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“Si quieres ser futbolista, tienes que salir de Melilla”

Ante la visita del Madrid, el mayor goleador de club, el capitán actual y un directivo hablan sobre la dificultad de saltar a la élite

Entrenamiento del Melilla.
Entrenamiento del Melilla.Javier Gandul (DIARIO AS)

El 7 de diciembre de 1952 Ramón Martínez Pérez, más conocido como Ramoní, centrocampista del Sevilla de Helenio Herrera, se convirtió en el primer jugador nacido en Melilla que disputaba un partido con la selección española. Tres semanas después jugó el segundo, y desde entonces ningún otro futbolista melillense ha sido siquiera convocado con la absoluta.

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La visita este miércoles (19.30, beIN) del Real Madrid altera la monotía de una ciudad y un equipo, la Unión Deportiva Melilla, con una realidad bien diferente, la Segunda B, categoría de la que no escapa desde 1986. "Es el evento más importante de la historia para el fútbol de Melilla. Está siendo una locura", dice Antonio Jáuregui, vicepresidente de un club que nunca ha pisado la Primera.

El duelo ante el Madrid será su cuarto enfrentamiento con un equipo de la máxima categoría. Antes que los blancos pasaron por el Álvarez Claro el Valladolid, el Athletic y el Levante. "Pero esto no tiene nada que ver", afirma Jáuregui. "Será la primera vez desde 1999, con la visita del Athletic, que colgamos el cartel de no hay billetes".

Convertido en el decano de Segunda B, jugadores y directivos de diferentes épocas observaban cómo la ciudad ha perdido el interés por un club con dos desapariciones y cuyo techo está en dos etapas en Segunda, la última en el curso 1965-66. La primera, la más prometedora, en los años 50, marcada por un trágico accidente en un desplazamiento hacia Mallorca que le costó la vida a dos jugadores y un masajista. "Fastidió el proyecto", recuera Jáuregui. "Era el año 1951 y el autobús del equipo salía de Loja, Granada, y fue embestido por un camión. Murieron dos de nuestros mejores jugadores y el infortunio acabó provocando el descenso poco después", amplía el vicepresidente.

"La gente está un poco cansada, se ha ido ahogando. Llevamos mucho tiempo esperando esto, jugando siempre en Segunda B y ya era hora de que nos tocara un premio", dice el melillense Mohamed Mahanan, uno de baluartes del actual Melilla, donde acumula más de 350 partidos.

El desinterés ha sido progresivo. "Antes había mucha más afición que ahora. Veo por las instalaciones fotos de cuando el equipo estaba en Tercera y el campo estaba lleno", cuenta Mahanan, de 35 años. Mustafá Abdesalam Mohand, más conocido como Chota, también melillense y exjugador del club en el que figura como máximo goleador con 106 tantos, habla sobre la necesidad de un evento de esta magnitud para una ciudad acostumbrada a otro tipo de titulares. "De Melilla siempre se habla sobre la frontera, la inmigración, y es un orgullo que por primera vez se hable de otra cosa. Aquí vivimos cinco culturas y somos un ejemplo. El fútbol y el deporte son elementos que sirven para unirnos a todos", dice.

Miedo a salir

Chota ha sido uno de los últimos futbolistas en hacer carrera en la Península. Abandonó Melilla en 1996 y estuvo 12 años tratando de alcanzar la élite en clubes como Levante y Numancia. "Cuando llegaba a una ciudad me preguntaban dónde estaba Melilla. Muchos no lo sabían, pensaban incluso que no era España, y tenían una idea muy alejada de lo que había y hay aquí", expone el exdelantero, que relata las dificultades de un melillense para convertirse en futbolista profesional. "Nuestra época era muy difícil. Estar en el mapa en Melilla es muy complicado y era casi imposible que algún club te viniese a ver. Futbolísticamente, éramos un país aparte".

"Melilla es una ciudad peculiar", se suma Mahanan. "Nos cuesta viajar a hacer una prueba a cualquier equipo de Primera", dice; "cogen uno de cerca, estamos menos observados, pero eso está cambiando porque hay potencial. Hay chicos muy buenos, como Borja Garcés". El canterano del Atlético es la gran esperanza de Melilla y, para Chota, ejemplo de que para buscar la élite hay que emigrar: "Si quieres ser futbolista, tienes que salir de Melilla, pero cuesta hacerlo. Los jóvenes tienen miedo a fracasar y tener que volverse. Están acostumbrados a Melilla y tienes que saber estar solo para dar el paso", dice el histórico goleador. Jáuregui coincide: "El cambio de aquí a la Península es muy difícil. Es una ciudad con muchas peculiaridades. La vida aquí es cómoda y para un chaval joven que sale de su casa le cuesta mucho adaptarse".

Mientras muchos jóvenes esperan una llamada de alguna cantera de Primera, la visita del Real Madrid hoy centra los focos del fútbol en su ciudad por primera vez en muchos años.

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