos patas muy importantes, la afición y el presidente. Y solo esta última pata estaba floja. Había cosas que me generaban ciertas dudas, cosas que me habían dolido, y lo mejor era hablar cara a cara y poner la pata centrada”. Segundo: “Llevo muchos años aquí, me ha costado mucho llegar y lo tengo todo. El tema económico es secundario. [...] El tema económico no lo hemos tocado ni un minuto. Es algo que no me interesa porque estando feliz yo y mi familia es algo secundario, cada uno tiene lo que se merece”. Y tercero: “Me quiero retirar por la puerta grande porque creo que me lo merezco dejándome la vida y el alma por este club. [...] Soy madridista, me quiero retirar aquí, y qué mejor manera que mirar al futuro y dejar atrás una mala temporada”.
Conciencia tranquila
No dejó claro Ramos si Zidane ha estado al tanto de lo sucedido en los despachos recientemente. “En estos días de tormenta no he hablado con él. Sí está al día de cosas confidenciales entre él y yo”. Donde sí torció algo el gesto fue cuando se le cuestionó por qué en torno a su figura se generan este tipo de situaciones con mayor facilidad que respecto de otros compañeros. “Porque soy español y los españoles aquí están vistos de otra manera. A lo largo de los años han renovado muchos jugadores —los últimos Kroos y Nacho—, y lo de Ramos —que termina contrato en 2021—, siempre parece una estrategia. Mi conciencia está muy tranquila. Estoy a gusto con lo que gano —unos 12 millones de euros por temporada—, y si me planteó en la ciudad que estoy esta eso no hay precio que lo pueda pagar”.
A esas patas que fue mencionando Ramos se le fueron añadiendo con el paso del discurso —que superó la media hora de extensión—, alguna extremidad más. “Otra de las patas son los compañeros. Soy el capitán y me siento muy querido y respaldado por mis compañeros. Muchos no han tenido ninguna duda de que iba a seguir aquí”, aseguró, mostrándose, al mismo tiempo, receptivo a que se suman distintas incorporaciones durante el mercado de fichajes. “Traer gente nueva, con ganas, contagia al resto. Y si ganan más que yo, pues alegro por ellos”, manifestó refiriéndose a un Eden Hazard que está muy cerca de coger sitio en el vestuario blanco.
Con la sensación de haber aclarado la jugada Ramos, que lleva 14 temporadas en el Madrid, abandonó sonriente la sala levantando el pulgar. Henchido de cariño presidencial la oferta de China parece ser que ya es agua pasada.
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