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DE TÚ A TÚ
Columna
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Gracias, Iago

Iago Aspas es para el Celta lo que fue Gerrard para el Liverpool, Maldini para el Milan, Buffon para la Juve o Raúl para el Madrid. Con una diferencia, que en el Celta no hay tantos focos

Vero Boquete
Iago Aspas durante el Celta-Huesca.
Iago Aspas durante el Celta-Huesca.Getty Images

Las lágrimas de Balaídos. Iago Aspas es para el Celta lo que fue Gerrard para el Liverpool, Maldini para el Milan, Buffon para la Juve o Raúl para el Madrid. Con una diferencia, que en el Celta no hay tantos focos. Aunque pensándolo bien quizás por eso todo tenga más sentido. Las lágrimas de Iago en el banquillo de Balaídos eran lágrimas de aflicción. Ni alegres ni tristes, agónicas. Esas que salen cuando eres totalmente consciente de todo lo que hay en juego y cuando has estado bajo una presión interna y externa brutal. Eso es lo que ha vivido Aspas en los últimos dos meses, sufriendo por una lesión y por la complicada situación de su equipo, su club, su gente. No había prisa en que jugase por miedo a una recaída y así poder perderle para el resto de temporada, pero había una urgencia y una necesidad feroz de contar con un jugador tan determinante tanto dentro como fuera del campo. Con un carácter y una presencia que ilusiona a los aficionados y que genera seguridad en sus compañeros. Esos jugadores son especiales, únicos. Cambian dinámicas, sirven de punto de inflexión y renuevan energías.

Sus lágrimas también nos mostraron (más bien confirmaron) que los futbolistas son vulnerables, como todos. Aunque parezcan superhéroes sienten, sufren y padecen como cualquiera. ¿Qué es el fútbol sino sentimientos y emociones? Decía el técnico del Rayo Majadahonda, Antonio Iriondo, en una entrevista, que el fútbol nos hace vivir en una semana, mes o temporada, cosas que otra gente experimenta a lo largo de toda su vida (o nunca). Y en ese espacio de incertidumbre natural, Aspas nos mostró el lado más humano del fútbol, el que hace que este deporte enamore. Y lo hizo tal y como es él: con sencillez, naturalidad, de cara y sin ocultarse, mostrando el amor a unos colores, a un club y a una afición para la que siempre será eterno. Personalmente, creo que también demostró una pasión incondicional hacia su trabajo y revalorizó la profesión de futbolista. Por todo ello, gracias, Iago.

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Aspas Fútbol Club
La reconquista de Iago Aspas

El regalo de Liverpool y City. La Premier League ya tiene decididos dos descensos y algunos equipos que no lucharán por nada, pero lo demás será entrega y espectáculo de aquí a final de temporada. El campeón, los puestos de Champions y Liga Europa, todo por decidir. Lo que sí está claro es que el campeón será el Manchester City o el Liverpool, los dos equipos que en cada jornada nos regalan una pelea por el título, añorada y envidiada en otras ligas. Dos equipos que también lucharán por la Champions, dos equipos que juegan sin miedo a perder porque tienen tantas ganas de ganar que se les olvida que perder es una opción. Y dos equipos dirigidos por técnicos extranjeros. Es destacable que los seis equipos que luchan por algo en Inglaterra tengan entrenadores extranjeros. Guardiola sirvió y sirve de referente para técnicos españoles (y su impacto en Alemania e Inglaterra es más que evidente), Mourinho abrió las puertas a la escuela portuguesa y Klopp y Tuchel hacen que el técnico alemán tenga más prestigio. Mezcla de conocimientos, de estilos, de capacidades, de culturas y tradición. Adaptarse y reinventarse para conseguir resultados, ese es el gran desafío para todos ellos.

El descenso y la respiración. Poco importa ahora cuál era el objetivo al inicio de temporada, si la plantilla estaba bien confeccionada, si la planificación, si el modelo de juego, si continuidad, si el proyecto... Lo único importante ahora es ponerse a la sombra del descenso. Con 19 años viví esta experiencia en mi etapa en Zaragoza, un máster para el resto de mi carrera. Durante la semana no se hablaba, casi ni se respiraba. Los domingos nos mirábamos a la cara y esperábamos estar listas. Cada jugada, cada balón robado, cada gol y cada punto se celebraban con la misma emoción que alivio. En las ocho jornadas que quedan, cabeza fría en el campo y corazón caliente en las gradas. Protéjanse como puedan porque sí o sí a algunos les va a doler.

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