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Sergio Ramos: “Me enorgullece que me carguen la mochila de piedras”

El capitán, diana de una pitada que acabó por dirigirse a Bale y Asensio cuando fueron sustituidos, asume la responsabilidad de la crisis de juego del Madrid

Diego Torres
Ramos celebra junto a Reguilón su gol de penalti al Valladolid.
Ramos celebra junto a Reguilón su gol de penalti al Valladolid.Fernando Villar (EFE)

Hubo pitos a Sergio Ramos procedentes de seguidores desperdigados por el fondo sur del Bernabéu que se contagiaron a otras tribunas. Ni a Bale, ni a Asensio, ni a Casemiro, ni a Modric, jugadores cuyo rendimiento esta temporada ha estado muy por debajo de sus propios estándares. De entrada, la bronca se centró en Ramos, uno de los futbolistas de la plantilla que menos han declinado tras el verano. El único que se ha manifestado púiblicamente contra la intención de la directiva de fichar un entrenador de "mano dura".

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Cuando la megafonía anunció la alineación del capitán contra el Valladolid, los silbidos pesaron tanto como los aplausos. El partido todavía no arrancaba y el ambiente en las gradas se enrarecía. No pareció casual. La cadena SER informó esta semana que el escuadrón de unos 4.000 aficionados oficialmente organizados como “grada de animación” recibieron orden del club de no cargar contra el capitán, en previsión de que una pitada contra los jugadores encienda la mecha que acabe provocando un estallido contra Florentino Pérez. No todos respetaron la orden. La tentación resulta demasiado poderosa. Fueron varios cientos los que pitaron, y en esto coincidieron ampliamente con la directiva. Desde la derrota en el Sánchez Pizjuán, hace más de un mes, en el entorno presidencial señalan que los primeros culpables de la crisis son los capitanes: Marcelo, que está lesionado, y Ramos.

“Cuando las cosas no salen hay que mantener la calma y la insistencia en el esfuerzo”, dijo Ramos, a pie de campo, en los micrófonos de BeIN. “El equipo ha creído. El escenario ha sido complicado, por la racha de partidos sin ganar, por el cambio de entrenador… Entendemos perfectamente a la afición. Entendemos los silbidos. Nosotros somos los responsables. Pero después del primer gol, el Bernabéu se ha levantado y nos ha dado la confianza que necesitamos”.

Harta de no poder asistir a una victoria en Liga desde el 22 de septiembre, la muchedumbre silbó al equipo durante más de una hora. Silbó cada pase errado de los blancos y cada ocasión clamorosa de los visitantes. El mano a mano de Antoñito fallado ante Courtois; el paradón del belga al tiro de Villa; y los disparos al travesaño de Alcaraz y de Villa, sucesivamente. Solo el gol en contra de Olivas (1-0) aplacó la ira de la gente.

Socios cabizbajos

Cuando el árbitro pitó el final, el marcador (2-0) recordó a la afición que la peor racha de resultados en Liga desde 2005 había concluido. Los vomitorios se llenaron entonces de largas columnas de socios cabizbajos, silenciosos, aplacados por los tres puntos, pero perplejos o aburridos ante el pobre espectáculo ofrecido. Ya nadie se acordó de pitar a Ramos, a quien incluso llegaron a provocar con silbidos mientras tomaba carrerilla para lanzar el penalti que supuso el 2-0. Ramos lanzó contra la portería del fondo sur y lo celebró gesticulando con más énfasis de lo normal.

“Ha sido un gesto de orgullo y dignidad”, dijo; “llevo muchos años trabajo. Respeto la opinión. Puedo no agradar a todo el mundo y siento el máximo respeto por la afición. Pero no me olvido que el orgullo me ha hecho llegar donde estoy”.

Pocos parecieron recordar este sábado que Ramos ha sido una de las principales palancas del Madrid ganador de la Décima, la Undécima, la Duodécima y la Decimotercera. Pocos repararon en que Ramos es un mito con botas del madridismo, equiparable a Gento o Di Stéfano. En estos días de crisis nadie en la grada de animación señaló a Benzema o a Bale. El galés, en cambio, fue pitado con estrépito por los hinchas apostados en el viejo gallinero cuando Solari lo sustituyó por Lucas en el minuto 70. Por entonces, el Madrid empataba y los nervios se multiplicaban.

“Es cuanto más calma hay que tener”, dijo Ramos. “Pasan los minutos y hay que sacar el gen y el orgullo, la actividad que el equipo demostró desde siempre. Los tres puntos dan confianza”.

“No lo he notado”, contestó cuando le preguntaron si advirtió que hubo un sector que le pitó cada vez que tocó la pelota al inicio del partido. “Los que más tiempo llevamos, tenemos que asumir este rol. Yo soy el capitán y tengo que dar un paso al frente. Me siento orgulloso de que me carguen la mochila de piedras”.

Sergio: “Aparte del gol de rebote, la actuación de Vinicius no es para comentar”

REAL MADRID VALLADOLID
REAL MADRID VALLADOLID
D. T. / MADRID

La voz ronca de Sergio González resonó como un lamento: “¡El chut va fuera de banda, pega en el defensa y va a gol! ¡Ha sido la suerte!”.

El entrenador del Valladolid buscó explicaciones para la derrota sufrida (2-0) en el Bernabéu después de que sus jugadores lanzaran dos tiros al travesaño, uno previamente desviado por Courtois; y gozaran de dos situaciones mano a mano con el portero, una rematada con un tiro desviado y la otra parada por el portero.

“Hoy", dijo Sergio, señalando a su plantilla, compuesta al 40% de debutantes en Primera, "futbolistas que llevan poco tiempo en la máxima categoría han demostrado aplomo y personalidad ante un grandioso equipo. En la segunda parte incluso hemos estado igual, o por encima de lo que ha hecho el Madrid. El resultado no compensa el enorme partido que han hecho mis futbolistas. Intentamos encontrar una explicación al 2-0. De cada diez partidos que juguemos así perderemos uno”.

“En la segunda parte no solo nos hemos tapado", señaló el técnico. "Casemiro es un jugador que cierra muy bien los carriles interiores, y cuando no estaba hemos logrado enlazar pases a los costados de Kroos. Hemos logrado salir de la primera presión del Madrid para poder hacer transiciones muy interesantes. Yo veía que en esa fase teníamos opciones de llevarnos el partido”.

“No creo que la actuación de Vinicius sea para comentar", advirtió, "aparte del gol de rebote que marcó. En ese momento el partido estaba parado. No pasaba nada. Dependía o de una acción de ellos individual o de una contra nuestra. Y esa acción nos ha hecho daño porque ha sido inmerecida. Después del 1-0 nos hemos desorganizado”.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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