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Courtois y Oblak, los dos gigantes que el Atlético puso en el mapa

Courtois y Oblak, rivales este sábado, llegaron sin gran caché y se asentaron con Simeone entre los mejores porteros del mundo

Ladislao J. Moñino
Oblak despeja un balón durante el Atlético de Madrid-Espanyol.
Oblak despeja un balón durante el Atlético de Madrid-Espanyol.TF-Images (Getty Images)

Cuando David de Gea abandonó el Atlético de Madrid en el verano de 2011, la dirección deportiva del club, entonces dirigida por José Luis Pérez Caminero, tuvo claro que el molde del portero que debía instaurarse en el primer equipo y en las categorías inferiores debía responder al del guardameta que fichaba el Manchester United. El canon establecido requería una estatura mínima de 1,90m y que la citada talla estuviera acompañada de agilidad y coordinación en los movimientos. Caminero se fijó en un chico de 16 años que había sido campeón con el Genk. El Chelsea se adelantó en la contratación de Thibaut Courtois, pero el Atlético logró una cesión que se prolongó tres temporadas.

El italiano Andrea Berta, que reemplazó en el cargo de director deportivo a Caminero, se encontró con el mismo problema que este cuando tuvo la certeza de que el Chelsea recuperaría a Courtois en el verano de 2014. Necesitaba un portero de garantías para llenar el enorme vacío que dejaba la marcha del meta belga. Desde hacía tiempo había encargado un seguimiento de los partidos y entrenamientos de Jan Oblak en el Benfica. Fue un año de observación de su trabajo por diversos empleados del club. El mismo Berta fue a verlo en varias ocasiones y sus informes y el empeño con el que defendió su fichaje forzaron a que el Atlético pagase los 16 millones de euros que el Benfica había establecido como cláusula.

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Como Courtois, Oblak era un desconocido para el gran público cuando aterrizó en el Atlético como el portero más caro de la historia de LaLiga. Ambos eran dos proyectos de consumo interno para ojeadores y secretarios técnicos. A los dos los situó el Atlético en la primera fila del escaparate internacional. “Vino Courtois y después Oblak. No buscamos porteros altos porque sí, los buscamos porque es lo que se demanda ahora en los clubes y en el mercado. Ya no se estilan los porteros bajitos como en mi época, que estaban Arkonada (Real Sociedad), Miguel Ángel (Real Madrid), Ablanedo (Sporting) o yo mismo”, reflexiona Ángel Mejías, exportero del Atlético en los años 80 y preparador en las categorías inferiores del club. “Ahora”, insiste Mejías, “lo primero que se mira de un portero es la altura y que pare, porque un portero lo primero que tiene que hacer muy bien es parar y luego, si le mejoras el juego con el pie que ahora requiere el fútbol moderno, mejor. Ambos han sido claves en el estilo impuesto por Simeone de ser un equipo solidos en defensa”, concluye Mejías.

Las estadísticas registran que tanto Courtois como Oblak han sido definitivos en los éxitos de la era Simeone. Si el belga promedió 0, 80 goles encajados en 154 partidos, Oblak incluso ha rebajado esa marca hasta los 0,63 tantos recibidos en 199 encuentros. “Courtois es uno de los porteros más completos que hay. A pesar de su altura [1,99 metros] es ágil y rápido. Oblak [1,89m] es el portero que mejor bloca del mundo, aunque eso no quiere decir que Courtois sea malo en esa faceta”, apunta Aranzubia, portero suplente del belga en la temporada 13-14, en la que el Atlético se proclamó campeón de Liga. “Pese a que tenía 19 años era muy maduro y serio en el campo. Oblak también comparte con él que siendo muy joven se instaló entre los mejores porteros del mundo”.

Pablo Vercellone, el preparador de porteros de Simeone, suele contar que con Courtois, que tenía solo 17 años cuando se puso a sus órdenes, tuvo que hacer un trabajo específico para disimular su edad. Oblak llegó un poco más hecho. “El método de Vercellone es clásico, no es moderno, pero sus resultados están ahí”, apunta Aranzubia.

Problemas para el belga

Este sábado en el derbi ante el Madrid, a Courtois le espera un recibimiento hostil por parte de la hinchada rojiblanca. Su placa en el paseo de las leyendas del Atlético que bordea el Wanda, como la de Hugo Sánchez, ya ha sido ultrajada en varias ocasiones. Sus críticas a Simeone, al que llamó populista por insinuar que la FIFA le había otorgado el premio al mejor portero del mundo porque ahora juega en el Madrid, y sus recientes declaraciones a un diario belga en las que se confesó seguidor de Casillas y madridista han inflamado el ambiente.

Enfrente, la renovación de Oblak se ha convertido en una cuestión de estado para la dirigencia rojiblanca. Las secretarías técnicas de algunos de los grandes clubes que están interesados en su contratación ya dan por hecha su continuidad. En el Atlético confirman que ese mismo mensaje ha sido lanzado al mercado por el club. El agente de Oblak viaja este fin de semana a Madrid y este puede ser el espaldarazo definitivo para cerrar el acuerdo.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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